lunes, 7 de noviembre de 2016

Culmina el golpe interno al PSOE con la elección de Rajoy


Se vulnera la voluntad popular mayoritaria expresada en las urnas el pasado mes de junio y que manifestó su rechazo a las políticas de recortes y antidemocráticas del Partido Popular.


El pasado sábado, 29 de octubre, se materializó el golpe interno al PSOE por parte del capital y los poderes fácticos con Felipe González y Susana Diez a la cabeza, cuyo objetivo era evitar un gobierno alternativo al Partido Popular y asegurar la Presidencia del Gobierno a Mariano Rajoy, acabando así con la crisis actual de gobernabilidad del Régimen iniciada en las elecciones generales de diciembre de 2015.

Con ello, se vulnera la voluntad popular mayoritaria expresada en las urnas el pasado mes de junio y que manifestó su rechazo a las políticas de recortes y antidemocráticas del Partido Popular, apostando por un cambio de gobierno de progreso y al servicio de las clases populares.

En la sesión de investidura, el PSOE reclamó para sí el papel de la oposición, justificando su abstención en base a evitar terceras elecciones y arremetiendo con dureza contra las políticas del PP. Toda una reafirmación del socialismo español puesta en escena con un discurso duro, que sin embargo y en contrapartida, se reivindicó de la OTAN, del abandono del marxismo, de la reconversión industrial y la reforma de las pensiones, entre otras cosas.

Discursos agrios tanto en la forma como en el fondo de los diferentes grupos parlamentarios fueron sucediéndose durante toda la sesión de investidura como fiel reflejo de la dura situación social y laboral que sufre la mayoría social trabajadora y que culminaron con la abstención del PSOE y la elección de Rajoy como Presidente del Gobierno.

Desde el PCE participamos de las manifestaciones convocadas por diferentes colectivos en Madrid y en otras capitales del Estado, con el lema “Ante el golpe de la mafia, DEMOCRACIA”, que fueron todo un éxito de asistencia y que avalan nuestra disposición de lucha dual tanto en las instituciones como en la calle para impedir un Pacto de Estado que garantice la paz social y la institucionalización de los recortes.

Nuestro trabajo en un futuro inmediato debe pasar por impedir que esta crisis se cierre con una recomposición del bloque dominante para los próximos años, consolidando así su modelo de sociedad desigual y empobrecida. Para ello, es fundamental activar el conflicto social y la lucha de clases. Tras el reflujo de la tensión social de estos últimos meses, hemos podido comprobar con el éxito de las movilizaciones del sábado, como la gente vuelve a las calles en demanda de mejoras sociales, laborales y económicas.

En nuestras manos está consolidar este camino, convirtiéndolo en un punto de inflexión, acumulando fuerzas que activen el conflicto y la lucha social mejorando nuestras condiciones de trabajo y calidad de vida.

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