domingo, 31 de mayo de 2020


La Sanidad Pública tras la pandemia

El coronavirus ha demostrado la importancia de tener un sistema sanitario público de calidad, bien financiado y con acceso universal.

La actual pandemia pasará pero no sabemos si quizás para siempre o si volverá todos los años en forma de epidemia estacional. Si se quedará en situación endémica en todo el mundo o solo en algunos países. En todo caso, habrá que prepararse para nuevas situaciones más o menos parecidas porque los cambios que nuestro sistema económico y social ha producido en el ecosistema y la globalización neoliberal tienen unos costes que, aunque con frecuencia los olvidamos, la realidad nos los recuerda, a veces como ahora de manera trágica.

Las evidentes deficiencias

La pandemia ha puesto en evidencia algunos problemas que nuestro sistema sanitario arrastraba hacia tiempo. El primero, una baja financiación que viene de antiguo y que ha disminuido por los recortes. El gasto sanitario público se situaba en torno a 0,5-1 punto por debajo del promedio sobre el PIB de la UE y ha disminuido desde 2009 entre 0,7 y 1 punto en nuestro país. Luego un número muy bajo de camas hospitalarias por 1000 habitantes que disminuyeron en más de 12.000 entre 2010 y 2018. Poco personal del sistema sanitario, especialmente de enfermería. Una atención primaria debilitada, escasez de material de reserva y una importante privatización, a lo que hay que sumar unas residencias de ancianos con poco personal y de baja cualificación y en manos mayoritariamente del sector privado con un mínimo control.

El apoyo a la Sanidad Pública

La pandemia ha demostrado la importancia de tener un sistema sanitario público de calidad con acceso universal, ¿Qué habría sucedido si se mantuviera la exclusión de cientos de miles de personas implantada por Rajoy & Mato en el RDL 16/2012? ¿Cómo hubieran evolucionado las cosas con un importante sector de la población sin acceso a la atención sanitaria? ¿Cómo si se hubieran cumplido las previsiones de los gobiernos del PP de una financiación para la Sanidad Pública del 5,13% del PIB? ¿Cómo si las privatizaciones previstas por el PP en Madrid o Valencia se hubieran convertido en realidad? Por supuesto no puede saberse con exactitud pero es evidente que todo habría ido mucho peor. No debe ser casualidad que las dos CCAA con mayores problemas por el Covid19 sean las más privatizadas y las que menos presupuesto per capita tienen, las que han recortado y deteriorado mas salvajemente sus sistemas sanitarios públicos.

La población se ha dado cuenta de la importancia crucial de una buena Sanidad Pública que es la garantía de acceso para todos/as a una atención sanitaria de calidad. Y también del importante compromiso de los trabajadores del sector en los momentos críticos.

El apoyo ciudadano a la Sanidad Pública es muy importante porque, como dice El Roto en una de sus geniales viñetas, “cuando llegó la pandemia los privatizadores se ocultaron”. Sus vergüenzas quedaron a la vista y se comprobó lo que ya se conocía, y algunos repetíamos hace tiempo: la sanidad privada se preocupa por obtener beneficios empresariales, no por asegurar los derechos de las personas y la calidad de los servicios públicos.

Ahora bien, hay que conseguir que esta hegemonía de lo público cristalice después de la pandemia y lo haga en avances sustanciales en el reforzamiento de los servicios esenciales como la sanidad y los servicios sociales. El papel de las residencias en la extensión y elevada mortalidad en España del Covid19 ha sido un ejemplo paradigmático de los riesgos de las privatizaciones. Conviene estar vigilantes porque los “lobbies” del neoliberalismo están ahí y continuarán su erosión de las evidencias, en parte aprovechando los errores del gobierno y, por supuesto, los de todos los demás.

Lo que necesitamos

Tenemos que plantearnos las medidas a adoptar y hacerlo con urgencia antes de que la experiencia se diluya en la conciencia colectiva. Estas medidas deberían de pasar por:
1. <strong<="" strong="">. Hay que incrementar de manera importante la financiación sanitaria, pero hay que asegurarse de un aumento significativo en euros por habitante y año. En 2018 fueron 1.617€ frente a 3.879 de Alemania, 3.278 de Francia o 2.275 del promedio de la UE. Relacionarlo con el PIB, como hace el compromiso entre PSOE y Unidas Podemos de superar el 7% sobre el PIB, puede suponer incluso una disminución de las cantidades totales, con la prevista disminución del PIB debido a la crisis económica provocada por la pandemia. Lo lógico seria en el medio plazo elaborar el Plan Integrado de Salud que establezca las necesidades de salud de la población y cuantifique las exigencias presupuestarias para hacerles frente. Por otro lado es importante avalar una financiación finalista, podría ser un fondo específico para rescatar la Sanidad Pública, gestionado por el Ministerio de Sanidad, que complemente los presupuestos autonómicos y disminuya de forma significativa las diferencias por habitante que existen actualmente entre las CCAA y que en 2020 superan los 500€. En todo caso conviene recordar que, según el Observatorio Social de la Caixa (abril 2020), “el gasto sanitario en España tiene un alto efecto redistributivo, siendo el mayor de las prestaciones sociales en especie. En la última década, los recortes introducidos en algunas partidas han disminuido su progresividad en partidas como el gasto farmacéutico”.

2. Mejorar la coordinación interautonómica. La pandemia ha puesto de relieve las debilidades de la coordinación entre las CCAA y el Ministerio de Sanidad a la hora de proponer y hacer operativas políticas sanitarias comunes. Hay que establecer un nuevo marco de cooperación interautonómico para avanzar de manera coordinada en el futuro.

3. Potenciar la Salud Pública. Si algo ha puesto en evidencia la pandemia es la debilidad de nuestros sistemas de salud pública, poco desarrollados desde siempre pero penalizados especialmente con los recortes. Hay que reforzar el dispositivo de la Salud Pública y desarrollar la Ley de Salud Pública, aprobada en 2011 y puesta en hibernación por los gobiernos del PP.

4. Impulsar la Atención Primaria. Durante la epidemia la Atención Primaria, allí donde ha seguido funcionando, ha jugado un papel fundamental a la hora de atender la demanda de enfermedad, diagnosticar nuevos casos, controlarlos en los domicilios o informar a las familias sobre medidas para evitar contagios. Desde los Centros de Salud se ha atendido a pacientes en residencias de mayores y se han mantenido las consultas telefónicas y presenciales para diagnosticar, informar y tranquilizar a la población. Este nivel asistencial ha demostrado su capacidad para acercar los servicios a la población y, gracias al conocimiento de los antecedentes personales, familiares y de su historial clínico, garantizando una atención cercana y segura a las personas y familias que forman la comunidad. Pero, para que pueda funcionar adecuadamente, se precisa reforzar su papel en el sistema sanitario, aumentado su presupuesto, el personal (sobre todo el de enfermería), estableciendo criterios mínimos por TSI, mejorando sus medios y potenciando la atención domiciliaria, la prevención y la promoción.

5. Incrementar las camas hospitalarias de la red de gestión pública. Tenemos un déficit muy importante de camas hospitalarias que se ha convertido en crítico durante la pandemia. Son necesarias entre 50 y 70.000 camas hospitalarias más en todo el país, la mayoría de ellas de larga y media estancia. Convendría también a medio plazo realizar un plan estratégico de atención especializada para adaptarla a los nuevos retos de salud.

6. Acabar con las privatizaciones y recuperar lo privatizado. Como ya se ha dicho, la respuesta a la pandemia ha venido desde la Sanidad Publica porque el sector privado está interesado en la búsqueda de beneficios y no en garantizar la salud de la población. Las privatizaciones han sido una pesada losa sobre el sistema sanitario y han mermado de manera significativa su capacidad de respuesta. Es ahora el momento de detener la deriva privatizadora que, de manera mas o menos silenciosa, ha continuado avanzando en estos años. Necesitamos una legislación que acabe radicalmente con este goteo privatizador, blindando la sanidad de gestión pública y, además, comenzar a recuperar lo privatizado.

7. Aumentar los trabajadores del sistema público de salud. Los recortes propiciaron una disminución importante de los trabajadores del sistema sanitario que ya eran comparativamente pocos respecto a otros países de la UE y la OCDE. Hay que comprometerse con unas dotaciones suficientes de personal en nuestro sistema sanitario en todas las CCAA y también con la formación de los profesionales, aumentando las plazas de formación postgrado, proporcionando formación continuada a los mismos independiente de los intereses comerciales, y fomentar la dedicación exclusiva.

8. Crear un fondo de reserva de material sanitario. Las carencias de material sanitario que han agravado la pandemia han sido provocadas por la ausencia de reservas estratégicas (agravada por el adelgazamiento economicista de las existentes en algunas CCAA como Madrid) y por la ausencia de fabricantes en el país. Necesitamos poner en marcha una reserva estratégica de material sanitario que podría estar gestionado por el Ministerio de Sanidad, así como implementar centros de producción del mismo en el país.

9. Control del gasto farmacéutico y potenciar la fabricación pública de medicamentos. El aumento del presupuesto sanitario será inútil si, como ha sucedido durante los gobiernos del PP, se traslada directamente a la industria farmacéutica. Más del 18% de aumento en 5 años. 5,4% de aumento en 2019. 9,3% en farmacia hospitalaria. Hay que garantizar que el gasto farmacéutico crece por debajo de los presupuestos sanitarios públicos (entre el 0,5-1% menos) y ello debe de hacerse mediante la fijación de precios acorde con los costes reales, promocionando la utilización de medicamentos genéricos, las centrales de compras para todo el Sistema Nacional de Salud y una industria farmacéutica pública que acabe con los desabastecimientos y la especulación. El papel durante la pandemia del centro de farmacia militar ha sido importante y podría ser un germen de la misma. Por otro lado deberían anularse los copagos establecidos por el RDL 16/2012 que son un obstáculo para el acceso a los medicamentos que necesitan las personas más enfermas y con menores ingresos.

10. Favorecer la investigación sanitaria. La investigación ha sido abandonada en nuestro país de una manera irresponsable. Aunque no se puede hacer una relación directa entre la investigación y los resultados inmediatos, es obvio que sin investigación, sin ciencia, no hay avances en el futuro. Y además se está a expensas de la utilización de las patentes de otros. Hay que asegurar al menos el 1,5% del presupuesto sanitario público destinado a la investigación y favorecer medidas que consoliden los equipos de investigadores en nuestro sistema público.

11. Fomentar una red pública de residencias de mayores. El desastre de las residencias ha sido uno de los amplificadores de la pandemia. Necesitamos una red de residencias de titularidad y gestión pública que avale unos recursos suficientes, en infraestructuras, personal y cuidados acordes con las necesidades de las personas que viven en ellas.</strong

Existen muchas más cuestiones a abordar pero quizás no son tan urgentes. Solo hacer hincapié en una muy importante: la necesidad de desarrollar mecanismos efectivos de participación social y profesional que permitan a la ciudadanía tener protagonismo en el control y la gestión de su Sanidad Pública.






lunes, 25 de mayo de 2020




Responsabilidad: el antídoto de la izquierda frente a las estridencias y el frikismo de la ultraderecha

LA OLA POPULISTA DE LA ULTRADERECHA YA ES UNA REALIDAD EN TODO EL MUNDO

Vivimos tiempos políticos frenéticos. Escuchamos prácticamente a diario desde las instituciones y los medios de comunicación discursos donde prima el frikismo a la seriedad. En un momento donde una pandemia asola al mundo entero, este tipo de alegatos estridentes y alejados de toda veracidad, lejos de detenerse, se han acrecentado.

Lo que está ocurriendo durante estas semanas no es una novedad. Empezamos a acostumbrarnos a escuchar a Abascal sacar a la palestra temáticas inverosímiles, menos a lo que acontece. Una de sus últimas ocurrencias ha tenido como protagonistas a Venezuela y Paracuellos (tema recurrente, por otro lado). Otra, erigirse en defensor de las libertades sexuales frente “al odio de la izquierda a los homosexuales”. Nadie en su sano juicio puede comprender este tipo de barbaridades. Viven instalados en una realidad paralela a la que están intentando trasladar a sus simpatizantes y votantes. Porque el objetivo no es otro que construir otra realidad para lo que a ojos y oídos de cualquier persona racional parece sacado de otro mundo. Esta estrategia está arrastrando a Pablo Casado a posicionamientos y tácticas que rozan lo friki. Aunque quizás la mayor exponente del trumpismo en el PP la encontremos en Díaz Ayuso, su primera espada.

¿Por qué hablamos de trumpismo? Lo que está ocurriendo en la derecha y la ultraderecha en España no es una anécdota. Este fenómeno internacional tiene entre sus precursores a Steve Bannon, una persona sin la que no se entendería que hoy Donald Trump esté sentado en el Despacho Oval de la Casa Blanca. La ola populista de la ultraderecha ya es una realidad en todo el mundo.
Recuperación solidaria

La crisis del Covid-19 está dejando en evidencia a aquellos gobiernos en los que impera el trumpismo. Desde el propio Trump, recomendando en una rueda de prensa combatir al virus bebiendo detergente, a la infravaloración del coronavirus por parte de presidentes como Bolsonaro en Brasil o Boris Johnson en Reino Unido, afirmando que estábamos ante una “simple gripe” y retrasando la actuación sobre el mismo hasta que a todas luces el virus les ha pasado por encima. En España, el gobierno de la Comunidad de Madrid no se queda atrás y Díaz Ayuso hace de digna representante del trumpismo en España, con sus menús de comida rápida para las niñas y los niños de familias vulnerables durante toda la pandemia, una cuenta de Twitter convertida en tabloide publicitario o la última polémica (veremos si delito) sobre la suite en la que se ha estado alojando durante la crisis sanitaria.

La izquierda en España, a la que en muchas ocasiones han intentado poner la etiqueta de “frikis” (y en algunas ocasiones la etiqueta ha sido merecida, por qué no decirlo), está enfrentando este tipo de discursos desde la responsabilidad. También con sutileza y rotundidad, encarnada principalmente en dirigentes como Pablo Iglesias, la pedagogía que ejercen Yolanda Díaz o Alberto Garzón y el rigor de Enrique Santiago desde la tribuna del Congreso, interpelando con argumentos nítidos, racionales y siendo fiel reflejo de cuáles son los problemas de la mayoría social en este momento. Pese a las dificultades y a los errores que se puedan cometer en la gestión de una pandemia y una situación que nunca hemos vivido, tengo el convencimiento de que la mayoría de las familias valoran más la seguridad que dan quienes encarnan la preocupación y trabajan por la salida social y económica a la crisis que a quienes buscan descaradamente sacar rédito electoral de la pandemia, más preocupados por los crespones y las corbatas negras que por conseguir que ninguna persona se quede atrás durante esta difícil pendiente.

 GABI PALMA  


martes, 19 de mayo de 2020


SE HA IDO UNO DE LOS MÁS GRANDES DIRIGENTES DEL MOVIMIENTO COMUNISTA Y OBRERO INTERNACIONAL

¿Te acuerdas, Julio?

Querido Julio, la lucha por la III República continúa imparable. Cada vez hay más ciudadanos y menos súbditos.


Corría el año 1977, en el que se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes. El camarada Ignacio gallego se presentó encabezando la lista del PCE por Córdoba. Aquella tarde en Santaella se celebró un mitin. La plaza del pueblo se abarrotó de gente de toda la comarca: Montilla, Puente Genil, Rute, Encinas Reales, Montalbán, Fernán Núñez, La Rambla… En aquel acto conocí a Julio Anguita, un jovencísimo maestro de escuela que era el secretario parlamentario del PCE en la provincia de Córdoba. Fue nuestro primer acto juntos, del que siempre recordamos y nos reímos muchas veces de una anécdota de aquel acto multitudinario. Ocurrió cuando Ignacio Gallego en un pasaje de su discurso dijo que “en los pueblos y en las ciudades de España siguen las corporaciones franquistas porque Suárez no se atreve a convocar las elecciones municipales democráticas, continúan los ayuntamientos y los alcaldes elegidos a dedo por los gobernadores franquistas que se pegan al sillón como lapas”. Una voz recia y potente de un jornalero dijo en mitad de la plaza “Metazitos con ellos” (plaguicida que se utilizaba en el cultivo de algodón). Cuando hiciste uso de la palabra vi en ti una oratoria nueva, utilizabas pedagogía de la escuela y acompañabas con gestos tu discurso. ¡Como si tuviera muchas tablas! Luego se convocarían elecciones municipales en abril de 1979 y fuiste elegido alcalde comunista de Córdoba, tu ciudad.

Cuando recibí la noticia de que te has ido mis ojos quedaron arrasados por las lágrimas y fue tanto mi dolor que, como Miguel Hernández dijo, “tanto dolor se agrupa en mi costado que por doler me duele hasta el aliento”.

En las elecciones andaluzas de 1982 formamos parte de un grupo comunista de seis diputados. Recuerdo que pediste permiso al grupo para salir de la votación donde se decidían las sedes de las instituciones más importantes de la Comunidad Autónoma, para ser leal y coherente con el voto del Ayuntamiento de Córdoba que se había pronunciado días antes ofreciendo la ciudad como sede del Parlamento de Andalucía. Volviste a ganar por mayoría absoluta la Alcaldía de Córdoba en 1983 y lanzamos una gran propuesta unitaria a los sectores de izquierdas y de progreso de Andalucía.

El PCA ofreció al pueblo andaluz su mejor cargo público que estaba avalado por una mayoría aplastante de ciudadanos y un papel en blanco para que la gente en reuniones sectoriales y territoriales elaborara un programa de gobierno en respuesta a la pregunta que tú formulaste: “¿Qué haríamos nosotros al día siguiente de acceder al gobierno?”. Se trataba de poner en marcha un movimiento político y social muy novedoso y participativo en aquel momento de traiciones como la que preparó el felipismo al meter a España en la OTAN en 1986. El felipismo empezaría aplicar con su mayoría la hoja de ruta diseñada por la CIA para España.

Las fuerzas de izquierda que se unieron a la Plataforma por el NO a la OTAN con personalidades independientes acordaron en Madrid poner en marcha Izquierda Unida. Era aplicar la política de convergencia aprobada por el PCE de Gerardo Iglesias y sobre todo la política de Convocatoria por Andalucía, donde en nuestra tierra conseguimos un resultado extraordinario con veintiún parlamentarios de ciento nueve. Fuiste Coordinador General de IU (1989-2000) y Secretario General del PCE prácticamente en el mismo periodo.

En 1989 presentamos la alternativa de Izquierda Unida en las urnas por primera vez contigo como candidato a la presidencia del gobierno de España. Se obtuvo un magnífico resultado con casi dos millones de votos. Recuerdo que te molestaba mucho que en las Cortes se le diera la palabra a Roca como representante de la minoría catalana habiendo obtenido un millón de votos menos y un diputado más. Esa injusticia era y es la ley electoral que está hecha para consolidar en España un bipartidismo corrupto y monárquico. Unas reglas de juego con las cartas marcadas que nosotros denunciamos permanentemente y que aún hoy tienen vigor.

¿Te acuerdas, Julio, cuando despedimos a Dolores Ibárruri, a nuestra Pasionaria? Llegaban flores de todos los lugares del mundo, dirigentes de partidos hermanos comunistas y obreros que recibíamos en tu despacho de Secretario General del PCE, acuérdate de las palabras de Xabier Arzalluz: “Yo creo que Julio Anguita es más moralista que político y está por ver el resultado electoral del moralismo en España”. Prieto Ingrao, que encabezó la delegación del Partido Comunista Italiano, insistía en que tenemos problemas al explicar políticamente qué es lo que queremos cuando no los tenemos al explicar lo que no queremos. La Plaza de Colon llena de gente despidiendo, dando el último adiós a Dolores Ibárruri. En la tribuna de oradores Rafael Alberti, uno de los más grandes poetas comunistas de la historia de España, presentaba un hermoso poema y la gente coreaba la canción: “Veremos a Dolores pasear por las calles de Madrid”. Tu discurso en aquel acto estuvo a la altura de un personaje histórico tan importante para nosotros y para España como Dolores.

Desvinculaste al PCE del pacto constitucional del 78

Se ha ido uno de los más grandes dirigentes del movimiento comunista y obrero internacional, un hombre fiel a sus principios y a sus ideas. Abstenerse traidores, chaqueteros, tiralevitas, pseudointelectuales orgánicos del poder, de hacer comentarios laudatorios. ¿No veis que al alabar su coherencia estáis mostrando vuestra incoherencia?

Julio, te vas cuando estamos confinados por la pandemia del capitalismo, cuando más necesitamos de tu pluma y de tu palabra, cuando estamos viendo cómo el fascismo muestra su verdadero rostro y emerge en diversos lugares del mundo. Se ha confirmado que Europa sigue dando bandazos y acertamos cuando votamos no a Maastricht. Las cualidades que más me impresionaron de ti fueron las siguientes:

- Actuaste como un firme defensor de la izquierda transformadora, siempre en base a acuerdos programáticos que defendieron los intereses de la clase trabajadora.

- Con esa misma firmeza y autoridad criticaste la corrupción. Y avisaste que acabaría vaciando la democracia de contenido y socavando nuestra soberanía como país.

- Defendiste siempre un discurso antisistema, denunciando permanentemente la política neoliberal del bipartidismo.

- Fuiste el que desvinculó al PCE del pacto constitucional del 78, citando aquellos artículos que se incumplían reiteradamente en nuestro país y reconocían derechos de los trabajadores como el empleo, la salud y la vivienda.

- Demostraste con tu coherencia y honestidad que se puede luchar contra este sistema, contra los poderes de esta sociedad corrupta, y salir indemne de esta confrontación.

Fuiste un hombre incorruptible y ello te acarreó ataques durísimos desde el poder, de sus medios de comunicación. No escatimaron recursos en sus campañas de desprestigio contra ti, contra el PCE y contra IU.

Fuiste un trabajador incansable por la unidad en todos tus libros, en todos tus textos, demostrabas ser un ingeniero de la unidad. Sabías bien que la clase obrera necesitaba aliados, cada vez más en una sociedad moderna fragmentada, por eso seguías con gran entusiasmo el acuerdo alcanzado entre IU y Podemos. De ahí nace tu interés por la experiencia de gobierno que vivimos en España.


Querido Julio, la lucha por la III República continúa imparable. Cada vez hay más ciudadanos y menos súbditos. En este campo tu aportación ha sido extraordinaria pero quizás la frase que unió a la mayoría de los corazones de los españoles fue cuando embargado por el dolor defendías la paz: “Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen”.

Seguiremos tu ejemplo, seguiremos luchando camarada y amigo Julio, que la tierra te sea leve.


domingo, 17 de mayo de 2020


Necesitamos seguridad para abrir los centros de 0 a 6 años

No es la escuela sino la política social y laboral la que debe dar respuesta.


Unos días antes del estado de alarma, todos los centros educativos cerraron sus puertas ante la gran pandemia. Y ahora, para cuando llegue la desescalada en fase 2, el gobierno planifica abrir los centros de 0 a 6 años.

Consideramos que es una grave irresponsabilidad jugar con la salud precisamente de las niñas y niños más pequeños, de sus maestras y de las familias. Para dar este paso tan importante tendría que haberse constituido una mesa técnica que estudiara la actual situación y con gran rigor dictara un protocolo con las medidas sanitarias y educativas necesarias para poder acoger en las escuelas a toda la comunidad educativa sin discriminaciones.

El planteamiento de apertura tiene una función social y laboral para aquellos padres y madres que, teniendo que trabajar, necesitan el cuidado de sus criaturas. Pero cuando se habla de conciliación, ¿de quién depende esta responsabilidad?, ¿de los niños?, ¿de la escuela? ¿No será que las empresas y las administraciones no asumen este déficit social? En general, además, son las familias con menos recursos económicos quienes más problemas tienen. Son las políticas sociales y laborales las que deben dar respuesta, no la escuela.

Y explicamos por qué es tan delicado volver a la escuela tan pronto con estas edades.

Pensando en la salud de la comunidad educativa, nos parece imposible la aplicación de las medidas aconsejadas, en esta situación, para evitar los posibles contagios, porque es imposible controlar las distancias en estas edades.

La educación infantil de calidad tiene que ofrecer al niño y a la niña un alto nivel de seguridad física y emocional, un entorno en el que poder experimentar con todo lo que le rodea y una rica relación afectiva de contacto cercano y cálido con sus maestras y con sus compañeros. En esta situación no podríamos ofrecerles nada de esto. ¿Alguien se imagina que no puedan chupar y compartir los juguetes? ¿Qué sus maestras no puedan acunarlos o consolarlos? ¿Que no les dejemos jugar, comer o hablar y tocar a sus amigos, a niños y niñas de meses, de 2 años o de cinco?

Poco reconocimiento y escasa importancia

¿Y la seguridad de las maestras, maestros y demás profesionales? No nos imaginamos a estas educadoras o educadores, que necesitan establecer ese apego con los niños pequeños, con unas mascarillas, gafas o trajes que les hagan irreconocibles. Hay que pensar mucho. Reconocemos que la escuela tiene que volver a abrir las puertas y así lo queremos. Igual para todos, para que todos tengan las mismas oportunidades. Pero todo ha cambiado y es necesario repensar.

Se necesitará reducir el número de niños en cada espacio, aumentar el número de profesionales, revisar las instalaciones, regular los protocolos higiénicos y sanitarios, de desinfección y control, flexibilizar los horarios y aplicar los tests masivos a la ciudadanía. Y seguir pensando.

Muchas comunidades autónomas y ayuntamientos tendrían que volver a contratar a los equipos educativos de Escuelas Infantiles y Casas de Niños de la red pública a los que tan injustamente les suspendieron los contratos. A algunos profesionales les despidieron y a otros les aplicaron un ERTE. Tendrían que rehacer los convenios con los ayuntamientos para subvencionar sus centros de educación infantil y esto también hay que explicarlo. ¿Dónde está el dinero público presupuestado para el funcionamiento de los más de 500 centros infantiles de Madrid?

Las administraciones no han respetado ni valorado el trabajo voluntario online que están realizando los equipos educativos. Muchas de estas maestras, educadoras y educadores han llevado a cabo con las familias un trabajo excelente valorado por padres y madres, han realizado llamadas telefónicas a quienes no tenían medios informáticos, han atendido sus miedos y dudas, pero estas administraciones no consideran importante tampoco la cantidad de cuentos y juegos que las maestras han hecho para las criaturas, la elaboración de documentos o las reuniones de equipos educativos. Este ninguneo y poco respeto a los y las profesionales de esta etapa de 0 a 6 años demuestra el poco reconocimiento que tienen en general y la escasa importancia que se concede a la educación infantil, a estos años cruciales para la formación de la persona.

Hemos pedido a las administraciones públicas que reconsideren su decisión y, antes de abrir los centros de educación infantil, tengan claras las medidas de seguridad, salud, higiene, espaciales y educativas. Y que no se olviden de dotar a los centros o a las familias de distintos recursos para evitar la desigualdad.



sábado, 16 de mayo de 2020

COVID-19: Reclaman al Gobierno que apueste por una gestión eficaz de los residuos y no ceda ante la industria del plástico


·         La COVID–19 está provocando un grave descontrol en la gestión de los residuos urbanos, al haberse suprimido, entre otras cosas, la separación manual en las plantas de triaje.
·         La industria ya está presionando para retrasar la transposición de la legislación que limita los plásticos de un solo uso.

·         La Comisión Europea pide a los Estados miembros que no rebajen sus porcentajes de reciclaje y opten por sistemas sostenibles.

·         Las decisiones pos-COVID–19 deberán contemplar soluciones de reducción duraderas para proteger a la población y al medio ambiente.

La crisis sanitaria de la COVID–19 está provocando un grave descontrol en la gestión de los residuos a todos los niveles: desde el descenso del reciclaje en las plantas de tratamiento, el aumento de residuos destinados a vertederos e incineradoras, la ampliación de los vertederos, hasta posibles retrasos en la transposición de las directivas de residuos debido a presiones de la industria. 

Alianza Residuo Cero reclama unas políticas valientes, basadas en la reducción de los residuos, y recuerda al Gobierno que la salida de esta crisis sólo será posible con medidas que sitúen el medio ambiente y a las personas en el centro de las políticas.

La Alianza Residuo Cero, conformada por Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Rezero, Retorna y Surfrider Foundation Europe, denuncia que el sector petroquímico está presionando en Bruselas para rebajar las medidas contempladas en la Directiva de Plásticos de un Solo Uso. Otros países como Estados Unidos también se están viendo sometidos a la presión de los productores de plástico, que están aprovechando la crisis de la COVID–19 para rebajar la legislación ambiental.

Las organizaciones reclaman al Gobierno y a las autoridades europeas que no cedan ante las presiones de la industria, y les instan a tomar las medidas oportunas para reducir el consumo de plástico de un solo uso y otros materiales de usar y tirar, así como a gestionar los residuos generados de forma eficaz. La propia Comisión Europea ha señalado que la crisis sanitaria no puede servir de excusa para no avanzar en la transición ecológica.

Otra de las demandas de la Alianza se centra en el tratamiento actual de los residuos en el Estado español. Si los porcentajes de reciclaje ya eran de por sí escasos, la crisis sanitaria puede estar reduciendo aún más estas cifras. Esto se debe a la situación actual en los centros de tratamiento, en los que se ha suprimido la separación manual en las plantas de triaje, a través de las cuales se separaban los materiales para su posterior reciclado. Así, se recuperan menos materiales y, por tanto, aumentan los residuos destinados a vertedero e incineración.

Una vez más la Comisión Europea ha dado un toque de atención a los países de la Unión instándolos a hacer un esfuerzo mayor y no rebajar los porcentajes de reciclaje. Esto se podría evitar con un modelo más eficaz que no se vea paralizado ante una crisis de este calibre. Del mismo modo que es indispensable repensar nuestro modelo económico, el modelo de gestión de residuos, estrechamente ligado a este último, también necesita de un cambio de 180°. Para este fin, se debe priorizar la reducción de residuos en la propia cadena de producción, así como la reutilización, y, en la gestión de residuos, se debe contemplar la recogida selectiva en origen y garantizar así porcentajes de reciclaje más altos.

Los plásticos de un solo uso en ningún caso son una solución ante la crisis del coronavirus, sino que están intrínsecamente relacionados con la crisis ambiental y climática que vive la humanidad, causa de la situación sanitaria actual. Además, tal y como muestran diferentes estudiosla COVID–19 puede permanecer durante tres días en las superficies plásticas, por lo que la única solución es mantener las medidas de higiene y desinfección aconsejadas por la Organización Mundial de la Salud.

Por este motivo, Alianza Residuo Cero reclama que se priorice la reducción de residuos y los sistemas y envases reutilizables frente a las falsas soluciones de usar y tirar. Es imprescindible apostar por nuevos modelos económicos viables ecológicamente, locales y resilientes.
A su vez animan a la ciudadanía a apostar por alimentos locales, frescos y saludables libres de plásticos, y les recuerdan que llevar sus propios envases a los comercios, siempre será más seguro que los envoltorios de plástico de usar y tirar que han pasado por toda la cadena de producción y consumo.

ECOLOGISTAS EN ACCION

martes, 12 de mayo de 2020


75 ANIVERSARIO DE LA DERROTA DEL NAZI-FASCISMO

Ellas vencieron al fascismo

A pesar de que en nuestra memoria no existen artilleras, francotiradoras, partisanas y pilotas, su labor en el campo de batalla fue clave para la derrota del fascismo.


El acusado mal de Alzheimer que padece la memoria histórica occidental respecto de la Segunda Guerra Mundial –inducido en parte por el poderío internacional de la industria de Hollywood en la configuración de imaginarios colectivos– provoca entre otras cosas que ser mujer y soviética sea sinónimo de inexistencia. Debido a esto, cuando pensamos en el papel de la mujer en la Segunda Guerra Mundial nos vienen a la mente imágenes de su rol asistencial de enfermera en el frente, o bien de obrera y madre en la retaguardia. Y a pesar de que en nuestra memoria no existen artilleras, francotiradoras, partisanas y pilotas, su labor en el campo de batalla fue clave para la derrota del fascismo, siendo además pioneras en las acciones e hitos que llevaron a cabo.

SURCANDO LOS CIELOS. Inicialmente fueron subestimadas por el resto de los pilotos porque, además de ser mujeres, apenas superaban los 20 años de edad. Sin embargo su trabajo desde el aire es el aspecto que más reconocimiento aglutina a nivel institucional.

La iniciativa corrió a cargo de la ya entonces mítica pilota rusa Marina Raskova, nombrada heroína de la Unión Soviética en 1938 por haber batido el récord mundial de vuelo sin escalas. Ella fue la responsable de la integración femenina a divisiones de combate en la fuerza aérea soviética, presionando a las autoridades militares para formar secciones

 formadas íntegramente por mujeres.

Así fueron fundados el 586º Regimiento de Cazas, el 587º Regimiento de Bombardeo, y el 588º Regimiento de Bombardeo Nocturno, los cuales se estipula que realizaron entre 25 mil y 30 mil misiones de combate. En el 586º combatió Lydia Litvak, una joven que a sus 21 años logró su duodécima victoria en solitario sobre cazas enemigos, siendo, junto a su camarada Katya Budanova, las dos únicas mujeres en la historia mundial consideradas “ases de combate”.1 Una flor blanca que dibujó en el costado de su caza dio lugar a su célebre apodo: “La rosa blanca de Stalingrado”.

Pero sería el 588º Regimiento de Bombardeo Nocturno el que pasaría a la historia debido a la temeridad y efectividad de sus acciones. Sus integrantes, a bordo de los precarios Polikarpov PO-2, serían conocidas entre los nazis como “Las brujas de la noche”, ya que lanzaban sus ataques sobre campamentos, depósitos de abastecimiento y bases de apoyo en la retaguardia alemana siempre desde la oscuridad nocturna del cielo. Su estrategia era especialmente arriesgada ya que, debido a la lentitud de sus máquinas y para aligerar su peso, prescindían de ametralladora, paracaídas y radio, portando únicamente las seis bombas que les permitía su biplano. Estas pioneras volaban a muy baja altura sobre los campamentos alemanes, poniendo su motor en ralentí en pro de un mayor sigilo hasta soltar su carga sobre el objetivo, tras lo cual aceleraban haciendo un ruido peculiar con sus motores que llegó a enloquecer a los soldados nazis, ya que cuando éstos los escuchaban sabían que tenían una lluvia de proyectiles cayendo sobre ellos.

Este regimiento había logrado una especial eficiencia, cumplía cerca de 18 misiones por noche, alterando a los miembros de la Wehrmarcht hasta el punto de que comenzaron a ofrecer la honrosa Cruz de Hierro a aquellos que lograsen abatir a algún PO-2 de estas combatientes, que algunos llegaron a considerar no-humanas. El comandante alemán Johannes Steinhoff declaró: “No podíamos creer que los aviadores soviéticos que nos habían ocasionado los mayores problemas fueran en realidad mujeres. Esas mujeres no le temían a nada. Venían noche tras noche en biplanos muy lentos, y durante algunos períodos no nos dejaban dormir en absoluto”. En 1943 el 588º Regimiento fue galardonado con la denominación 46º Regimiento de Guardias, entrando así en las unidades de elite del Ejército Rojo.

En ningún otro lugar las mujeres desempeñaron un rol similar, y mucho menos obtuvieron alguna condecoración militar. Su actividad en los aires siempre se limitó al vuelo de carga, para liberar a pilotos masculinos para el combate. En Estados Unidos las féminas tendrían que esperar hasta 1993 para que las autoridades las considerasen capaces de combatir en los cielos.

EN LA MIRA. Por excelencia el rol de francotiradora es el que más trascendió en el imaginario bélico ruso, debido, además de sus hazañas, a la especial compatibilidad del carisma y fotogenia de estas soldados con los cánones estéticos masculinos.

Entre 1.500 y 2 mil profesionales fueron formadas en la Escuela Central de Entrenamiento de Mujeres Francotiradoras, de las cuales se estipula que sólo sobrevivió una cuarta parte, ya que pocas se dejaban hacer prisioneras y reservaban siempre una última bala para sí mismas, en caso de caer en manos del enemigo.

Tenían más facilidad que los hombres para infiltrarse tras las líneas enemigas, haciéndose pasar por pastoras o campesinas, ya que éstas quintuplicaban en número a los habitantes masculinos en las zonas ocupadas por la Wehrmacht, y era más difícil su control. Se calcula que causaron alrededor de 12 mil bajas entre las tropas nazis. Su actividad se destinaba preferentemente a la eliminación de oficiales, servidores de ametralladoras y morteros, así como a los observadores que dirigían el fuego de la artillería.

La más destacada fue sin duda Lyudmila Pavlichenko que en junio de 1942, cuando fue retirada del frente tras ser herida por un mortero, acumulaba 309 muertes, incluyendo a 36 francotiradores enemigos, superando las 225 del archiconocido Vasily Zaytsev. Pavlichenko fue nombrada heroína de la Unión Soviética y acabó siendo recibida con honores por el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, siendo la primera ciudadana soviética en visitar oficialmente Estados Unidos.

AL PIE DEL CAÑÓN. La labor de las mujeres soviéticas en la infantería no fue en absoluto desdeñable. Se desempeñaron como partisanas, tanquistas y soldados, teniendo bajo su mando a unidades enteras. En Leningrado, por ejemplo, cuyos habitantes resistieron desde 1941 a 1944 el más bárbaro y atroz sitio, se estipula que el 75 por ciento de la población era de género femenino, ya que los hombres habían sido trasladados a servir en otras zonas del país, por lo que muchas de ellas se vieron obligadas a integrar y organizar la defensa de la ciudad.

Por otro lado, en la batalla de Stalingrado trascendió la heroica resistencia del 1077º Regimiento de Artillería Antiaérea ante el imprevisto ataque realizado sobre una fábrica de tanques por la 16ª División Panzer alemana. El factor sorpresa de la ofensiva nazi hizo que este regimiento formado íntegramente por chicas muy jóvenes tuviese que afrontar, solo y sin el armamento adecuado, a toda una división de carros blindados de la Wehrmatch. Dos días aguantó su resistencia. Varios testimonios de los alemanes dan cuenta de su asombro al descubrir, tras esta batalla, que sólo había cuerpos de mujeres al pie de los cañones que les habían destruido nada menos que 83 blindados.

El hecho de que niñas que ni habían terminado la secundaria se hicieran cargo de piezas de artillería en el infierno de Stalingrado sólo puede pasar cuando un pueblo entero se resiste con uñas y dientes a su propio genocidio. Sin embargo, en 2004 el 57 por ciento de la población francesa identificó a Estados Unidos como la nación que más contribuyó a la derrota del nazismo. Sólo un 20 por ciento señaló a la Urss.2 Algo paradójico cuando el 75 por ciento de las fuerzas militares alemanas fueron destruidas en el frente soviético, y muchos capitalistas estadounidenses, como Rockefeller o Henry Ford, no hicieron sino financiar directamente a los nazis en aras de desarticular la organización del movimiento obrero en Europa.

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1. Categoría militar internacional reservada a aquellos aviadores que durante su carrera derribaron a más de cinco aviones enemigos.

2. Según datos del Instituto Francés de Opinión Pública (Infop).

[Tomado de Brecha: https://brecha.com.uy/ellas-vencieron-al-fascismo/




sábado, 9 de mayo de 2020


75 ANIVERSARIO DE LA DERROTA DEL NAZI-FASCISMO

La gran falsificación

Demasiados europeos todavía creen que fue Estados Unidos y no la Unión Soviética quien derrotó al nazismo.


El 8 de mayo de 1945, el alto mando alemán firmaba la rendición ante representantes de la Unión Soviética, Estados Unidos y Gran Bretaña y se ponía fin a la Segunda Guerra Mundial en territorio europeo. Ese día, el primer ministro británico, Winston Churchill, enviaba el siguiente telegrama a Stalin: Las generaciones futuras reconocerán su deuda con el Ejército Rojo en una forma tan franca como lo hacemos nosotros que hemos vivido para presenciar estas pujantes hazañas.

Hoy, la mayoría de la población europea cree que la Segunda Guerra Mundial fue un episodio en el que un puñado de valientes y sacrificados soldados estadounidenses, con la ayuda de algún británico, salvaron a Europa de las garras de Hitler y del nazismo.

Franklin Delano Roosevelt envió a Stalin el siguiente mensaje tras la batalla de Stalingrado en febrero de 1943: En nombre del pueblo de Estados Unidos deseo expresar al Ejército Rojo nuestra profunda admiración por sus magníficos logros, no superados en toda la historia. El Ejército Rojo y el pueblo ruso con toda seguridad han iniciado el camino hacia la derrota definitiva de las fuerzas de Hitler y se han ganado la admiración duradera del pueblo de Estados Unidos.

La criminal matanza de Hiroshima y Nagasaki inició un cambio de rumbo en el que se pasó del reconocimiento del sacrificio soviético a la equiparación entre el comunismo y el nazismo, entre Hitler y Stalin.

La dimensión de la tragedia de la guerra debería haber provocado una reflexión honesta sobre sus causas y haber creado un clima de coexistencia pacífica. Sin embargo, la posesión del arma atómica llevó a Truman y a Churchill a resucitar su vieja aspiración de clase: acabar con el país de los soviets. El aliado de los últimos cuatro años se tenía que convertir en un horrible enemigo. Y había que construir un relato que lo justificara.

La guerra fría cultural de la CIA

En junio de 1947, el general y Secretario de Estado George Marshall anunció el plan de ayuda económica que llevaría su nombre, dirigido a sacar de la crisis a los países de la Europa devastada por la guerra que no estuviesen en la órbita soviética. Una parte importante de estos fondos fueron utilizados en secreto para la guerra psicológica.

Se creó dentro de la CIA la Oficina de Coordinación de Políticas (OPC), un departamento especial para operaciones secretas. Se había organizado un programa de reclutamiento de nazis, a los que se permitía entrar en Estados Unidos blanqueando su pasado a cambio de ayudar en la lucha contra el comunismo. Se movilizaba al mundo cultural, dentro y fuera de Estados Unidos, contra el comunismo. El libro La CIA y la guerra fría cultural, de la historiadora y periodista Frances Stonnor, editado por AKAL, aporta abundantísima documentación sobre esta operación de los servicios secretos. En 1948, el gobierno laborista de Clement Attlee creó el Departamento de Investigación de la Información (IRD). Su misión principal era atacar a la URSS y al comunismo. Lo mismo que su prima hermana, la OPC de la CIA.

El 4 de abril de 1951, Truman creó el Consejo de la Estrategia Psicológica, que tenía como objetivo coordinar las múltiples actividades de la propaganda encubierta. El plan se hizo papel en el documento PSB D-33/2, mantenido en secreto hasta 2005. El anexo B del plan, que trata de los trabajos de la CIA, no se desclasificó hasta 2012. No nos consta que ambos documentos los haya difundido algún medio de comunicación en España. El primer objetivo del plan era crear confusión, dudas y pérdida de confianza mediante estudios objetivos académicos que enfaticen las contradicciones, inconsistencias y vulnerabilidades del comunismo. Fue la base de un bombardeo ideológico, empeñado en equiparar nazismo y comunismo. Contaron para ello con el grueso de la industria de la cultura: el cine, la televisión, la radio, los libros y los periódicos. Todos unidos en resaltar los aspectos negativos, reales o inventados, del comunismo y minimizar o silenciar los positivos.

Setenta y cinco años después, es de mínima justicia reconocer lo que debemos a la Unión Soviética y a los comunistas: la derrota de los nazis, las políticas de bienestar social que se implantaron en Europa tras la guerra y que no haya habido más hongos nucleares como los de Hiroshima y Nagasaki.

En estos momentos en que vuelve a repuntar la histeria anticomunista, me parece oportuno rescatar las palabras del escritor alemán y Premio Nobel de Literatura Thomas Mann, escritas a comienzo de los años cincuenta: Colocar en el mismo plano moral el comunismo ruso y el nazifascismo, en la medida en que ambos serían totalitarios, en el mejor de los casos es una superficialidad y en el peor es fascismo. Quien insiste en esta equiparación puede considerarse un demócrata pero en verdad y en el fondo de su corazón es en realidad un fascista y, desde luego, sólo combatirá el fascismo de manera aparente e hipócrita mientras deja todo su odio para el comunismo.




lunes, 4 de mayo de 2020


Ya viene el Primero de Mayo y proclamamos: ¡nada es posible sin la clase trabajadora!

Este 1º de Mayo, y más aún bajo las circunstancias excepcionales que estamos atravesando, el Partido Comunista de España muestra su absoluto reconocimiento al papel de nuestra clase, la de las trabajadoras y trabajadores, que han evidenciado una realidad incontestable: son quienes mantienen en pie este país, esta sociedad, con los mejores valores colectivos.
Eterno agradecimiento al personal sanitario, que combaten a diario la enfermedad frente a frente, desprovistos en muchas ocasiones del material necesario para su protección básica. Y, por si ello no fuera suficiente carga, enfrentándose a unas condiciones de precariedad laboral severas; en muchas ocasiones viéndose obligados a aumentar sus horarios de trabajo, enfrentándose a jornadas que parecen interminables. Así mismo, nuestra solidaridad y compromiso con todo el personal que se está incorporando al sistema de salud, y que llevan sufriendo la falta de un puesto fijo y de condiciones laborales dignas, con el constante ataque y recortes sufridos desde la crisis del 2008, y que tanto estamos pagando como sociedad. Por ello, seguimos haciendo un llamamiento a revertir los recortes y afianzar un modelo sanitario público, universal y de calidad, empezando por el cuidado real a nuestros profesionales, y adoptando las medidas necesarias para capacitarlo en las respuestas que la presente crisis ha evidenciado imprescindibles para el futuro.
Igualmente, el PCE agradece y se enorgullece del esfuerzo de todos los trabajadores que mantienen a flote los servicios esenciales, de nuevo en condiciones en muchos de esos sectores, golpeados por los mayores grados de precariedad y brechas de género, y con ínfimas condiciones de seguridad, que se vienen arrastrando desde hace muchos años y agravadas aún más hoy. Cajeros, repartidores, transportistas, operarios de las industrias alimentaria y sanitaria, jornaleros, personal de farmacias, servicios sociales, limpiadoras, cuidadoras… A todos aquellos que, en los momentos más graves del brote, se han mantenido en su puesto para conseguir que el resto del país pudiese resistir viendo minimizados los efectos del parón. A vosotros y al papel jugado por esas trabajadoras que han asumido el compromiso del trabajo voluntario y solidario en asociaciones vecinales, en protección civil y en todas las iniciativas de ayuda mutua que han ido surgiendo a lo largo de estos días para intentar disminuir los riesgos de los grupos más vulnerables y defender la vida sin dejarse a nadie atrás.
No podemos olvidarnos hoy de quienes han sido utilizados por la patronal para eludir su responsabilidad de colaborar en el mantenimiento de la situación, haciendo gala de una insolidaridad y falta de compromiso social incompatible con el ejemplo de la clase obrera. Hablamos de los que han sido despedidos injustamente, de los trabajadores sin contrato que han perdido su empleo sin derecho a ninguna prestación, de los que se han visto sometidos a un ERE o a un ERTE sin que este fuese necesario, de los que tuvieron que acudir a trabajar pese a poder activarse el teletrabajo, de los que mantienen su jornada habitual pese a no ser esencial. Todas aquellas que han visto empeoradas aún más sus condiciones laborales o que están padeciendo fraudes como estar adscritos a un ERTE y seguir trabajando. Pero hablamos también de los sin derechos, de la economía sumergida, de la situación de miles de mujeres y migrantes. Este Primero de Mayo debe ser un día de reflexión para toda la sociedad, para no renunciar a la lucha por conseguir de una vez por todas un sistema que priorice la vida digna de la gente que nos sostiene a todas, y no el máximo beneficio económico, en demasiadas ocasiones ocultado a los impuestos con los que se sostiene lo público o directamente enviado a paraísos fiscales.
Además, queremos reconocer el papel jugado estos días por los trabajos invisibilizados. Si hay algo que se vuelve importante en medio de una pandemia mundial es el mundo de los cuidados. Luchemos hoy por reconocer la función de aquellos que se ocupan de los más vulnerables y que no ven reconocida socialmente su labor como un trabajo digno y con derechos. Como comunistas nos vemos obligados a librar esta batalla contra el mercado, que sea el valor social y no los beneficios económicos el que determine que es una ocupación y que es esencial.
Y, por último, agradecer el papel jugado por nuestra clase en general. Por su aplauso sanitario, por su saber estar, por su apoyo a los empleados del sector público, por su solidaridad con sus vecinos y por cualquier muestra de unidad y solidaridad demostrada desde el decreto del estado de alarma. Somos nosotras, unidas, quienes hacemos frente al virus. Somos nosotros, unidos, quienes construiremos un mejor mañana.



sábado, 2 de mayo de 2020


Ya viene el Primero de Mayo y recordamos: luchando, ¡sí se puede!

Durante los últimos años, la clase trabajadora ha seguido sufriendo las consecuencias de la crisis económica que desde 2008 azota con fuerza hasta nuestros días, y que los anteriores gobiernos del PP quisieron paliar con un recorte de las condiciones de vida de la inmensa mayoría, para salir al rescate de los bancos y de los beneficios de los grandes poderes económicos.
Abaratamiento y facilidades para los despidos, flexibilización de las jornadas laborales, bajada de salarios, destrucción de la Negociación Colectiva, temporalidad en la contratación, son algunas de las medidas que abocaron al empobrecimiento de la clase trabajadora, abriendo una nueva brecha en nuestra clase, que aún con trabajo engrosa las cifras de pobreza y de riesgo de exclusión social, por no poder hacer frente a su día a día.
Por todo ello la clase trabajadora ha salido a la calle durante esta década a reivindicar sus derechos, con más contundencia. Son multitud los diferentes y diversos conflictos Labores que ha habido en este país, y sin distinciones tanto en el Sector Público, con las luchas de las distintas Mareas en defensa de los servicios público, por la Sanidad, la Educación Publica y las pensiones, y en el Sector Privado. Sonados han sido los conflictos laborales de las y los compañeros de Coca Cola, Ryanair, Alcoa, Amazon, las “Kelly” pero también han sido y siguen siendo muchos otros conflictos en Pymes y Micro Pymes en los que la clase trabajadora ha vuelto a demostrar que no nos vamos a quedar de brazos cruzados sin pelear por un TRABAJO DIGNO para una VIDA DIGNA.
Conflictos Laborales que han intentado también cercenar modificando el Código Penal, intentando acabar con el derecho de Manifestación o de Huelga, enviando a las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado a machacar a quienes en las calles reivindicamos derechos y a las organizaciones de clase, desde sanciones económicas hasta cárcel, porque no solo nos quieren CALLADAS sino también DOCILES y solas ante la cotidiana injusticia.
Esta crisis ha azotado con más fuerza a mujeres, jóvenes y migrantes, sin olvidarnos de trabajadores, con una edad superior a 45 años y que se han visto abocados a largos periodos de inactividad, expulsados a un futuro de pensiones recortadas e insuficientes para una vida digna, como ya ocurre con muchas de nuestras mayores pensionistas.
El sector más castigado ha sido el sector de los cuidados, que hoy con la crisis sanitaria del COVID-19, se ha reivindicado como el sector más fundamental. Aquellas y aquellos que hoy en día llamamos “heroínas o héroes”, porque en una lección de profesionalidad, siguen acudiendo a sus centros de trabajo y en muchos casos jugándose su integridad física y en condiciones de precariedad laboral, fruto de recortes y reformas laborales que despreciaban a quienes ahora se demuestran indispensables.
Desde la organizaciones sindicales más representativas, y en especial desde CCOO, ha habido una respuesta cada vez más fortalecida y organizada ante las consecuencias de la crisis anterior, que se ha visto multiplicada ante esta crisis, poniendo en evidencia la importancia de la organización y la unidad de la clase obrera ante el conflicto capital - trabajo y que está siendo herramienta de toda la sociedad, aun viéndose mermada la afiliación, en muchos casos también por la falta de recursos económicos. Medidas como el incremento del SMI en más de un 30% desde 2016, han llevado a la lenta pero paulatina recuperación de ingresos de la clase trabajadora, que aún sigue necesitando la derogación de las reformas laborales de 2010 y 2012 para recuperar todos los derechos arrebatados y que tanto costó conseguir en el pasado, e iniciar el necesario camino de conquistar nuevos derechos y marcos de relaciones laborales que protejan y construyan vida digna para quienes precisamente, se demuestran esenciales en el sostenimiento de nuestra sociedad.
Y llegados a 2018, se produjo por primera vez una moción de censura al Gobierno del PP, con el que se pretendía dar un giro político a la situación. Moción promovida por Unidas Podemos y que con el apoyo mayoritario del Congreso, alzo al PSOE a un gobierno en funciones con programa político pactado con Unidas Podemos, que apenas pudo llevarse a cabo, y que nos abocó a dos nuevos procesos electorales en el año 2019, esta vez sí, con un acuerdo programático a principios de 2020 para un Gobierno de Coalición Progresista, en el que el PCE está presente, con dos carteras ministeriales fundamentales para la clase trabajadora, como son Trabajo y Consumo.
El año 2020 se presentaba ya con el anuncio de una recesión económica a nivel mundial y que para el Estado Español, según algunos expertos, no iba a condicionar la recuperación económica. Nunca lo sabremos, porque se cruzó una crisis mundial sanitaria, que nos está obligando a toda la sociedad, desde el Gobierno al último trabajador, a abordar el camino iniciado en los primeros días de Gobierno, junto a los agentes sociales, como la subida del SMI a 950 euros o la derogación del artículo 52.d que permitía el despido justificado por enfermedad, desde otra perspectiva y con otras urgencias, para que nadie se quede atrás, y construyamos colectivamente el mejor punto de partida para la reconstrucción de un país, de un nuevo país, en el que la clase trabajadora tiene que ser protagonista y activista, porque la lucha forja, porque lo colectivo importa, porque la solidaridad y la unidad son nuestras grandes herramientas, la historia lo ha demostrado.