domingo, 29 de septiembre de 2019


Celebramos el reforzamiento comunista en las elecciones locales y regionales de Rusia



Las elecciones locales y regionales celebradas el 8 de septiembre en Rusia han tenido lugar en un momento marcado por la insatisfacción popular por la nueva ley de pensiones y por el aumento de la edad de jubilación, por el deterioro de los salarios y la crisis económica, por las dificultades en la industria y el empobrecimiento de muchos sectores de la población, por la fuga de científicos (un millón y medio trabajan en laboratorios de otros países) y por otras lacras denunciadas por el Partido Comunista de la Federación rusa, KPFR, que han hecho aflorar de nuevo el rechazo al gobierno de Rusia Unida.

A la permanente agitación anticomunista en televisión, que presenta a la Unión Soviética con los tintes más siniestros, se han añadido durante la campaña electoral las habituales manipulaciones del gobierno de Putin. Previamente, el Partido Comunista ruso organizó una campaña de protesta y de manifestaciones bajo el lema “Por unas elecciones limpias y justas”. En ellas, se han presentado cuarenta y siete mil candidatos, en comicios donde se elegían gobernadores, ayuntamientos y la composición de trece parlamentos de repúblicas y regiones, entre ellos los de Moscú, Leningrado (San Petersburgo), Crimea, Sebastopol, y Novosibirsk.
 El partido del poder ha presionado a muchos de los candidatos comunistas para forzar su retirada, a través de mecanismos de intimidación y amenaza, como ha hecho en las elecciones a gobernador de San Petersburgo, donde el candidato comunista, Vladímir Bortko, retiró su candidatura. El acoso a los candidatos comunistas ha sido constante, como el que padece Pavel Grudinin, candidato del Partido Comunista en las elecciones presidenciales de marzo de 2018, a quien intentan ahogar en los tribunales y privatizar las tierras del sovjoz Lenin (granja colectiva soviética, que dirige Grudinin, donde trabajan trescientas personas y que es un ejemplo de gestión honesta), para dedicarlas a la especulación y construcción de residencias de lujo en los alrededores de Moscú. Así ha sido también con Valentin Konovalov, en la república de Jakasia; con Olga Efímova, candidata comunista en Novgorod, contra quien presentaron una oponente que literalmente copiaba su aspecto físico y se presentaba por el fantasmal “partido comunista” KPSS; contra Nikolai Platoshkin, candidato comunista a diputado en Javarosk; contra Levchenko, gobernador comunista de le región siberiana de Irkutsk, a quien la televisión ha dedicado decenas de reportajes difamatorios por su empeño en perseguir a empresarios corruptos y mafiosos que talan los bosques siberianos; contra Alekséi Kornienko, candidato comunista en Sajalinsk, destruyendo sus materiales de campaña, pancartas, negando su acceso a locales, e incluso deteniendo a militantes comunistas y quemando vehículos, además de impedir el acceso de los apoderados comunistas a los colegios electorales.
 La arbitrariedad administrativa, que ha impedido la presentación de candidatos comunistas con las más peregrinas excusas, y el llamado “filtro municipal” que dificulta la presentación de candidatos contrarios al poder; la distribución de decenas de miles de panfletos anticomunistas e incluso la falsificación de prensa del Partido Comunista; el veto en televisión y la prohibición para alquilar espacios; la creación de fantasmales "partidos comunistas" como el "Comunistas de Rusia" de Suraikin, o el PCJS (Partido Comunista de la Justicia Social; cuyas siglas en ruso son KPSS como el antiguo PCUS), y otras manipulaciones semejantes, tenían el objetivo de crear confusión y arrebatar votos al Partido Comunista ruso, KPFR. Reflejando su desprestigio, el partido del poder también ha recurrido a la ocultación de los candidatos de Rusia Unida, como en Moscú, donde fueron presentados como “independientes”.

Las constantes violaciones de la normativa electoral (el PCFR ha denunciado “violaciones masivas”) y todo tipo de arbitrariedades y decisiones de los organismos del partido de Putin han configurado un ataque sin precedentes sobre los candidatos comunistas. Para hacer frente a esa permanente campaña y manipulación anticomunista, el Partido Comunista ruso ha formado a más de cien mil observadores para el control de las elecciones, y ha organizado un “Contador rojo” para cotejar los resultados. 

Pese a la baja participación, muestra de la radical desconfianza de la población en el capitalismo ruso, y pese a la manipulación del partido del poder en numerosas poblaciones, llenando urnas de manera fraudulenta, el Partido Comunista ha duplicado sus resultados de anteriores elecciones, consiguiendo resultados notables como la reelección del alcalde comunista de Novosibirsk, la capital de Siberia. Una vez más se ha hecho patente, contrariamente a lo que afirma la prensa conservadora occidental, que la principal oposición en Rusia no son los liberales, sino los comunistas.

El Partido Comunista de España denuncia las constantes manipulaciones de Rusia Unida, el partido de Putin, felicita a sus camaradas rusos por los resultados obtenidos, y hace votos por el reforzamiento del Partido Comunista de la Federación rusa, KPFR, garantía de la defensa de los trabajadores rusos, de la solidaridad con la clase obrera de las otras repúblicas que se agruparon en la Unión Soviética, y del combate por la paz y el socialismo.


martes, 10 de septiembre de 2019


Movimientos sociales: El mundo de abajo crece en silencio

Los mundos nuevos nacen por contagio y por necesidad, sin seguir las instrucciones de los manuales partidarios, ni las recetas predeterminadas de viejos o nuevos líderes.
Los mundos nuevos nacen por contagio y por necesidad, sin seguir las instrucciones de los manuales partidarios, ni las recetas predeterminadas de viejos o nuevos líderes.

Hay vida (y lucha) más allá de las elecciones. En nuestros países (Argentina, Uruguay), desde los focos mediáticos hasta las conversaciones entre militantes de los movimientos sociales están centrados y concentrados en las próximas jornadas electorales, con la esperanza de que, esta vez sí, habrá cambios. Aunque sabemos que esos cambios no vienen de arriba y que los verdaderos son los que construyamos desde abajo y por abajo, una y otra vez nos dejamos arrastrar por los fuegos artificiales de las elecciones. Volvemos a diluir nuestra potencia del hacer desde abajo en la delegación del Poder hacia arriba…
Sin embargo, los pueblos de América Latina siguen construyendo sus mundos otros, muy lentamente, a contracorriente, en la oscuridad de la vida cotidiana, lejos, muy lejos, de las campañas que derrochan recursos y discursos.

¿Quién pudo enterarse de que este año se creó la Guardia Indígena Comunitaria “Whasek” Wichi en el Impenetrable, en el Chaco, Argentina? ¿Quién sabe de la creación del Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampis, en el norte del Perú, camino que comienzan a recorrer otros tres pueblos amazónicos?
¿Cuántos medios han informado de que el pueblo mapuche en el sur de Chile ha recuperado 500.000 hectáreas por acción directa desde la década de 1990, cuando se restauró la democracia para arrinconarlos con la aplicación de la ley antiterrorista heredada de la dictadura de Pinochet, pero luego aplicada igualmente por gobiernos progresistas y conservadores?
¿Dónde leemos acerca de la tremenda lucha de los tupinambá del sur de Bahía (Brasil), que en pocos años recuperaron 22 haciendas, miles de hectáreas, pese a la represión y las torturas a sus dirigentes?
¿Cuándo le dedicamos algún tiempo a comentar la victoria de las 30 comunidades de Molleturo (Azuay, Ecuador) que consiguieron frenar a la minera china Ecuagoldmining, luego de quemar el campamento? ¿Quién habla del reciente triunfo campesino de todo el Valle de Tambo, ante el proyecto cuprífero Tía María, en el sur de Perú?
Ahora vemos cómo los pueblos mayas del sur de México, organizados en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), pasaron a la ofensiva y rompieron el cerco militar e informativo del gobierno mexicano de la autodenominada “Cuarta Transformación”, creando siete nuevos caracoles y cuatro municipios autónomos, con los que suman ya 43 espacios de autogobierno zapatista en esa región.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) saludó y otorgó “su aprobación” a los nuevos municipios autónomos zapatistas, no sabemos qué responderán los y las zapatistas, pero podemos observar que en todos estos años fueron construyendo de hecho su autonomía en los territorios insurgentes donde se encuentran sin la necesidad de la aprobación de ningún gobernante.
Los Acuerdos de San Andrés firmados en el año 1996 y que reconocían la autonomía de los pueblos indígenas de todo México fueron negados y traicionados por cada uno de los sucesivos gobiernos; esto no impidió el crecimiento de la autonomía en territorio zapatista y en decenas de municipios autónomos de otros pueblos indígenas del país. Más que aprobar o no, de palabra, estos procesos de autonomía, el gobierno de AMLO bien podría poner en práctica los Acuerdos de San Andrés y dejar que siga floreciendo la autonomía indígena en vez de continuar y fortalecer el cerco policial y militar a las comunidades en rebeldía, tal como vienen denunciando las propias comunidades indígenas de Chiapas, tanto las zapatistas como muchas otras no zapatistas.
Para nosotros estos hechos son motivo de la mayor alegría y nos llenan de entusiasmo y esperanza, ya que confirman la decisión política de construir abajo con las y los de abajo, de forma autónoma, nuestra salud y nuestra educación, nuestros espacios de vida y nuestra justicia, en base a los poderes propios que hemos creado por fuera del Estado.
Han conseguido romper el cerco que decenas de miles de militares mantienen desde el levantamiento del 1 de enero de 1994, cuando el gobierno decidió movilizar la mitad de sus efectivos para rodear y cercar a las comunidades rebeldes autónomas zapatistas. ¿Cómo han sido capaces los y las zapatistas de multiplicarse, de salir del cerco y construir más mundos nuevos? Como lo hacen siempre las y los de abajo: “Compañeras de todas las edades se movilizaron para hablar con otras hermanas con o sin organización”, explica el subcomandante insurgente Moisés en su último comunicado. Las mujeres y los jóvenes son quienes fueron a conversar con sus semejantes de otras comunidades, no para convencerlos, porque las y los oprimidos saben de sobra quiénes son, sino para organizarse juntos; para autogobernarse juntos.
En esa movilización silenciosa entre los abajos, comprobaron que las limosnas de los gobiernos (eso que aquí llamamos con cierta pompa “políticas sociales” y que no es más que contrainsurgencia) lastiman la dignidad por el desprecio y el racismo que implican. Los mundos nuevos nacen por contagio y por necesidad, sin seguir las instrucciones de los manuales partidarios, ni las recetas predeterminadas de viejos o nuevos líderes.
¿Cómo hemos perdido la “capacidad más linda del revolucionario”, la de sentir “en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo”, como decía el Che? ¿Por qué ya no nos alegrarnos cuando, en cualquier parte del mundo, los de abajo ponen su dignidad como escudo ante los poderosos, levantando mundos otros, como los kurdos del norte de Siria?
Las personas militantes necesitamos reformar nuestros sentidos y sentimientos de vida, reencontrarnos con nuestros propios fuegos y retomar la lucha más allá de los fuegos artificiales de las elecciones, volver a confiar en nuestra propia potencia y autogobernarnos a distancia del Estado, desalienarnos y descolonizarnos para caminar junto, no delante marcando línea, hombro con hombro con las rebeldías que siguen (re)emergiendo desde abajo y por abajo en toda Nuestra América.

 Raúl Zibechi / Juan Wahren

sábado, 7 de septiembre de 2019


Alberto Garzón se compromete con FACUA a impulsar en el Congreso una profunda reforma de la Ley de Seguridad Alimentaria para evitar casos como el brote de listeriosis
El coordinador federal y diputado de Izquierda Unida mantiene en sede parlamentaria una reunión “muy productiva y clarificadora” con responsables de la asociación, en la que recibe información contrastada del “papel que, más allá de posibles errores humanos, han jugado las distintas administraciones”, así como del “claro efecto de la negativa respuesta y la falta de información por parte de los máximos responsables de la empresa que fabricó los productos de alimentación contaminados”
 El coordinador federal y portavoz parlamentario de Izquierda Unida, Alberto Garzón, se ha comprometido hoy con responsables de la asociación de consumidores FACUA a “impulsar en el Congreso una reforma en profundidad”, entre otras normas, de la Ley de Seguridad Alimentaria para “luchar con más eficacia y evitar casos como el grave brote de listeriosis”, que se ha cobrado ya la vida de al menos tres personas y afecta a otras 200 más.
Garzón encabezó la delegación de IU que esta mañana mantuvo una prolongada reunión en sede parlamentaria de cerca de dos horas -calificada de “muy productiva y clarificadora”- con Ángeles Castellano y Rubén Sánchez, secretaria general y portavoz de la asociación.
En ella se ha recibido de primera mano información contrastada sobre “el desarrollo de la crisis alimentaria y sanitaria propiciada por este caso hasta el día de hoy”, así como del “papel que en ellas, más allá de posibles errores humanos, han jugado las distintas administraciones, junto a los fallos detectados en alguna de ellas”.
También se trató en profundidad “el claro efecto que ha tenido en la evolución del brote la negativa respuesta y la falta de información por parte de los máximos responsables de la empresa que fabricó los productos de alimentación contaminados de listeria”.
Con la información práctica y técnica facilitada por FACUA, Izquierda Unida va a dar un impulso al trabajo iniciado ya para, entre otras cuestiones, concretar y promover una importante reforma de la Ley de Seguridad Alimentaria en el seno del grupo de Unidas Podemos.
Garzón coincidió con sus interlocutores en que dentro de estos cambios necesarios resulta imprescindible “fijar plazos claros, obligatorios y vinculantes de la inspección sanitaria a este tipo de empresas por parte de las administraciones”.
De igual forma, se ha contrastado la necesidad de que “la industria y empresas alimentarias estén obligados a disponer de un seguro en vigor de responsabilidad civil”. En la reunión se habló también del avance que supondría para la gestión de crisis como la actual que “se incluya a las organizaciones de consumidores más representativas en las redes de alerta alimentaria”.
Izquierda Unida completará su trabajo parlamentario con una batería de iniciativas -que sumará a las que ya están en marcha- para que el Gobierno en funciones traslade de distinta forma a sede parlamentaria todos los datos que maneja sobre este caso. Hace más de una semana ya se formalizó la exigencia de comparecencia en comisión en periodo ordinario de sesiones (se inicia la próxima semana) de la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, por este caso.



jueves, 5 de septiembre de 2019


Yemen, las metástasis de un genocidio

A más de cuatro años del inicio de la guerra, la paz sigue siendo mucho más remota, que la posibilidad de una nueva guerra que se extiende como metástasis en un cuerpo cada vez más enfermo.
 El genocidio iniciado por Arabia Saudita, en marzo de 2015, contra el pueblo yemení, no se detiene. La hambruna afecta a más de 13 millones de personas; epidemias como la del cólera se ha convertido en la peor que se ha registrado en la historia y avanza desbocada por todo el país; mientras los combates siguen sumando nuevas víctimas a las más de las 120 mil que ya se han producido en esta guerra que se ha empantanado y a la que Riad creía iba a resolver en unas cuantas semanas de bombardeos, se ha convertido en el problema más acuciante para la familia saudita ya que los houthis, no solo han resistido a la guerra, sino que han pasado a la ofensiva atacando con misiles en varias oportunidades a objetivos militares dentro del reino, incluso muy cercanos a Riad.

El rey Salman y su heredero, el príncipe Mohamed bin Salman, el verdadero hombre fuerte del reino, no pueden escapar del lodazal en el que solo se mantienen a flote gracias a los miles de millones de dólares con que pagan el silencio de Occidente, al tiempo que el pueblo yemení resiste ya no solo a la coalición saudita, sino también a sectores nacionales, que responden a intereses extranjeros, que harán que, finalizada la guerra, si alguna vez el milagro sucede, Yemen emerja de ella fraccionada en dos o tres estados.
Esos estados podrían conformarse con el remanente de las fuerzas del depuesto presidente Abd-Rabbu Mansour Hadi, a quien, tras su renuncia, en el marco de la guerra civil, Riad obligó a reasumir su cargo para tener una cobertura más o menos atendible antes de iniciar las acciones contra las fuerzas houthi en 2015. Otro de los estados podría formarse con las fuerzas houthis que han llevado al extremo la capacidad de resistencia en una de las guerras más asimétricas que se recuerden y que cuentan con el apoyo de la comunidad chií, los sunitas pobres del país y, de alguna manera, el soporte discreto de Irán y el Hezbollah. En el marco de la fragmentación del país aparece un viejo protagonista que recién se muestra ahora y son los separatistas del sur, quienes desde el principio de la guerra apoyaron Riad.

Los separatistas, conocidos como el Consejo de Transición del Sur (CTS) liderados por Ali Salem al-Huraizi, el 10 de agosto pasado, tras cuatro días de combate tomaron la ciudad de Adén, junto a varios campamentos militares en la provincia vecina de Abyan. Adén está considerada como la capital de facto del país, ya que Sanaa, la histórica capital, se encuentra en poder de los houthis.

La guerra finalmente también ha devorado el acuerdo de paz respaldado por las Naciones Unidas, firmado en diciembre pasado en la cumbre de Estocolmo, entre los hutíes y el “gobierno” yemení respaldado por Arabia Saudita que permitiría la retirada de tropas de ambos bandos del estratégico puerto de al-Hodeidah, por el que se estuvo combatiendo desde mayo del año pasado. En junio último,  el principal aliado de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) anunciaron una importante reducción de sus fuerzas en al-Hodeidah, con la excusa de “fomentar la confianza” para estimular el proceso de paz, sin ninguna consecuencia más que los avances del Consejo de Transición del Sur (CTS), contra las posiciones de sus viejos aliados, acciones que los hutíes, al margen de esos choques, utilizan políticamente, como la evidencia que el hombre de los sauditas, el ex presidente Mansour Hadi y los separatistas no están en condiciones de gobernar el país.

Abu Dhabi financió y entrenó a cerca de unos 100 mil yemeníes, entre ellos, muchos de los que hoy conforman el CTS, que desde su improvisada base en Mahra, una provincia del sudeste yemení, lanzaron las operaciones para conquistar la ciudad de Adén, hecho que paralizó a las fuerzas de Mansour Hadi, no solo rompiendo la alianza con Arabia Saudita, sino iniciando una guerra dentro de la guerra, como las metástasis que extiende el mal y solo preanuncia la continuidad del genocidio yemení.

El CTS libró fuertes combates con las tropas pro sauditas en la provincia de Shabwah, al este del país, al mismo tiempo, que reunía a líderes tribales en Hadramout, la provincia más extensa del país y fronteriza con Mahra, tratado de incorporarlos a sus filas. Mientras, efectivos hutíes utilizaron drones y misiles contra Adén, matando a unos cincuenta hombres de las fuerzas separatistas, entre ellos Abu Yamamah (Munir Mahmoud al-Yafi) unos de los más antiguos y conocidos comandantes de las fuerzas del sur. Algunas versiones responsabilizaron de esta última acción al integrista Islah (Congregación Yemení por la Reforma), el principal partido político de la oposición vinculado con la Hermandad Musulmana.

Una guerra entre el norte y el sur

El paradigma de la guerra en Yemen está virado de la confrontación entre las fuerzas Houthis que resisten a la coalición Arabia Saudita y sus aliados locales a una guerra real, que está comenzando entre el norte y el sur del país. Según algunas fuentes locales, los renovados bríos con que actúan los separatistas del sur, estarían vinculados a intereses de los Emiratos Árabes, que identifica prioridades diferentes a los de sus socios sauditas. Para los emiratíes es clave aniquilar la influencia cada vez más importante de los Hermanos Musulmanes, junto a varios batallones de al-Qaeda para la península islámica y el Daesh que,  según han detectado diferentes comandantes de las fuerzas emiratíes, tienen cada vez más presencia en el conflicto y su influencia tarde o temprano podría llegar a los Emiratos. Mientras que los sauditas consideran como fundamental exterminar la resistencia houthi, a quienes consideran aliados de Teherán.

Desde siempre se ha sabido que entre Mansour Hadi y los EAU, existe una fuerte tensión, y que Abu Dhabi, si bien acompañó a los sauditas desde la hora cero en su guerra en Yemen, nunca estuvo de acuerdo con mantener a Hadi en el poder, ahora el depuesto presidente yemení, ha responsabilizado públicamente a los EAU de respaldar a los separatistas, acusación que los emiratíes rechazaron;  a pesar de esa negativa surgieron fricciones entre Riad y Abu Dhabi, por lo que, a mediados de agosto, el príncipe heredero de Abu Dabi, Mohammed ben Zayed, se reunió con el rey Salman bin Abdelaziz y el príncipe heredero Mohammed bin Salman en La Meca, para salvar la coalición.
El sur tiene una largar tradición separatista, recordemos que entre 1967 y 1990 en el marco de la guerra fría, el país estuvo dividido entre Yemen del norte pro occidental y Yemen del sur, que se convirtió en el primer estado marxista del mundo árabe. En 1994, estalló un nuevo intentó separatista que desde entonces se mantuvo larvado. En 2018, se produjeron algunas protestas en el sur contra el gobierno de Hadi; pero este nuevo estallido se inició el 7 de agosto pasado, durante un cortejo fúnebre por los soldados del sur muertos tras un bombardeo houthi unos días antes. Al pasar por el palacio presidencial la guardia reprimió violentamente a los manifestantes que coreaban consignas anti Hadi, lo que dio inició a este nuevo desborde segregacionista. Lo que obligó a la fuerza aérea saudita a bombardear a quienes unas pocas horas antes contaban como aliados.

En Muscat, la capital de Omán, se ha conocido la aparición de otro grupo yemení, el Movimiento Revolucionario para el Sur también separatista pero enfrentado al STC, por su cercanía a los EAU, que temen que esa región del país se convierta en un nuevo teatro de operaciones donde se jueguen los intereses de las naciones del Golfo y no de Yemen.
A más de cuatro años del inicio de la guerra, la paz sigue siendo mucho más remota, que la posibilidad de una nueva guerra que se extiende como metástasis en un cuerpo cada vez más enfermo.
-Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC

Kaosenlared

domingo, 1 de septiembre de 2019


Los fuegos ponen en jaque la Amazonía

En los últimos días, los incendios forestales han estado devastando la región amazónica brasileña. El número de focos de incendios registrados en la Amazonía brasileña en 2019 es uno de los más grandes en los últimos años. Entre enero y el pasado 20 de agosto el número de incendios aumentó un 145 % en comparación con el mismo período en 2018.

El número de incendios forestales es mayor en las regiones amazónicas más afectadas por las prácticas de deforestación, ya que los incendios son una de las principales herramientas utilizadas para la deforestación, incluidos los provocados por los agricultores. Ocho de cada diez de los municipios afectados por incendios también han registrado el mayor número de alertas de deforestación, según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) (1 y 2).
Danicley Aguiar, portavoz de Greenpeace Brasil, ha declarado: “Las acciones y políticas del gobierno de Bolsonaro animan a quienes destruyen el Amazonas y permiten que la deforestación continúe. Desde que asumió el cargo, el gobierno actual ha estado desmantelando sistemáticamente la política ambiental de Brasil”.

En los últimos días, el agua de los Rios Voadores, que transporta la humedad del Amazonas al sur y centro-oeste del continente, ha sido reemplazada por humo, que ha afectado a los estados de São Paulo y Paraná.

Los incendios forestales y el cambio climático operan en un círculo vicioso: a medida que aumenta el número de incendios, también lo hacen las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentando la temperatura general del planeta y la ocurrencia de eventos climáticos extremos, como grandes sequías.

Además de aumentar las emisiones, la deforestación contribuye directamente a un cambio en los patrones de lluvia en la región afectada, extendiendo la duración de la estación seca, afectando aún más los bosques, la biodiversidad, la agricultura y la salud humana.

Los recientes ataques del gobierno brasileño contra el Fondo para la Amazonía han  dado como resultado el bloqueo de 288 millones de reales brasileños en donaciones de Noruega y Alemania. Esto tendrá graves consecuencias para la lucha contra la deforestación y los incendios forestales en la Amazonía. A finales de 2018, las acciones de monitoreo y prevención de incendios forestales representaban el 47% del total de la cantidad asignada a proyectos apoyados por el Fondo, por un total de R $ 891 millones. De este total, alrededor del 90% se destinó a proyectos implementados por entidades de la administración pública brasileña (gobiernos federales, estatales y municipales), revelando la importancia estratégica del Fondo para la conservación de la Amazonía.

GREENPEACE