jueves, 30 de enero de 2020

La crisis detrás del telón

Toca enfrentarse con personas que mandan mucho sin presentarse a elecciones, pero es imposible abordar transformaciones profundas sin movilización que las empujen y las sostengan


Los economistas tenemos mala fama por muchas y merecidas razones pero principalmente por lo poco que acertamos en nuestras predicciones, especialmente si a lo que nos referimos es a poner fecha a las futuras crisis o recesiones. La crítica parecería que tiene fundamento si nos atenemos a lo que ocurre con las que realizan los economistas más afamados a sueldo del sistema. Aun así, deberíamos tener en cuenta que esas predicciones forman parte de los elementos que sirven como detonante al inicio de las propias crisis.

Para quienes analizamos la economía desde el análisis marxista, decir que vamos hacia la siguiente crisis por la caída de la tasa de ganancia no es ninguna novedad. Se podría decir que “acertamos siempre” y en esta ocasión vuelve a ocurrir. Si hay algo seguro en esta vida, es la caída tendencial de la tasa de ganancia de los países centrales desde la segunda mitad del siglo XIX, lo que hace más sencillo prever que caminamos hacia la siguiente recesión.
El 26,1% de la población española, están en riesgo de pobreza y exclusión social. En la última década, los beneficios empresariales han crecido un 11,3% pero los salarios sólo un 0,08%


Pero, ¿a qué nos referimos cada persona cuando hablamos de “crisis”? Si nuestro criterio para considerar su existencia es únicamente su medición en términos de PIB desde una perspectiva únicamente ortodoxa (decrecimiento de dos trimestres consecutivos), llevamos creciendo desde el segundo trimestre de 2013, aunque es cierto que la tendencia empeora.
La crisis se alarga para los más pobres

No es nuestra tesis porque, en una sociedad en la que más de 12 millones de personas, que suponen el 26,1% de la población española, están en riesgo de pobreza y exclusión social, decir que no estamos sumidos en un profundo abismo, más allá de la consideración técnica de si estamos en crisis o vamos de camino hacia ella, es un insulto a la inteligencia colectiva. Ignorar que la privación material alcanza al 5,4% de la población, el doble de la que sufría esa situación en el año 2008, convierte en herramienta inútil a la ciencia económica. Si la crisis duró tres años para el 50% de la población con mayores ingresos, para el 25% más pobre lleva ya once años porque esa cuarta parte con menos recursos de la población aún no ha recuperado la renta nominal del año 2008.

Y es que está claro que no a todo el mundo le ha ido igual en estos últimos años.

Mientras el peso de sueldos y salarios ha crecido un 0,08% en la última década, los beneficios empresariales, lo han hecho un 11,3%. Es evidente que el reparto de la tarta ha cambiado.

Durante la recesión, las empresas encontraron dos importantes vías de ahorro que permitieron recuperar el terreno perdido y elevar sus beneficios. La primera fueron los salarios, principalmente por la vía de los despidos. La segunda fue la caída de los costes financieros una vez que el Banco Central Europeo (BCE) empezó su política monetaria expansiva. Se trata de un cambio de paradigma para la economía española que consolida el peso de la remuneración del capital por encima del trabajo. En 2008, el conjunto de las personas asalariadas generó 422.811 millones de euros. Es una cifra que solo se ha recuperado una década después. En 2018, el conjunto de asalariados “cobró” 423.888 euros.

El avance de los márgenes empresariales sobre el valor añadido ha sido tan fuerte que las empresas españolas superan ya al conjunto de la eurozona y a los principales países del euro. En 2008, el conjunto de los beneficios ascendió a 477.690 millones de euros y en 2018 la cifra fue de 531.844 millones.
Si la crisis duró tres años para el 50% de la población con mayores ingresos, para el 25% más pobre lleva ya once años


Básicamente la vía de salida para recuperar las ganancias ha sido la de siempre en términos clásicos: más explotación de trabajadoras y trabajadores. Pero hay una diferencia con otros momentos históricos porque la recuperación del beneficio y la destrucción de la capacidad productiva no han sido suficiente.

De hecho, el importante incremento de las ganancias no ha sido destinado a invertir sino que lo han destinado a repartir dividendos, comprar activos financieros y reducir su deuda. Los bajos niveles de inversión que ha tenido España en los últimos años y que suponen un lastre para el crecimiento futuro. En cualquier caso, ¿para qué habría sido necesario incrementar la capacidad instalada si la sobreproducción sigue protagonizando la realidad actual?

Una nueva recesión

Por eso es inevitable asumir que nos enfrentaremos, más pronto que tarde, a una nueva recesión, también desde el punto de vista técnico. Y esa certidumbre va más allá de los elementos que sirven como detonantes y que están multiplicándose en los últimos años. Situaciones como las guerras comerciales o el Brexit “duro” no son más que expresiones de que la crisis lleva tiempo entre nosotros. Que unos países impongan aranceles a otros para proteger sus productos no es otra cosa que la consecuencia de la necesidad de recuperar ganancias para las empresas nacionales e intentar conservar empleos que la dinámica de liberalización comercial tiende a llevarse a otros lugares. Pero ni la subida del precio del petróleo, ni la Expo, ni los Juegos Olímpicos, ni Lehman Brothers fueron los culpables del estallido de las crisis pasadas. Tampoco tendremos crisis económica como consecuencia del Brexit. Más bien estas convulsiones son el resultado de la incapacidad del capitalismo de seguir creciendo de manera sana y equilibrada. Debería generar mucho vértigo el ritmo al que la economía mundial está endeudándose hasta alcanzar cifras récord, impulsado en gran medida por el sector privado.

El peligro de la deuda creciente

La deuda mundial ha alcanzado los 250 billones, el 320% del PIB según el estudio del Instituto Internacional de Finanzas (IIF) y representa un nuevo máximo histórico. Del conjunto de la deuda mundial contabilizada hasta finales de junio de 2019, unos US$61 billones correspondían al sector financiero, mientras que el endeudamiento público sumaba US$68,4 billones, la deuda empresarial US$74,2 billones y la de las familias US$47,2 billones.

No es un efecto casual. Hay explicación a todo ello y tiene relación con las políticas monetarias ultraexpansivas que se han puesto en marcha en estos últimos años. Pero para quien tenga la tentación de pensar que la alternativa habría sido no insuflar oxígeno desde los bancos centrales, solo decir que sin esa “respiración asistida” a la economía global, la crisis ya estaría técnicamente entre nosotras y nosotros. Ahora bien, la forma en que están actuando los bancos centrales está proporcionando grandes incentivos a los excesos financieros y a la creación de las burbujas. La liquidez creada para reactivar la inflación se ha quedado estancada en los mercados, provocando una escalada de precios en los activos financieros. Fue así como la deuda empresarial empezó a dispararse hasta llegar a cifras nunca antes vistas. El montante de bonos de deuda empresarial emitida en mercado superó al cierre de 2018 los 13 billones de dólares, el doble que en 2008, antes del estallido de la crisis, según las estimaciones de la OCDE.

Al inicio de la recuperación, los inversores solo compraban los títulos de mayor calidad, pero a medida que su rentabilidad se iba hundiendo, aceptaban cada vez tramos con más riesgo. Hasta el FMI ha alertado de que existen 19 billones de dólares de bonos corporativos en riesgo de impago si la economía sufre una desaceleración importante. Eso supondría casi el 40% de la deuda total de las ocho principales economías mundiales. En cuanto empiecen a complicarse las cosas, al menos 500.000 millones de deuda pasarían a estar en calificación de ‘bono basura’ en menos de un año, según las últimas estimaciones de la OCDE. Esto significa que obligaría a muchos inversores a vender, provocando así una huida masiva de estos activos, con el consiguiente impacto en los precios y las rentabilidades. Además, a medida que aumenta el tamaño de la deuda corporativa, también se incrementa el riesgo a una recesión provocada por la caída de beneficios empresariales. Así lo ha alertado S&P que no se ha caracterizado habitualmente por predecir los riesgos de la economía mundial.

Si las empresas no generan rentabilidad y liquidez para abonar sus vencimientos, entonces dependerán exclusivamente de la refinanciación de los mercados. Y si se cierran, entonces estarán condenadas.

Y detrás de ellas, caerían (una vez más) los bancos.

Y de nuevo habría que rescatarlos…

Pero de algo tendrá que servir la reciente experiencia y esta vez no debemos permitir que el nuevo batacazo económico sea asumido y pagado por quienes han soportado el coste hasta ahora.

Toca garantizar pan, empleo, techo y servicios públicos a toda la gente y eso pasa por poner la economía al servicio de la sociedad y no al revés. Se trata de hacer que paguen las crisis quienes se sitúan en la cúspide de la pirámide y sueñan con la posibilidad que les abre una nueva recesión.

Toca enfrentarse con personas que mandan mucho sin necesidad de presentarse a las elecciones. Y hay que hacerlo sin caer en el pánico y desde la seguridad de que abordar transformaciones profundas es imposible sin movilización que las empuje y las sostenga frente a todos los ataques.

Es posible. Solo hace falta voluntad política.


jueves, 23 de enero de 2020


Madrid, dominada por la ultraderecha, sigue gritando ¡No pasarán!



EL AYUNTAMIENTO DE MADRID REVISA LA HISTORIA OBVIANDO EL ANTIFASCISMO EN LA CONSTRUCCIÓN DEMOCRÁTICA

Proliferan en Madrid agresiones por razones de odio, como el ataque al monumento dedicado a las Brigadas Internacionales o la destrucción de una placa en memoria de la Pasionaria.



El pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó el pasado 30 de octubre, que se celebre el 23 de agosto el “Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo, para que se rinda homenaje a las víctimas de los regímenes comunista y nacionalsocialista, y otros regímenes totalitarios y autoritarios”, a raíz de una iniciativa promovida por el grupo de ultraderecha Vox, que si bien no forma parte del equipo de gobierno de la ciudad, conformado por los partidos de la derecha (Partido Popular y Ciudadanos), es imprescindible para alcanzar mayoría suficiente frente a los partidos de izquierda en el consistorio.

La iniciativa de Vox ha tomado como referencia expresa la resolución del Parlamento Europeo del pasado 19 de septiembre, sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa. La resolución ha sido aprobada por el estrecho margen de un voto de diferencia, ya que han votado a favor todos los partidos de la derecha y en contra los de la izquierda.

No está de más recordar que el portavoz de este grupo en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, se ha destacado por mantener un discurso agresivo contra las víctimas del franquismo, los extranjeros o de la violencia machista, de los que tendrá que responder por varias acciones penales interpuestas en su contra.

En concreto, en referencia al caso de las Trece Rosas, un grupo de mujeres menores de edad militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas, fusiladas por la dictadura franquista en la madrugada del 5 de agosto de 1939, ha llegado a decir en una entrevista a televisión que “torturaban, asesinaban y violaban impunemente”; afirmación ausente de toda base real (ni siquiera en los terroríficos expedientes de los tribunales de la dictadura se les acusaba de estos hechos), formulada con la única intención de ofender a las víctimas y establecer un discurso de equidistancia, muy del estilo del que se extrae de la resolución del Parlamento Europeo.

Nos enfrentamos, por lo tanto, a una actuación premeditada, que responde a un proyecto de revisionismo histórico con la clara finalidad de blanquear la dictadura franquista. En este sentido, el Ayuntamiento de Madrid ha vuelto a cometer un nuevo agravio a las víctimas del franquismo el pasado 25 de noviembre, al arrancar las planchas con los nombres de los casi 3000 fusilados en el Cementerio del Este, en una actuación unilateral que ha provocado una repulsa e indignación reiterada.

En paralelo a estas actuaciones desde medios oficiales, están proliferando en la ciudad de Madrid las agresiones y actuaciones vandálicas por razones de odio, como el reciente ataque al monumento dedicado a las Brigadas Internacionales en el distrito de Vicálvaro o la destrucción de una placa en memoria de la Pasionaria en el vecino municipio de Rivas Vaciamadrid.

La relación causal entre la resolución del Parlamento Europeo y estos hechos es evidente. Se alientan de un mismo intento de revisar la historia, obviar el papel del antifascismo en la construcción democrática y criminalizar el comunismo.

Como señalaba el PCE en una reciente declaración con motivo del aniversario del fallecimiento de la Pasionaria:

“…hoy se pretende tergiversar la historia, como hemos visto con una reciente resolución del Parlamento Europeo con un anticomunismo que insinúa medidas para ilegalizarnos. Como demostraste en tu vida no hay que tenerles miedo. Pretenden celebrar el fin del comunismo, pero no hacen más que hablar de él. No es una casualidad. Hoy, cuando estamos a las puertas de una nueva crisis capitalista, lo que pretenden es neutralizar cualquier alternativa con el descrédito y la infamia, pero no son las declaraciones oficiales o la voluntad de los gobernantes las que mueven la historia, sino el compromiso de las mujeres y los hombres por mejorar su realidad cotidiana.”

El Gobierno de la Ciudad de Madrid está en manos de la derecha y la extrema derecha, por poco tiempo, porque en la ciudad del No pasarán ya hay una mayoría social que está saliendo a la calle para enfrentar estas medidas retrógradas y las políticas neoliberales que se pretenden imponer. La memoria de los luchadores antifascistas estará presente en todas ellas.


MAURICIO VALIENTE OTSSecretario de Memoria Democrática del PCE

domingo, 19 de enero de 2020


Solo el pueblo salva al pueblo: Red solidaria de acogida de refugiados en los barrios de Madrid
El concepto de solidaridad y apoyo mutuo es eminentemente político y va ligado de manera inevitable a las relaciones sociales desde la horizontalidad. La adhesión a causas ajenas a través de la empatía para lograr una unidad basada en metas comunes, es la herramienta de acción principal que se desarrolla entre el pueblo trabajador cuando nos encontramos en situaciones de exclusión por parte del sistema. Supone un comportamiento generador de una tendencia política horizontal, y sin restarle reconocimiento a la individualidad, fomenta que nuestra perspectiva sea incluyéndonos desde nuestra individualidad en el contexto social colectivo. El capitalismo es la mayor organización criminal del planeta, y sus crímenes no son hechos aislados de lo social y lo cultural. Asumimos en general sus armas con una normalidad pasmosa y reivindicamos silenciosamente sus prácticas asesinas porque lo hemos interiorizado ya desde hace algunas generaciones. Estos discursos tan escuchados últimamente de la intolerancia a menores extranjeros, el sálvese quien pueda o el miedo al otro, son los principios ideológicos que descifran el racismo y el rechazo a la pobreza.
En cambio, son los lazos sociales solidarios los que dan cohesión a una comunidad, que empoderan a ese colectivo humano, que siente que sus decisiones dependen de sí mismos, y no de otras entidades en quien delegar su vida. La solidaridad no debe ser asistencialismo en un mundo que se cae a pedazos, pero es necesario comprender la emergencia de determinadas situaciones extremas a las que algunos grupos sociales son arrastrados y donde las vidas están en juego. ‘Solo el pueblo salva al pueblo’ no es solo una frase original para decorar las paredes de los barrios humildes de Madrid, es el sentir y la manera de actuar de muchos vecinos y vecinas de nuestra ciudad ante la exclusión que generan las instituciones perpetuando desigualdades. Actualmente grupos vecinales y parroquias como la de San Carlos Borromeo en el barrio de Vallekas, se vienen organizando para ayudar a sobrevivir a centenares de familias refugiadas que viven en las calles de nuestra ciudad sin lugar donde dormir.
Se ha compartido mucho una imagen del mes pasado en el barrio de La Latina, en la carrera de San Francisco 10, donde familias completas de refugiados pasaban las noches frente a la sede del Samur Social de Madrid para solicitar asilo. Anteriormente cientos de vecinos/as se concentraron frente a la Junta Municipal del distrito denunciando la inacción de unas autoridades que les importa bien poco la situación de exclusión social generadas por el capitalismo. La manifestación coincidía con una huelga de 24 horas de los/as trabajadores/as del Samur Social ante la falta de recursos para cubrir la demanda de servicios sociales. En el mes de diciembre esta situación tuvo su punto álgido en el 18 de diciembre, Día Internacional del Migrante, que reunió por la tarde a dos centenares de personas en el metro de La Latina. De esta manera el vecindario se unió a estas reivindicaciones politizando una cuestión que habitualmente es tratada de manera muy secundaria.
Esa fotografía se repite cada noche, y en tiempos navideños era inevitable hacer la comparación con la narrativa cristiana de una familia de refugiados buscando posada, sin embargo, la realidad actual supera a la ficción y muchas de esas familias son criminalizadas por los sectores sociales más reaccionarios y con tufo a incienso de misa. Que los servicios de emergencia estén colapsados no es una novedad, decenas de miles de personas refugiadas han solicitado asilo durante este año pasado. Las redes de acogida y la asistencia del vecindario de los distintos barrios de Madrid, impiden que muchas más de todas esas personas tengan que dormir en la calle, pero no es suficiente para atajar el problema de fondo profundamente político.
El sistema capitalista que sufrimos arrastra a grupos enteros de población, habitualmente quienes acumulan más opresiones y condiciones de exclusión, a sobrevivir de la asistencia de otros grupos de población igualmente humildes pero definitivamente en una situación social menos urgente para asegurar su vida. El problema no son solo las leyes de extranjería enérgicamente xenófobas, ni tampoco saber dónde acoger a gente huida por razones económicas y políticas de otras partes del mundo, porque infraestructuras y coordinación suficientes sí que existen, pero no voluntarismo político. Un grave problema es que el Estado está acostumbrándose demasiado a que las clases populares hagan el trabajo de asistencialismo que durante decenas de años nos decían que las instituciones mismas aseguraban.
Se carga sobre los hombros de otras personas trabajadoras la responsabilidad de no permitir que colectivos humanos migrantes mueran de frío en nuestras calles, y si lo hacen que sean con el mayor silencio posible para no alterar el ritmo de la ciudad cosmopolita y abierta que se quiere vender en la propaganda turística. Detrás de ese ejercicio de humanidad es necesario espolear una crítica no solo en el corto plazo; no solamente señalando a las instituciones y discursos ideológicos que favorecen ese abandono, sino reconquistar parcelas y herramientas robadas por el sistema capitalista para sentar las bases de una transformación integral. La acción política solidaria debe superar las reformas parciales asistencialistas que sean exclusivamente poner parches a situaciones sociales extremas para que no acaben estallando como parte de la confrontación de clase ineludible. Como dijo la pensadora socialista alemana Rosa de Luxemburgo, necesitamos ‘un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres’.
kaosenlared

sábado, 11 de enero de 2020


Europa ante el reto de frenar la ofensiva imperialista

En mayo de 2020 se celebrarán unas Jornadas Antiimperialistas impulsadas por el Foro Europeo y apoyadas por el Foro de Sao Paulo, la Asamblea Internacional de los Pueblos y 44 Partidos Comunistas reunidos en Turquía.



Europa vive una situación cada vez más alarmante de crisis política y económica, con múltiples desafíos, que van desde la necesidad de frenar las políticas de austeridad, y las crecientes desigualdades, afrontar la crisis energética y el cambio climático, el Brexit, afrontar la crisis de los refugiados y aumento del racismo, el relanzamiento de la carrera armamentista.

En esta coyuntura, durante los meses de noviembre y diciembre se han celebrado tanto el III Foro Europeo de Fuerzas verdes, progresistas y de izquierdas, como el VI Congreso del Partido de la Izquierda Europea.

Por una parte el Foro ha avanzado hacia su consolidación como un espacio político que permite el trabajo común y la acción convergente de fuerzas políticas y sociales plurales, permitiendo el trabajo cooperativo de todos aquellos que quieren promover un nuevo futuro para Europa, en la que todo sus pueblos y naciones alcancen la justicia, el desarrollo social, la solidaridad, la paz, y la sostenibilidad medioambiental.

En el Congreso del PIE se ha planteado iniciar una etapa que de respuesta al reto de plantear una ruptura con la lógica capitalista que preside la construcción europea que se referencia en la Unión Europea, para lograr la cooperación entre los pueblos y las naciones de Europa sobre la base del respeto a la soberanía popular, el progreso social, la transición ecológica y energética, respetando los derechos cívicos, así como la defensa de una Europa de Paz.

Es importante destacar que tanto en el Foro, como en el PIE han denunciado que la configuración de la UE es un instrumento al servicio de las grandes economías capitalistas y neoliberales, diseñando una arquitectura institucional que combina la globalización financiera y el productivismo, al tiempo que restringe temerariamente sus políticas de justicia fiscal y redistribución de la riqueza.

El reto que tenemos que afrontar es construir una Europa social y ecológicamente sostenible, plenamente democrática, libre de patriarcado y comprometida en la construcción de un mundo multipolar de paz y solidaridad. Construir esta alternativa implica el desarrollo de una serie de propuestas basadas en una serie de principios, entre los que destacamos:

1. Defender el pleno empleo y el trabajo decente y utilizar la economía para mejorar las condiciones de vida de la mayoría. Para ello, entre otras cuestiones se proponen algunas soluciones como conseguir salarios mínimos garantizados que permitan vivir con dignidad a todas las europeas y europeos, avanzar en la reducción de la edad de jubilación y del tiempo de trabajo semanal, asegurar la cohesión social y territorial de los pueblos europeos a través de políticas activas que consigan la convergencia al alza en términos de salarios, empleo, protección social y servicios públicos de calidad, así como conseguir un esquema de cobertura para el desempleo de alcance europeo.

2. Plantear una propuesta de transición ecológica necesita desarrollar medidas que transformen el modelo productivo desde el punto de vista ecológico y valorizar las políticas de lucha contra el cambio climático, la protección de los animales y la biodiversidad, para lo que se plantea una nueva relación con el uso del agua, haciendo más equitativas desde el punto de vista social y medioambiental las políticas agrícolas y pesqueras.

3. Se plantea la promoción de la igualdad entre mujeres y hombres como un principio fundamental de la integración europea que contribuya a terminar con la distancia que existe entre el reconocimiento del derecho, su garantía legislativa y su aplicación efectiva, promoviendo la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer, desde la aplicación de políticas de igualdad entre los géneros y la formulación de objetivos claros y vinculantes para lograr la igualdad entre los géneros en todos los niveles.

4. Se ha conseguido situar la construcción de una Europa de Paz que promueva la paz y la solidaridad entre todos los pueblos del mundo. En el Congreso del PIE se ha planteado la disolución de la OTAN, así como el rechazo de los Tratados de Libre Comercio, en primer lugar contra el CETA (Acuerdo Comercial Canada-Europa) el TTIPE y el Acuerdo con Mercosur, situando en primer plano la cooperación internacional con el Foro de Sao Paulo, así como con la Fuerzas Políticas de la Izquierda de Asia, África y América del Norte.

Desde estas premisas se ha planteado la construcción de una nueva integración europea, en la que participen realmente todos los Estados de Europa, desde Rusia al Atlántico, una integración que asuma la inalienabilidad de los derechos civiles, políticos y sociales fundamentales de sus habitantes, que sea abierta y solidaria, al servicio del desarrollo de un mundo multipolar que ponga fin a la " Europa Fortaleza" y garantice su comercio de forma respetuosa con los derechos humanos.

En el Foro Europeo se realizó un llamamiento a todos los pueblos europeos a movilizarse contra las políticas agresivas que promueve el gobierno de Donald Trump, de manera especial se plantea implicarse en las Jornadas Antiimperialistas que se están convocando para la ultima semana de mayo de 2020 y que en estos momentos apoyan el Foro de Sao Paulo, la Asamblea Internacional de los Pueblos y 44 Partidos Comunistas reunidos en Turquía.

Han sido meses intensos, ahora nos corresponde a cada fuerza política, social o sindical trasladarlas a su campo de acción para conseguir que 2020 sea un año de movilización y luchas populares en el que se exprese la voluntad de millones de europeos de luchar por una sociedad mejor. De esta manera, tanto el Partido Comunista de España como Izquierda Unida, que hemos tenido un papel activo en ambos encuentros, debe situar entre sus prioridades el trabajo para construir el año próximo una gran movilización contra la que se estrelle la ofensiva que el imperialismo desarrolla en todo el planeta.

JOSÉ LUIS CENTELLA GÓMEZPresidente del Partido Comunista de España

jueves, 2 de enero de 2020


Cómo las desigualdades sociales determinan la salud en 25 datos

El sexo, la clase social, el lugar de residencia, la situación laboral y la condición de pobreza determinan nuestro estado de salud. Así lo confirman los datos recogidos en el estudio *‘La Desigualdad en la Salud’ realizado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN España) presentado este martes.
¿España es el país más saludable del mundo? Pues depende de estas variables. El estudio muestra que el estado de salud es claramente más deficiente entre las personas pobres que entre las que no lo son, tanto en lo que se refiere a la salud percibida, como la existencia de enfermedades crónicas y limitaciones a las actividades básicas de la vida diaria.
«Los datos constatan que, a mayor pobreza y desigualdad, peor es la salud de las personas. Así lo demuestran la mayoría de indicadores analizados», destacó Juan Carlos Llano, autor del informe, de ahí la necesidad de abordar la pobreza como un factor transversal en las políticas de salud pública.
Cómo las desigualdades sociales determinan la salud en 25 datos
 El 37,4% de las personas pobres considera que su salud es regular, mala o muy mala frente al 26,2% de las personas no pobres (11 puntos de diferencia).
 El 27,4% de los desempleados opina que su estado de salud es regular, malo o muy malo frente al 18,% de las personas que tienen un trabajo.
El 37,4% de las personas pobres considera que su salud es regular, mala o muy mala
3º El 43,6% de las personas que realizan trabajo doméstico (la mayoría mujeres) cree que su estado de salud es regular, malo o muy malo.
 El 24% de las personas pobres manifiesta algún tipo de dificultad para realizar actividades básicas de la vida diaria, frente al 15,6% de las personas no pobres.
 La intensidad de la dificultad para realizar actividades básicas es mucho mayor entre las personas pobres, con el 9,4% que manifiesta no poder realizarlas frente al 5,4% restante de la población.
La falta de acceso por causas económicas tanto a medicamentos recetados como a atención médica, bucodental y salud mental, es entre tres y cinco veces más elevada entre las personas pobres que entre las no pobres
 El 5% de las personas en hogares pobres que necesitaron asistencia médica no la recibieron.
 El 25,5% de personas pobres que necesitaron atención dental no pudieron recibirla.
 El 3% de personas pobres que necesitaron servicios de salud mental no la recibieron.
9º El 6,9% de personas pobres no pudieron acceder a medicamentos recetados.
10º El 8,3% de las personas desempleadas no pudieron acceder a medicamentos recetados.
11º Entre el 9% y el 10% de las personas pobres no han hecho prácticas preventivas, o lo han hecho hace más de cinco años, el doble de las personas que residen en hogares que no son pobres.
Las personas que viven en hogares pobres se alimentan peor y consumen menos fruta, verduras, carne y pescado
12º Las personas pobres son más obesas, un 21,9% frente a un 15% que las no pobres.
13º Los menores entre 15 y 18 años que viven en hogares pobres registran tasas más elevadas de peso insuficientes.
14º Prácticamente la mitad de las personas pobres no hacen ejercicio (47% frente al 32% de las que no son pobres).
15º Las personas en hogares pobres fuman más (24,5% c/r 20,8%).
16º El 27% de las personas pobres no consume nunca alcohol frente al 14,9% de las no pobres.
El hecho de ser mujer agudiza las inequidades de la pobreza. A la mitad de las mujeres en situación de pobreza no se le ha practicado nunca una mamografía
17º Al 50% de las mujeres pobres, 11,5 puntos porcentuales superior a la de las mujeres no pobres.
18º Entre las mujeres de entre 50 y 69 años, el 9,1% de las mujeres pobres (casi el triple que a las no pobres 3,4%) no se ha practicado nunca una mamografía.
19º Al 33,8% de mujeres pobres no se le ha practicado nunca una citología frente al 18,4% de las no pobres.
En Baleares, Cantabria y Andalucía el porcentaje de mujeres que no se ha hecho nunca o hace más de tres años una mamografía está muy por encima de la media
20º En Baleares, Cantabria y Andalucía el porcentaje de mujeres que no se ha hecho nunca o hace más de tres años una mamografía está muy por encima de la media.
21º El porcentaje de mujeres que llevan cinco años o más, o nunca, sin hacerse una citología es alto en las comunidades de Castilla y León, Andalucía, Cantabria y Extremadura, con cifras entre el 44% y el 55%.
22º El porcentaje de personas que perciben su salud como regular, mala y muy mala, es especialmente elevado en Galicia. Aunque con menor intensidad, también son altas en Asturias y País Vasco.
23º Asturias, País Vasco y Galicia tienen también las tasas más elevadas de población con alguna enfermedad crónica (tienen elevadas tasas de población mayor de 65 años).
24º Murcia, la Comunidad Valenciana, Andalucía y Canarias encabezan el ranquin de las personas que han necesitado asistencia sanitaria y no la han recibido por motivos económicos (atención médica, dental, de salud mental y acceso a medicamentos).
25º Extremadura, a pesar de tener tasas de pobreza y/o exclusión social extraordinariamente elevadas (44,3% AROPE en 2017, la más alta de todas las regiones), se sitúa entre aquellas regiones con más bajas tasas de inaccesibilidad por cuestiones económicas a la asistencia sanitaria.LEepartir del análisis de microdatos de la Encuesta Nacional de Salud del año 2017 (publicada por el Instituto Nacional de Estadística, INE)
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