Alberto Garzón: “La prioridad es atajar la
emergencia social en nuestro país”
"La militancia ha dado un ejemplo brutal en este proceso de convertir
al PCE y a IU en una parte activa de un proceso de transformación social"
Mundo
Obrero: ¿Cómo valoras el proceso del programa asambleario que concluyó ayer?
Alberto
Garzón: Ha dejado de relieve que es un proceso muy interesante
para mucha gente, como experiencia y aprendizaje. Es la primera vez que la
militancia ha podido votar directamente a la dirección y también la primera vez
que se hacía un proceso con tanta importancia en las fases previas a lo que es
el acto de elección formal del coordinador, y en este caso también de la
ejecutiva.
Desde enero hasta junio ha habido una participación muy importante a través de
los diferentes mecanismos que se han habilitado. Creo que es un ejemplo de
profundización de la democracia interna que ayuda a que sea una asamblea mucho
más dinámica.
M.O.: El respaldo tanto
en las primarias como en el resultado de la Asamblea ha sido contundente. ¿Cómo
afrontas esta responsabilidad de coordinar la organización?
A.G.: Somos
conscientes de que esta nueva dirección va a tener que afrontar una serie de
retos que en muchos casos todavía no están concretados. Nosotros vamos a un
escenario incierto porque vivimos en un escenario incierto, un nuevo tiempo,
una nueva temporalidad de la contingencia, de la incertidumbre en la que
estamos inscritos.
No sabemos lo va a pasar el 26J, pero tampoco sabemos lo que va a pasar en los
próximos años. Y sabemos que todo es muy volátil. Nosotros lo hacemos desde la
convicción ideológica, desde la firmeza y desde lo que llamaríamos la ética de
la convicción de que estamos haciendo lo correcto y de que vamos a mantener
nuestro rumbo ideológico con tal firmeza que nos va a permitir navegar en estas
aguas turbulentas en las que llevamos ya unos años, en los que hemos sido
capaces de evitar lo peor y hemos sido capaces de fortalecer nuestra
organización. Así que en resumen es un estado de esperanza y de alegría.
M.O.: Se puede decir que
ayer nació una nueva Izquierda Unida, al menos una nueva etapa de IU para
iniciar el proceso de un nuevo país. Y lo hace además con una dirección muy
renovada. ¿Cómo definirías esta IU que salió ayer de la Asamblea?
A.G.: Creo
que lo que se cierra es una fase muy compleja para Izquierda Unida, muy
turbulenta, en la que lo hemos pasado muy mal, no sólo electoralmente sino
organizativamente. Tenemos muchas direcciones que han desaparecido de IU y que
se han convertido en gestoras. Y hemos sabido gestionar para evitar lo peor,
como decía, y hemos sabido gestionar esa fase de tal forma que hemos llegado a
este final que concluía ayer en una de las mejores condiciones posibles, que es
con la puesta en marcha de una campaña electoral y con un acuerdo político que
nos permite no sólo tener más diputados y más visibilidad sino también ser
parte de un proceso que puede transformar la vida de la gente, que es para lo
que nos afiliamos en Izquierda Unida.
Creo que se cierra una fase y se abre un ciclo nuevo donde no sólo hay un
elemento de renovación en la dirección, hay una serie de propuestas políticas
que apuestan con contundencia por la ruptura democrática. Se ha aprobado una
política muy nítida en esos documentos y se ha hecho de una forma muy
mayoritaria. Pero es sobre todo el cierre de una fase en la que planteábamos
una ética de la resignación y de la resistencia y ahora vamos a una fase
distinta que es para gobernar este país, para transformarlo, y es una clave que
tiene mucho más que ver con el origen de Izquierda Unida en 1986.
M.O.: ¿Y cómo definirías
esta nueva dirección joven y renovada que va a pilotar IU?
A.G.: Creo
que es una dirección muy fuerte. Son cuadros políticos de enorme envergadura.
Estamos hablando de una dirección joven pero criada y educada culturalmente en
nuestra organización desde hace muchos, muchos años y que hemos sido además los
que hemos aguantado en este proceso en el que se ha ido gente de IU, cuadros
que teníamos que se marcharon o a su casa o a otras organizaciones políticas.
Los que nos hemos quedado somos los que vamos a pilotar también este proceso,
que es un proceso fundamentalmente ideológico. Los que nos hemos quedado lo
hemos hecho por valores y principios muy firmes y no por los cantos de sirena
que motivaron que se fuera otra gente.
"Esta dirección es absolutamente heredera del espíritu
fundacional de IU que es ser un movimiento político social y aspirar a la
ruptura democrática"
Esta dirección tiene una convicción ideológica enorme que simpatiza y es
absolutamente heredera de ese espíritu fundacional de IU que es ser un
movimiento político social y aspira a la ruptura democrática, a la ruptura no
sólo con el capitalismo sino con el bipartidismo y la denuncia de la
derechización del Partido Socialista. Estas claves que fueron las que movieron
el inicio de IU son las que casan mejor con esta dirección. No creo que sea
coincidencia ni casualidad que dos dirigentes de aquella época, tan conocidos y
renombrados como Julio Anguita y Gerardo Iglesias, hayan apoyado esta
candidatura que está conectando con ese origen fundacional de Izquierda Unida y
que en el objetivo de fortalecer la organización hemos iniciado un proceso que
tiene responsabilidades a cargo de gente joven también pero sobre todo una
conexión con la militancia que está muy estrecha en la política de la ruptura
democrática.
M.O.: Ayer hablaste de
confluencia y de unidad popular interna, tendiendo la mano a todos y
presentando una ejecutiva integradora para trabajar juntos en un programa
común. ¿Cómo crees que se va a conseguir que por fin todos empujemos juntos el
mismo carro?
A.G.: Nosotros
hemos tenido un proceso de competición política interna sana, democrática, con
otras dos listas, las encabezadas por Paloma López y Tasio Oliver, que
mantenían proyectos políticos diferentes en los que había diferencias muy
profundas en lo político, en lo relacionado con el sistema del 78, la
superación del sistema político y en definitiva el debate clásico ya entre
ruptura y reforma. Pero dentro de estas diferencias, nosotros pertenecemos a la
misma organización y al mismo proyecto político.
Nosotros sabemos que con un 75% político de apoyo estamos legitimados para
hacer prácticamente lo que quisiéramos porque ganaríamos cualquier votación.
Pero no es nuestro estilo. Nuestro estilo es el del consenso, el de la
síntesis, el de buscar, allí donde se pueda, los puntos en común.
Entendemos que la política ya está aprobada, que los documentos han sido
aprobados y que lo que le corresponde a la ejecutiva es desplegar esos
documentos. Y por lo tanto eso es un ejercicio de trabajo que requiere de todo
el mundo, y eso es lo que nosotros queremos hacer. Desde que conocimos los
resultados hemos estado varios días hablando con las otras listas para integrarlas
en la ejecutiva de forma proporcional a sus votos para que pudieran integrarse
y trabajar. Finalmente han accedido y han aceptado trabajar desde ese punto de
vista en lo concreto para hacer despegar esa política que no es la suya, no es
la que pusieron en marcha en su documento, pero ellos entienden que como
aceptación democrática están mandatados a cumplir con el deseo de la mayoría.
M.O.: ¿Cuáles son tus
prioridades como coordinador federal de IU, a parte de la campaña electoral?
A.G.: Nosotros
lo que tenemos que hacer es conseguir que IU tenga dos elementos centrales. Uno
de ellos es que sea capaz de construir un movimiento político y social nuevo
con otra gente. Necesitamos un movimiento político y social porque no podemos
tener organizaciones volcadas exclusivamente en lo electoral y lo institucional
ya que la conciencia de la gente se cambia en la praxis. Y la praxis tiene más
que ver con las movilizaciones, los conflictos sociales, etc. Y necesitamos
organizaciones que estén ahí volcadas, en los desahucios, en los conflictos
laborales, en los conflictos sociales en general y eso tiene que ser uno de los
ejes centrales de IU: la construcción de un nuevo movimiento político y social
con otra gente, con gente con la que hemos compartido ya, con gente con la que
nos falta por compartir espacios políticos pero con la que hemos estado
luchando para parar la privatización de la sanidad y de la educación. Y yo creo
que ese es el camino adecuado.
"No queremos reformas en este sistema, queremos un
sistema nuevo"
Y luego, además, una orientación política de que no queremos reformas en este
sistema sino un sistema nuevo. Puede parecer abstracto pero no lo es. Tiene que
ver con si uno está dispuesto a aceptar pactos como el del PSOE y Ciudadanos, o
si como hemos hecho nosotros, estamos denunciando ese tipo de pactos que aunque
suponen cambio de gobierno no suponen cambio de políticas. Y nosotros lo que
queremos es un cambio de políticas.
Las dos tareas que forman el eje del documento aprobado y mayoritario es la de
una IU orientada ideológicamente con esos principios y buscando construir un
nuevo movimiento político y social. Son las dos tareas fundamentales que tiene
que desplegar esta IU.
M.O.: Y de cara a la
campaña que ya comienza, ¿podrías adelantarnos algo de cómo va a ser y cuáles
van a ser las propuestas programáticas prioritarias?
A.G.: Bueno,
creo que las propuestas programáticas prioritarias son siempre las más
evidentes para la militancia de IU y para la gente que se siente de izquierdas
, que es atajar la emergencia social en nuestro país. Hay miseria, pobreza… El
30% de la población está en riesgo de pobreza, hay un millón y medio de hogares
con todos sus miembros en el paro, hay un 12% de trabajadores pobres… En
definitiva, tenemos unas circunstancias verdaderamente dramáticas. Y eso es lo
que hay que atajar en primer lugar.
"La gente quiere cambiar el rumbo suicida de este país
y eso creo que es lo que empuja a la coalición en las encuestas"
Si uno tuviera que situar una prioridad entre el conjunto de propuestas
programáticas que tenemos, sin duda sería esa, la de la emergencia social. Pero
eso, lo que nos está diciendo es que ese es precisamente el espacio común que
nos permite unirnos con otra gente en un propósito, y el propósito es atajar la
emergencia social con ese programa. Y después cada organización tiene su propia
demanda de máximos que a veces suponen diferencias con el resto de
organizaciones. Pero en este momento histórico concreto hemos entendido qué es
lo más importante.
M.O.: La derecha se ha
instalado en la campaña del miedo. ¿Qué les dirías a los ciudadanos y
trabajadores de este país para combatir y desmontar ese miedo?
A.G.: Creo
que no hace falta decir mucho porque la propia gente tiene miedo ya, miedo a no
llegar a final de mes, a que tu hijo se marche del país, miedo a que te bajen
los salarios, a que te conviertan en un esclavo aún mayor de un caprichoso
libre mercado. Ese miedo que existe en la población es el miedo que corresponde
con los culpables que han gobernado este país durante tanto tiempo aplicando
unas políticas que han conducido a esta realidad social tan dramática. Creo que
a esa gente no les cabe ni en la cabeza que nosotros seamos algo que temer.
Nosotros somos los que planteamos propuestas en positivo, propuestas
esperanzadoras, de alegría que nos permiten construir una sociedad distinta con
unas políticas distintas y diferentes. Sin embargo otros partidos han decidido
hacer una política del miedo, elevar las banderas anticomunistas para ocultar
los fracasos de sus propias políticas. Nosotros no nos vamos a centrar ahí.
Vamos a hablar de lo concreto, de lo que le afecta a la gente y de soluciones,
que es lo que quiere la gente. Y si somos habilidosos creo que vamos a tener un
buen resultado.
"Nosotros somos los que planteamos propuestas en
positivo, propuestas esperanzadoras, de alegría que nos permiten construir una
sociedad distinta con unas políticas distintas y diferentes"
M.O.: Como militante del
Partido, ¿qué le dirías a nuestra militancia de cara al trabajo que nos queda
por delante, de aquí al 26J?
A.G.: Creo
que la militancia comunista es una militancia que sabe perfectamente qué es lo
importante. Y sabe perfectamente que las organizaciones son instrumentos, y que
IU es un instrumento para transformar la sociedad. Y eso es esencialmente el
eje de toda política comunista en el sentido de que nosotros definimos un
objetivo de sociedad sin clases, de justicia social, de cumplir con los
derechos humanos. Un objetivo que tiene instrumentos. Esos instrumento son las
políticas y las organizaciones. Políticas como la nacionalización de los medios
de producción. Y las organizaciones en las que uno va construyendo en función
del momento histórico. Izquierda Unida lo ha sido y lo sigue siendo en este
momento. Y nosotros lo que tenemos que hacer es adaptar esta organización a ese
propósito. En esos espacios vamos a trabajar con gente que no es comunista, que
no tiene las mismas ambiciones concretas que nosotras y nosotros, pero con lo
que podemos compartir determinados objetivos que caminan en la línea
estratégica que nosotros hemos definido.
" Otros partidos han decidido hacer una política
del miedo y elevar las banderas anticomunistas para ocultar los fracasos de sus
propias políticas"
Creo que ahí está la riqueza y el poder aprender también y poder dominar
hegemónica y culturalmente ese espacio común donde uno comparte con otra gente
que no es comunista pero que al final puede incluso hacer dominante, aunque sea
con otras palabras, los principios comunistas, que son en última instancia los
principios que rigen cualquier organización como la nuestra. Y en ese sentido
la militancia ha dado un ejemplo brutal en este proceso de convertir al PCE y a
IU en una parte activa de un proceso de transformación social y no aspirar a lo
que otros querían o hubieran querido, entre ellos el Partido Socialista, que es
que el Partido Comunista e Izquierda Unida se hubieran quedado en los márgenes
de la historia siendo muleta ocasional y eventual del PSOE y otros partidos
como Ciudadanos con tal de preservar el mal menor antes que el mal mayor. Hemos
evitado ese rol que nos había asignado el sistema, el rol que el PSOE y
Ciudadanos quería para nosotros. Hemos evitado ese espacio y eso ha sido
gracias al olfato político del PCE, de su dirección y muy especialmente de esa
militancia que se ha volcado en los procesos de unidad popular, que se ha
volcado en lo concreto, en lo que afecta a los problemas de la gente y no en la
liturgia ni en elementos que siendo importantes no son los que ahora más
preocupan a la clase trabajadora.
"Vamos a trabajar con gente que no es comunista pero
con los que podemos compartir determinados objetivos que caminan en la línea
estratégica que nosotros hemos definido"
M.O.: En tu primer
discurso como coordinador federal hablaste de dejar la ética de la resistencia
para pasar a la ética de la victoria de ir a ganar, a gobernar. Por otra parte
las encuestas nos sitúan como segunda fuerza, que sube y que está a menos de 3
puntos del PP. Sé que no te gusta hablar de futuribles, pero ¿cuál puede ser la
situación el 27 de junio?
A.G.: Creo
que hay que ser muy cautos con las encuestas y más en de un escenario de
volatilidad. Contienen información interesante pero no es una predicción. Lo que
sí es verdad es que manifiesta un clamor que está habiendo en la calle
independientemente de las encuestas y que es el clamor de la gente que quiere
cambiar el rumbo suicida de este país y eso creo que es lo que empuja en las
encuestas a la coalición.
Pero al mismo tiempo tenemos que ser cautos porque todavía pueden pasar muchas
cosas antes del 26J. El sistema no creo que vaya a permitir que Unidos Podemos
tenga tanta fuerza. Y creo también que en la hipótesis de que nosotros quedemos
en segundo lugar en escaños y votos, las contradicciones las tendrá el Partido
Socialista que tendrá que optar por un gobierno de transformación pilotado por
la coalición, o por lo que ha definido de forma explícita Felipe González que
es la gran
coalición. Una gran coalición que puede tener
formas explícitas o implícitas, es decir con participación en el gobierno del
PSOE con Ciudadanos y el PP, o puede ser una coalición más discreta en la que
el PSOE simplemente se abstiene para dejar gobernar al PP.
"En la hipótesis de que nosotros quedemos en segundo
lugar en escaños y votos, las contradicciones las tendrá el Partido Socialista"
En cualquier, caso la contradicción está claro que va a estar en el tejado del
Partido Socialista. Yo creo que hay una parte del partido que quiere una
coalición con nosotros, que es la base social progresista, que no es comunista
pero comparte algunos de los valores y principios de esta coalición, pero
también hay una parte que es la que corresponde a los llamamientos de Felipe
González y Corcuera, que pertenecen más a la élite política y económica que a
la propia clase trabajadora. En ese sentido es muy difícil saber lo que va
suceder, pero creo que habrá una presión brutal al Partido Socialista para que
impida que pueda haber un gobierno de coalición, lo cual nos llevaría a un
escenario y una batalla de medio plazo.