jueves, 31 de diciembre de 2020

 Petición ciudadana para una moratoria a la ganadería industrial





 La Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial lanza una recogida de firmas en apoyo a su petición de una moratoria a la ganadería industrial en España.

·         Se pide al Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, y a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que, en base a sus competencias, se suspenda la concesión de licencias de nueva creación y ampliación para explotaciones de ganadería intensiva.


·         Las explotaciones ganaderas intensivas, que han proliferado de manera desmesurada y descontrolada en los últimos años, generan graves riesgos para la salud pública, el medioambiente, el mundo rural y el bienestar animal, por lo que es urgente actuar.

 Para la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial, que agrupa decenas de movimientos vecinales rurales junto con organizaciones nacionales e internacionales, entre ellos Ecologistas en Acción, la Administración del Estado tiene que tomar medidas para regular la ganadería intensiva. Este sector ha experimentado una expansión  desmesurada y descontrolada en España en los últimos años, que ha encontrado una fuerte contestación social.

«No se está evaluando la capacidad de cada territorio para acoger este tipo de actividades, que son más industriales que ganaderas, lo que está llevando a que muchos pueblos se queden sin agua potable», asegura Inma Lozano, portavoz de la Coordinadora Estatal. «En el medio rural necesitamos empleo de calidad con actividades sostenibles que cuiden de un recurso imprescindible, y un derecho humano, como es el agua».

La Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial aboga por frenar este crecimiento descontrolado del sector y orientarlo hacia un modelo que responda a las necesidades de las personas consumidoras, de las y los ganaderos, la población del medio rural, el medioambiente y la urgente lucha contra la crisis climática. Para ello recoge desde hoy firmas con el apoyo de Food & Water Action Europe, Amigos de la Tierra, Justicia Alimentaria, València Animal Save, Ecologistas en Acción y Compassion in World Farming.

Daniel González, portavoz de Ecologistas en Acción, explica que «este modelo agroindustrial conlleva graves impactos socioambientales como las emisiones de gases de efecto invernadero, de amoniaco y la contaminación del agua por los nitratos de los purines que está dejando a muchos pueblos sin agua potable en España». A lo que añade que «en estos tres aspectos nuestro país ha sido expedientado por la UE por incumplir sus compromisos».

ECOLOGISTAS EN ACCION

 

lunes, 28 de diciembre de 2020

 ¿Tiene España depositadas armas nucleares?

 ¿POR QUÉ NO RATIFICA EL TRATADO SOBRE LA PROHIBICIÓN DE LAS ARMAS NUCLEARES?

 La historia moderna de España, desde el franquismo, está ligada al depósito de armas nucleares. Las bombas atómicas aparecen en nuestro país con el acuerdo militar con Estados Unidos


El día 24 de octubre, Honduras ratificó el Tratado sobre Prohibición de las Armas nucleares, con lo que se alcanzaron los 50 países necesarios para que entrase en vigor en los próximos meses.


Hay que señalar que, además, hay otros 34 países que lo han firmado y están pendientes de ratificarlo. España y otros países de la UE no están entre ellos.

El tratado considera que un mundo libre de armas nucleares es un bien público mundial y se basa en los principios y normas del derecho internacional humanitario. Fija la prohibición de «desarrollar, ensayar, producir, fabricar, adquirir de cualquier otro medio, poseer o almacenar armas nucleares u otros dispositivos explosivos nucleares» y también prohíbe -y esto podría afectar a España- «el emplazamiento, la instalación o el despliegue de armas nucleares u otros dispositivos explosivos nucleares en su territorio o en cualquier lugar bajo su jurisdicción o control». Al fin y al cabo, este mandato estaba implícito en la creación de las Naciones Unidas.

Y esto nos lleva a la pregunta de por qué España no lo ha firmado y ratificado.

La historia moderna de España, desde el franquismo, está ligada al depósito de armas nucleares. Las bombas atómicas aparecen en nuestro país con el acuerdo militar con Estados Unidos. No sabemos si, contemporáneamente, el Reino Unido ha tenido o tiene armas nucleares en Gibraltar.

De todos es conocido el incidente de Palomares (Almería) donde por una colisión aérea cayeron al mar 4 bombas atómicas y se produjo radiación y contaminación en la zona. Forma parte de las historias del franquismo que, como otros grandes accidentes, fue en gran parte ocultado.

Pero, volviendo más al presente, la entrada de nuestro país a la OTAN por el gobierno post golpe de Estado de Leopoldo Calvo Sotelo, en 1981, no modificó para nada la presencia nuclear estadounidense (y/o británica) en nuestro suelo o espacio aéreo.

El malestar social que supuso la entrada en la OTAN y la pérdida de una neutralidad geopolítica defendida por amplias capas de la población fue conducido por el PSOE hacia un referéndum. También, hay que hacer constar que la decisión de entrar en la OTAN fue argumentada en que ese hecho pondría orden en los cuarteles y haría que los militares proyectasen su energía hacia aventuras exteriores y no en una visión antidemocrática de sus funciones en un Estado. Cosas de la transición y los poderes fácticos.

En 1986, efectivamente se hizo un referéndum amparado por el PSOE y que recogía tres condiciones para ratificar la permanencia en dicha estructura militar: la no incorporación a la estructura militar, la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares y la reducción de las bases militares norteamericanas en España. La campaña contra el ingreso de España en la OTAN, el carácter unitario, la mezcla de culturas políticas y el tejido de sensibilidades, fue la que hizo mimbres para la creación de Izquierda Unida y la fijación de llevar la bandera anti OTAN en su ADN.

Pero ya, la dinámica pro atlantista se consolidó en el primer gobierno de Aznar y en 1997, España se incorporó a la estructura militar integrada de la OTAN, se modificó el acuerdo hispano estadounidense para que Estados Unidos pudiera instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español, previa autorización del Gobierno de España.

Y en estas, promovido por Austria y con el apoyo de Irlanda –y en contra de los países de la OTAN y de la mayoría de los de la UE- se aprueba este Tratado sobre Prohibición de las Armas Nucleares en el año 2016.

América Latina y el Caribe ya en el Tratado de Tlatelolco prohibieron la introducción de armas nucleares en ese espacio geográfico tras la crisis de los misiles en Cuba en 1963. Ahora hay 116 países que han voluntariamente suscrito tratados de zonas de libres de armas nucleares. El PSOE, en el momento de la discusión del Tratado presentó una Proposición no de ley, en donde el PP se abstuvo, que salió aprobada por la mayoría del Congreso.

España, junto con Portugal, y cambiando el acuerdo con Estados Unidos, de momento solo en ese aspecto, deben declarar que la península esté libre de armas nucleares.

España, este gobierno de coalición, sin grandes alharacas y sin modificar formalmente gran cosa, debe ratificar este Tratado. Por el bien común de todos y todas.

 SANTIAGO GONZÁLEZ VALLEJORevista Política (Izquierda Republicana) 

 

viernes, 25 de diciembre de 2020

 Hay que celebrar el 90 aniversario de la Constitución republicana de 1931, la primera plenamente democrática

 El portavoz adjunto de Unidas Podemos y portavoz parlamentario de Izquierda Unida señala en la Comisión Constitucional de la Cámara Baja que “ojalá sigamos avanzando en un horizonte republicano de garantía de los derechos esenciales, no solo civiles y políticos”

El portavoz adjunto de Unidas Podemos, Enrique Santiago, ha mostrado esta mañana el respaldo de su grupo parlamentario a la conmemoración oficial el próximo año del 90 aniversario de la aprobación de la Constitución republicana de 1931, “la primera constitución plenamente democrática y garantista de derechos que ha tenido nuestro país”.

Santiago recordó durante su intervención de apoyo a la proposición no de ley presentada a debate por el Grupo Socialista en la Comisión Constitucional del Congreso que ese texto “aspiraba a modernizar y democratizar España, y lo hubiéramos conseguido si no hubiera sido por los militares y golpistas traidores que se alzaron contra la democracia”.

El también portavoz parlamentario de Izquierda Unida inició su discurso leyendo su artículo 1: ‘España es una República de trabajadores de toda clase, que se organizan en régimen de Libertad y de Justicia. Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo’.

“La República -dijo- nació con la vocación de transformar profundamente la realidad de una España aún feudal, para garantizar la libertad, los derechos humanos y la justicia social. El tránsito de siervos a ciudadanos con derechos. Los demócratas de hace 90 años eran republicanos”.

Recordó también a modo de ejemplo otros artículos, entre ellos el 6 ‘España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional’, el 7 ‘El Estado español acatará las normas universales del Derecho internacional’ o el artículo 25 ‘No podrán ser fundamento de privilegio jurídico la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas políticas ni las creencias religiosas’.


Santiago destacó especialmente que “el compromiso con la democracia y la voluntad popular se acreditó con la elección del presidente de la República, el único jefe de Estado elegido democráticamente en la historia de nuestro país, por última vez con esta norma constitucional el 10 de mayo de 1936, hace 84 años”.

Indicó que “el principio de soberanía popular define el texto republicano, que recogió los principios del parlamentarismo de la Europa de entreguerras: la preeminencia del Poder Legislativo, expresión de la voluntad general, frente al Poder Ejecutivo o Gobierno”.

De la misma forma, desgranó los logros que la II República fue plasmando con el texto que ahora se quiere conmemorar, entre ellos que el Parlamento se convirtió “en el centro de la vida política e instancia de control del Gobierno” o que se extendiera “la democracia constitucionalizando el referéndum legislativo para que nuestros compatriotas pudieran decidir, se constitucionalizó un Estado laico y se creó un amplio catálogo de derechos, también en ámbitos privados, como el matrimonio, la educación, la familia, el trabajo o la economía”.

El portavoz adjunto de Unidas Podemos no olvidó destacar que “por primera vez se alcanzó la igualdad de género, al reconocer el derecho de voto a las mujeres y el matrimonio civil con igualdad de derechos”, además de que “supuso el acceso de todo nuestro pueblo a la cultura y a la educación que, por primera vez, se convirtieron en derechos garantizando la emancipación social. Se estableció el carácter obligatorio de la educación básica, pública, gratuita y laica, lo que significó un inmenso esfuerzo económico del Estado”.

Con la mirada puesta en el futuro, Enrique Santiago apuntó que “ojalá que sigamos avanzando en un horizonte republicano de garantía de los derechos esenciales, no solo civiles y políticos. Ojalá acabemos con cualquier discriminación familiar o personal, para que todos seamos iguales ante la ley y todos los españoles puedan acceder a las más altas instituciones del Estado”.

“Y también -concluyó- ojalá alcancemos la garantía plena de derechos económicos y sociales, imprescindibles para que todas y todos nuestros compatriotas tengan una vida plena y digna”.



 

 

miércoles, 23 de diciembre de 2020

 El PCE reclama la reforma de las Fuerzas Armadas

 EL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA HA VENIDO DENUNCIANDO LA EXISTENCIA DE UNA OPERACIÓN DE DESESTABILIZACIÓN DE LA DEMOCRACIA

 Existe un plan organizado desde la derecha política, económica y judicial más extrema, con la participación de sectores no solo militares, sino institucionales, económicos y sociales, cuyo objetivo es acabar con este Gobierno por cualquier medio.

Desde julio de 2018 hasta hoy se han conocido al menos cinco cartas o manifiestos firmadas por militares en situación de retiro descalificando al actual sistema democrático y pidiendo medidas de intervención para corregir lo que consideran una “situación política inaceptable”, eufemismo para denominar al gobierno de coalición en el que participa Unidas Podemos.

El ultimo de estos manifiestos, publicado el pasado 3 de diciembre, aparece firmado por mas de 270 militares en retiro que llaman a "revertir la peligrosa deriva de nuestra Patria ante un Gobierno que ha cedido a comunistas, golpistas y proetarras". Al mismo tiempo, sale a la luz pública un chat de militares retirados en el que un general defiende fusilar a 26 millones de españoles, a los que denomina “hijos de puta”.

El Partido Comunista de España ha venido denunciando la existencia de una operación de desestabilización de la democracia, en primer lugar para impedir la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno, y ahora para atacar al gobierno de coalición, puesta en marcha tan pronto se aprobó la investidura como Presidente del Gobierno de Pedro Sánchez en enero de 2020. La declaración del Estado de Alarma por la pandemia ha sido utilizada para incrementar los ataques desestabilizadores por cualquier medio.

No cabe duda de que existe un plan organizado desde la derecha política, económica y judicial más extrema, con la participación de sectores no solo militares, sino institucionales, económicos y sociales, cuyo objetivo es acabar con este Gobierno por cualquier medio, sirviéndose especialmente de la intoxicación mediática, el acoso judicial y la utilización antidemocrática de distintas instituciones del Estado.

Sin duda la infiltración de la ultraderecha, como movimiento organizado, en las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado constituye una grave amenaza, aunque a fecha de hoy no puede afirmarse que sean mayoritarios estos sectores antidemocráticos. Pero, aunque no constituyen una mayoría, sí trabajan activamente para determinar los debates y el ánimo general en las cámaras de oficiales y camaretas de suboficiales y cabos primeros. Es un trabajo sistemático, organizado y coordinado con la ultraderecha política que busca crear hegemonía en el seno de las FFAA y CFSE.

Todo ello pone de manifiesto una coordinación de distintos sectores desestabilizadores con integrantes o ex integrantes de las FFAA y los CFSE, en una estrategia que busca influir en la opinión pública y en especial en el Jefe de Estado. Esta estrategia desestabilizadora pretende arrastrar a otras esferas de poder, mediáticas, económicas, institucionales y judiciales y convertir a todos los anteriores en actores de desestabilización. Todo con la activa participación de redes y estructuras vinculadas a la ultraderecha.

En este contexto, es inaceptable la sentencia del Tribunal Militar Central que confirma la sanción disciplinaria impuesta al cabo Marco Antonio Santos por manifestarse en contra de los militares retirados que alabaron al ex dictador y por firmar una carta con la formula “Salud y República”. Ya entrados en el Siglo XXI no es aceptable que en democracia se actúe de forma permisiva con militares o exmilitares que simpatizan o participan en operaciones desestabilizadoras, mientras que se expulsa del ejército a militares demócratas que denuncian y condenan actitudes desestabilizadoras y fascistas

Para abordar esta situación y desarticular las estrategias desestabilizadoras de la extrema derecha y sus aliados, es necesario abordar de una vez la asignatura pendiente de la reforma de las Fuerzas Armadas para dotarlas de mecanismos que permitan que la realización de declaraciones o actividades desestabilizadoras y contrarias al orden constitucional puedan ser sancionadas cuando se realizan por militares que, aunque estén en retiro, utilicen para desplegar esa actividad su antigua condición.

La justicia militar debe ser competente exclusivamente para conocer los casos relacionados con el servicio, en ningún caso respecto a actividades con implicaciones fuera de las FFAA.

Es imprescindible reformar el acceso a las academias militares, de Guardia Civil y de Policía Nacional, así como eliminar cualquier prueba de valoración subjetiva para el acceso, en especial si estas valoraciones son realizadas por los propios mandos.

También es imprescindible objetivar al máximo los procedimientos de ascensos, acceso a cursos de formación y renovaciones de contratos de tropa y marinería, así como oficiales de complemento, garantizando la participación en las evaluaciones de funcionarios externos a las FFAA y FCSE.

El PCE defenderá el reconocimiento de los derechos democráticos y sindicales en las FFAA, para fortalecer las asociaciones y colectivos, tratando de vincularlos a los sindicatos preexistentes, reformando las distintas leyes orgánicas que limitan el derecho de asociación y sindicación.

En esta misma línea de mejora de los derechos laborales de los militares, debe solucionarse el problema de los despidos a la tropa y militares de complemento que cumplen 45 años. Debemos evitar el inmenso problema social y político que supone la salida del ejército de decenas de miles de hombres y mujeres sin otro oficio que las armas, con escasa o nula posibilidad de hacer valer su experiencia para acceder a un empleo digno, lo que les hace muy vulnerables a las iniciativas de la extrema derecha.



 

 

domingo, 20 de diciembre de 2020

 Un buen acuerdo para el mantenimiento del Sistema Público de Pensiones

LA FUERZA DE LA MOVILIZACIÓN Y DEL COMPROMISO PROGRAMÁTICO

Hay que aumentar la financiación del sistema mediante los impuestos y evitar cualquier intento privatizador

La reunión del Pacto de Toledo el 27 de octubre aprobó 22 recomendaciones sobre pensiones con un amplio consenso de la mayoría de las fuerzas políticas menos el voto en contra de Vox y la abstención de ERC y BILDU. Como vamos a ver, se trata de un acuerdo positivo para los y las pensionistas actuales y para la estabilidad del sistema público de pensiones.

El Pacto de Toledo nació en 1995 con el consenso de todas las fuerzas políticas y, entre otras medidas, creó un mecanismo para asegurar la estabilidad del sistema público de pensiones, el fondo de reserva, que los distintos gobiernos, especialmente el de Rajoy, utilizaron para cubrir gastos ajenos a las pensiones, incumpliendo de esta forma lo acordado.

El déficit de la Seguridad Social provocado por la sobrecarga de gastos que ha tenido que soportar y la práctica liquidación del fondo de reserva han sido utilizados mediáticamente para influir en la ciudadanía, introduciendo el miedo a su quiebra y la inseguridad ante un futuro sin pensiones públicas o insuficientes, logrando que siete millones y medio de personas tengan hoy un plan de pensiones privado. Es parte de la estrategia neoliberal del FMI, la Comisión Europea, el BM, el Banco de España y otras instituciones que tiene por objetivo desmantelar el estado del bienestar, convirtiendo las necesidades vitales de las personas en un nuevo nicho de negocios.

La defensa de las pensiones públicas y otras reivindicaciones de vital importancia para las personas jubiladas, como la sanidad, las residencias o la dependencia, ha generado amplísimas movilizaciones sin las cuales difícilmente hoy tendríamos un acuerdo tan avanzado para el sistema público de pensiones.

Un compromiso con el mantenimiento del sistema público de pensiones

Se cierra el paréntesis que supuso la mayoría absoluta del Partido Popular que aprobó, solo con sus votos, la reforma de 2013, poniendo en marcha la desaparición de la revalorización automática de las pensiones y el factor de sostenibilidad, lo que supuso un durísimo golpe para el presente, con la pérdida de poder adquisitivo, y para el futuro, con el recorte de las cuantías máximas de las pensiones.

El acuerdo recoge reivindicaciones que el movimiento de pensionistas y los sindicatos de clase han estado reclamando en la calle y en los centros de trabajo.

Destacan, por su centralidad e importancia, las que se refieren a la defensa del sistema público de pensiones, garantizando pensiones dignas a través de la suficiencia y revalorización del sistema y la sostenibilidad de este. Para ello, se mantiene la separación de las fuentes de financiación -cotizaciones/impuestos- según la naturaleza de las prestaciones, se descarga de gastos impropios como los de la Seguridad Social que pasarán al Estado, se da un giro estratégico para aumentar la financiación del sistema mediante los impuestos, asumiendo el Estado a través de los presupuestos los ingresos necesarios en caso de insuficiencia en periodos de crisis, dando con ello estabilidad a las pensiones públicas que, además, aseguran su poder adquisitivo con el IPC de forma permanente por ley, mejorando las más bajas y las no contributivas.

Los incentivos al empleo se deben limitar a discapacitados o personas en riesgo de exclusión, víctimas de violencia de género, parados de larga duración, jóvenes y mayores de 55 años. Se recomienda la derogación de la Ley 23/2013 reguladora del factor de sostenibilidad que impuso el PP.

Da respuestas a problemáticas relacionadas con colectivos y sectores de la clase trabajadora sometidos a una precariedad extrema. Destacamos algunas de ellas. En relación a las mujeres han tenido especial sensibilidad, planteando la reducción de la brecha de género en las pensiones y la revisión de las pensiones de viudedad, garantizar la igualdad de trato en los casos de parejas sin vínculo matrimonial y se reclama que las carreras profesionales de quienes tengan personas dependientes a su cargo no generen vacíos de cotización por esta causa.

Debemos impedir que la digitalización y la robótica abran un nuevo ciclo de paro y empobrecimiento fragilizando las pensiones públicas

Sobre la juventud, se propone reforzar la protección social de los becarios. En el caso de la migración, se recomienda que la Seguridad Social facilite la gestión de los trámites de contratación, afiliación e integración en el sistema.

También se propone la compatibilidad de las pensiones por incapacidad permanente con la realización de un trabajo y la revisión de las pensiones de mayores de 65 años. Se plantea la reducción de los regímenes de cotización a dos: uno de trabajadores por cuenta ajena y otro de trabajadores por cuenta propia.

No podemos dejar de señalar nuestra discrepancia con alguna recomendación, como la referente a “la ampliación progresiva del periodo de cálculo de la base reguladora de las pensiones”, medida regresiva que depauperaría las pensiones suponiendo un gravísimo perjuicio para la inmensa mayoría de trabajadoras y trabajadores, así como la ampliación de la edad de jubilación a los 67 años, especialmente grave en este contexto de desempleo, precariedad y bajos salarios, fruto de la reforma de la pensiones del gobierno de Zapatero. Igualmente, en relación a las mutuas, que deberían mantenerse como entidades sin ánimo de lucro impidiendo que se abran vías de enriquecimiento a costa de la salud de quienes las deben utilizar.

Movilización social y compromiso del gobierno

Valorado en su conjunto, este acuerdo supone un compromiso con el mantenimiento del sistema público de pensiones, de reparto y solidaridad entre los trabajadores y trabajadoras, cuestión que deja meridianamente clara la consideración preliminar del texto frente a quienes pretenden aprovechar la crisis del coronavirus para forzar su sustitución por sistemas de capitalización individual.

Significa un compromiso institucional del gobierno de coalición con la sociedad, con la clase trabajadora, en un momento en que la pandemia está impactando muy negativamente en la economía y en la vida de la gente.

Un acuerdo que va a reforzar al gobierno del PSOE con Unidas Podemos para seguir desplegando políticas públicas, sociales, económicas o medioambientales frente a posibles exigencias de recortes en derechos con los que la Comisión Europea pudiera condicionar el acceso a los Fondos de Reconstrucción y Resiliencia y frente al asedio de la derecha y la extrema derecha, fieles voceros del capital.

La movilización social, los acuerdos parlamentarios y la determinación del gobierno de coalición para evitar que la crisis golpee a los de siempre serán factores decisivos para el desarrollo de unas propuestas que, por suponer la consolidación futura de un sistema público de pensiones, van a encontrar por el camino muchas zancadillas de los poderes económicos y políticos que siguen en su empeño de convertir las pensiones en un negocio.

Retos para un futuro cercano

En los últimos cuarenta años, parte importante de los puestos de trabajo han sido sustituidos por maquinas. Esos avances han permitido mayores niveles de producción, riqueza y desarrollo de la sociedad. Ahora entramos en otra etapa, la era de la robotización y la digitalización, que está suponiendo un cambio brusco: de aquí a treinta años, el 50% de los puestos de trabajo actuales serán sustituidos por robots. En este contexto, y con la correlación de fuerzas existente, pueden darse reducciones en el nivel de empleo junto con un aumento de la productividad y de las rentas del capital.

En este escenario no es posible que las cotizaciones soporten el peso de la financiación del sistema y resulta necesario el aumento de las aportaciones del Estado mediante los impuestos por razones financieras pero también de equidad y justicia social.

Todo ello debe implicar una profunda reflexión en el seno de la izquierda, en el sindicalismo de clase, en el que los comunistas nos tenemos que implicar. Porque entramos en el núcleo directo de la confrontación de clases: en torno al trabajo, la creación de riqueza y su apropiación.

Concretamente, sobre la implicación de estos cambios en las pensiones –por el tema que nos trae- y en el trabajo: valorar si la empresa no debería pagar en forma de impuesto el coste de la seguridad social del trabajador que sustituya por máquina, podría ser un elemento a debatir y alcanzar acuerdos. Y ello, junto a la reducción de la jornada y el reparto del trabajo sin merma salarial.

Se trata de reducir el impacto que pueda generar en el empleo el crecimiento de la robotización y la digitalización para lograr que la riqueza se distribuya en beneficio de toda la sociedad impidiendo su apropiación por una minoría.

En los últimos veinte años, la riqueza total del país ha pasado de 431.293 millones de euros en 2000 a 2,64 billones de euros en 2019, multiplicándose por seis. El 1% de los españoles poseen el 47,19 del total de la riqueza, 24.828 multimillonarios acumulan esta inmensa fortuna, sin contar la que tienen en los paraísos fiscales. Esta concentración de la riqueza ha empobrecido tremendamente a nuestra sociedad. Ahora debemos impedir que los cambios que traigan la digitalización y la robótica abran un nuevo ciclo de empobrecimiento.

 MARGA SANZRnsable de Pensionistas y Jubilados PCE 

JUAN GUILResponsable de Pensionistas PSUC Viu 


 

miércoles, 16 de diciembre de 2020

 LOMLOE: necesita mejorar más


Tras el primer debate parlamentario de las casi mil doscientas enmiendas parciales al proyecto de LOMLOE, el texto resultante nos sigue pareciendo claramente insuficiente y, de no enmendarse más a fondo en el resto de su tramitación, mucho nos tememos que la nueva ley de educación puede quedarse vieja antes de nacer, por más que se intente maquillar con pequeños cambios de cara a la galería.

El proyecto de LOMLOE, que fue presentado en solitario por el PSOE en la anterior legislatura, se ha sometido a debate tal cual, por el gobierno de coalición, con el compromiso de introducir las enmiendas necesarias para mejorar ampliamente un texto que inicialmente sólo pretendía suprimir los aspectos más lesivos de la LOMCE del PP.

Sin embargo, hasta la fecha, el PSOE ha rechazado múltiples enmiendas procedentes de los grupos parlamentarios progresistas, incluidas casi todas las presentadas en solitario por Unidas Podemos, su socio de gobierno. Hay que subrayar además que buena parte de las enmiendas rechazadas se basan en las principales propuestas de la comunidad educativa progresista que, tras largos años de debate, las ha plasmado por consenso en el Documento de Bases para una nueva Ley de Educación, y se le han hecho llegar a la Ministra de Educación, Isabel Celaá y al propio PSOE, que fue uno de los firmantes del citado documento.

Avances frente a la LOMCE

Es cierto que el proyecto inicial de LOMLOE tenía (y tiene) algunos aspectos positivos, que permitían albergar la esperanza de que, una vez enmendado, pudiese mejorar sustancialmente. Empezando por la derogación de la nefasta y controvertida LOMCE del PP, lo cual supone la eliminación de itinerarios segregadores desde los 13 años; o la supresión de las perversas reválidas, cuyo amplísimo rechazo social obligó al propio PP a posponerlas sine die; o la recuperación de la Educación Infantil como etapa educativa, desde los 0 años; o la devolución de competencias sustraídas a los Claustros y Consejos escolares de los centros; o la relativa pérdida de peso de la asignatura de Religión. Acabar con éstos y otros tantos aspectos regresivos de la LOMCE era y es sin duda una necesidad imperiosa.

Insuficiencias e
n la reversión de la privatización

Sin embargo, en su conjunto, el proyecto de Ley adolece de importantes insuficiencias, especialmente por lo que respecta a su escasa apuesta por la educación pública, como eje vertebrador del sistema educativo y como única garante del derecho universal a la educación en condiciones de igualdad. De hecho, apenas se avanza nada en la reversión de la privatización de la enseñanza mediante una doble red financiada con fondos públicos, lo que conlleva la permanencia tal cual de la enseñanza privada concertada, un negocio mayoritariamente en manos de la jerarquía católica, que es además una constatada vía de segregación escolar, cuando no de prácticas corruptas, como demuestra el caso Púnica. Por no hablar del nulo avance en la laicidad del sistema educativo en general y de la escuela pública en particular, a pesar de los compromisos adquiridos al respecto por el propio PSOE, en sede parlamentaria, a raíz de algunas iniciativas planteadas por UP, como la PNL de 21 febrero 2018, aprobada por mayoría, que instaba al gobierno a derogar los Acuerdos con el Vaticano y otras confesiones para sacar el adoctrinamiento religioso del ámbito escolar.

Resulta al respecto bastante decepcionante la falta de compromiso del PSOE con sus propias promesas electorales en materia educativa que, según se recoge en su programa a las elecciones generales (2019), decían: “Cualquier propuesta que busque avanzar en la mejora del sistema educativo debe partir de garantizar el derecho a la educación de calidad para el alumnado, que exige un compromiso con la educación pública”. Y también: “Reforzaremos el servicio público de la educación, constituido por centros y escuelas públicas inclusivas, protegiéndolo frente a la tendencia privatizadora”. O incluso: “Los centros escolares públicos se ajustarán a los principios constitucionales propios del Estado laico”.

A eso cabe añadir lo que el PSOE firmó en su pacto de gobierno con Unidas Podemos, donde ambas fuerzas se comprometían explícitamente a “aprobar una Ley Básica de Educación, que derogue la LOMCE y sus consecuencias negativas, que blinde la educación pública como eje vertebrador del sistema educativo e incorpore los acuerdos alcanzados por la comunidad educativa en estos años, eliminando la segregación escolar”.

Pues bien, el proyecto de LOMLOE ni blinda de forma clara y contundente la educación pública frente a la privatización educativa creciente, ni incorpora las propuestas esenciales de la comunidad educativa, ni mucho menos avanza en la eliminación de la religión del currículo escolar, como correspondería a un Estado pretendidamente laico.

ENMIENDAS NECESARIAS EN LA TRAMITACIÓN DE LA LEY

Desde IU seguimos reclamando que, en la tramitación parlamentaria aún pendiente, el PSOE se una a los grupos progresistas del Congreso y apoye las enmiendas que recogen el sentir mayoritario de amplios sectores de la comunidad educativa, y que son imprescindibles para una nueva Ley de Educación que apueste sin complejos por la educación pública, laica, democrática e inclusiva que necesitamos. Y eso pasa, a nuestro entender, por:

1. Asegurar la suficiencia de la red pública de centros, mediante su extensión progresiva, para que pueda atender las necesidades de escolarización en todos los niveles educativos y cumplir así el mandato constitucional que, en su artículo 27.5, encomienda a los poderes públicos la obligación de garantizar el derecho de todos y todas a la educación mediante una programación general de la enseñanza y la creación de centros.

2. Educación Infantil. Hay que garantizar la dotación presupuestaria necesaria para la creación inmediata de muchas más plazas públicas de 0-3 años, dadas las acuciantes necesidades existentes. Y recuperar el carácter estrictamente educativo de TODA la etapa, sin dar un tratamiento diferente al primer ciclo (0-3 años), como se deriva de una enmienda al proyecto de ley inicial, que ha sido aprobada y que debe ser rectificada.

3. Suelo público sólo para centros públicos. De momento, se ha aprobado la enmienda de Izquierda Unida, presentada a través del grupo parlamentario Unidas Podemos, que recoge esta justa reivindicación. Esperemos que no se dé marcha atrás en el resto del trámite parlamentario. Y que, a partir de ahora, quede prohibida la cesión de suelo público para la creación de centros privados concertados de antemano (como se ha venido haciendo en la Comunidad de Madrid, por ejemplo), en lugar de destinarlo a la construcción de centros públicos, como exige el mandato constitucional.

4. Establecer explícitamente el carácter subsidiario de los conciertos educativos, de modo que las enseñanzas concertadas solo se puedan mantener temporalmente cuando las necesidades de escolarización de una zona escolar de referencia no puedan ser atendidas por la red pública. Y limitar los conciertos, en su caso, a las enseñanzas obligatorias.

5. Y como criterio para la escolarización y planificación de la red de centros. No cabe aceptar, ni está constitucionalmente justificada, la equiparación del derecho universal a la educación con la manifestación de una preferencia particular, que puede atentar contra los criterios prioritarios que deben presidir la planificación educativa y una escolarización en condiciones de igualdad.

6. Eliminar la religión en el sistema educativo. Y hasta que queden derogados los acuerdos con la Iglesia católica y otras confesiones, sacar la religión del horario lectivo. Solo así se podrá respetar el derecho a la libertad de conciencia del alumnado e impedir toda forma de adoctrinamiento en el ámbito escolar. Es además una anomalía seguir manteniendo una legión de catequistas en el sistema educativo, pagados con fondos públicos, que acceden a sus puestos por la mera voluntad del obispado de turno.

7. Elección democrática de la dirección de centros por el Consejo Escolar y composición más equilibrada y democrática del mismo. Fue la LOE del PSOE la que sustituyó dicha elección por una forma de ‘selección’, que en última instancia queda en manos de la administración.

8. Reducción de ratios. Máximo 20 escolares en enseñanzas obligatorias y 25 en postobligatorias. En educación infantil aplicación de las ratios recomendadas por la red de atención a la infancia de la Comisión Europea, bastante menores que las existentes actualmente. No se trata solo de reducir la ratio en tiempos de pandemia, sino de avanzar realmente en una educación más personalizada e inclusiva que permita responder a la diversidad del alumnado.

9. Comisiones de escolarización permanentes y democráticas en todos los distritos escolares y no solo para escolarizar en segundo término a quienes se quedan fuera de lo solicitado, sino para evitar una escolarización ‘a la carta’ por parte de los centros (especialmente los concertados) y también como medio para garantizar y planificar una escolarización inclusiva y equitativa.

10. Garantizar el cumplimiento estricto de la coeducación como principio educativo y de escolarización en todos los centros, etapas y aulas, de modo que quede taxativamente prohibido concertar o mantener el concierto con cualquier centro que separe al alumnado por razón de sexo, o discrimine por razón de creencias, origen cultural, económico, social...

11. Avanzar en la creación del cuerpo unificado de profesorado y reducir drásticamente la interinidad, incorporando el compromiso de acordar con los sindicatos el Estatuto de la función docente tantas veces prometido.
12. Eliminar la selectividad como prueba generalizada de acceso a la Universidad. El título de bachiller es el que acredita la formación necesaria para acceder a estudios superiores. Por tanto, sólo sería necesario algún tipo de prueba específica cuando no haya plazas públicas suficientes para atender todas las solicitudes que se presenten en determinadas carreras.

13. Eliminar la repetición de curso en Primaria y reforzar su carácter excepcional en Secundaria, dotando de refuerzos y apoyos. Todos los estudios al respecto ponen de manifiesto que la repetición de curso (hacer otra vez lo mismo) no es una respuesta pedagógicamente adecuada, y mucho menos en la educación primaria.

14. Eliminar las evaluaciones ‘censales’ (a todo el alumnado) y sustituirlas por evaluaciones periódicas muestrales (a una muestra significativa). Para hacer un diagnóstico del funcionamiento del sistema educativo que permita mejorarlo no son precisas ni convenientes evaluaciones a todo el alumnado de determinado nivel, que ya se realizan por su profesorado, sino a muestras significativas. Ello evita distorsiones en el proceso de enseñanza-aprendizaje y el uso de perversos rankings de centros.

15. Finalmente, para poder aplicar de forma realista las medidas anteriores, garantizar una financiación suficiente en educación, empezando por su equiparación, desde la entrada en vigor de la ley, con la media del PIB que destinan los países de la UE.

 

ENRIQUE JAVIER DÍEZ GUTIÉRREZ 
LOLES DOLZ 
FELIX RUBIO FERRERAÁrea Federal de Educación de Izquierda Unida

lunes, 14 de diciembre de 2020

 RELATOR ESPECIAL DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DERECHO HUMANO DEL ACCESO AL AGUA Y EL SANEAMIENTO

 Pedro Arrojo: 'El agua es demasiado importante para dejarla en manos del libre mercado'

 “Normalmente no se privatiza directamente el agua pero sí su gestión, que casi viene a ser el equivalente”


Pedro Arrojo, doctor en ciencias físicas y profesor emérito de Análisis Económico en la Universidad de Zaragoza, lleva 40 años trabajando sobre el agua. Tiene una larga trayectoria en los movimientos sociales y fue diputado de Unidas Podemos. En 2003 le concedieron el Premio Goldman de Medio Ambiente, considerado como “El Nobel de la Ecología”, por su lucha por un cambio en la política de gestión de aguas desde los movimientos sociales y la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA), de la que fue presidente. Con 69 años se ha convertido en el único español que ocupa actualmente una responsabilidad como relator especial de la ONU.

Su primera actuación tras tomar posesión del cargo el pasado 1 de noviembre ha sido hacer un llamamiento a Gobiernos y Ayuntamientos para que se prohíba el corte del agua a personas en situación de vulnerabilidad y pobreza. Y no solamente durante la pandemia, sino siempre. “Según la legislación internacional vigente estos cortes suponen una transgresión de los derechos humanos y por ello deberían prohibirse de forma definitiva”.

Su predecesor, el brasileño Léo Heller, deja el cargo con una campaña brutal contra él tras la publicación de su último informe explicando los peligros de la privatización del agua. Hay mucho dinero en juego y unas cuantas multinacionales por medio. Pero cien grandes organizaciones a nivel mundial y otros relatores de la ONU salieron inmediatamente a respaldarle, entre ellas los sindicatos, porque cuando hablamos de agua hablamos de derechos humanos y los derechos no están en venta.

Pedro Arrojo, que tiene larga trayectoria en los movimientos sociales y ha sido diputado de Unidas Podemos, sabe a qué se enfrenta y llega con la intención de profundizar en esa línea de democratización hídrica: “transparencia, participación ciudadana, lucha implacable contra la corrupción y en definitiva hacer que el derecho humano al agua y al saneamiento esté garantizado por encima de cualquier tentación de negocio”. Adelanta que hablará con todos los sectores: “No estoy en contra del libre mercado pero sí de aplicar el libre mercado por encima de los derechos humanos y democráticos que van más allá de la lógica de mercado”.

MUNDO OBRERO: ¿Cuáles son los principales retos y prioridades que se marca desde esta plataforma mundial?
PEDRO ARROJO:
 Es un reto tan ilusionante como desbordante. Son miles de personas y defensores de los derechos humanos los que están empujando y trabajando en la defensa del derecho al agua y una de mis obsesiones va a ser trabajar con ellas y ellos. Es una responsabilidad compartida.

La ONU tiene una tremenda fuerza moral e influencia política pero no tiene capacidad de decisión. Así que no estará en mi mano resolver las cosas, pero lo que sí haré es dar visibilidad a los problemas y denuncias como forma de empoderar a los movimientos sociales y a los más vulnerables, que son quienes más sufren los atropellos en cuestión de Derechos Humanos. Como Relator tendré la capacidad y la obligación de requerir la atención de los gobiernos para que se cumplan los derechos humanos y de colaborar con ellos y con los movimientos sociales proponiendo soluciones.

M.O.: En esta pandemia, la primera vacuna para luchar contra el Covid es el agua con jabón, junto al distanciamiento social. Pero 3 de cada 10 habitantes del planeta no tienen acceso a agua potable. ¿Cuál debe de ser el papel del Estado en tiempos de pandemia para garantizar el suministro?
P.A.:
 Del orden de 2.200 millones de personas no tienen acceso garantizado al agua potable. No significa que no tengan agua, sino que esa agua está contaminada y no pueden comprar agua embotellada. Unos 3.000 millones no tienen siquiera un lavabo y unos 4.500 millones ni siquiera una letrina, lo que impone condiciones de higiene y de vivienda que no satisfacen los derechos humanos establecidos por la ONU. Se estima que entre 7.000 y 8.000 personas mueren cada día por no disponer de agua potable, es decir unos 2,5 millones al año. Unas 250.000 mueren de diarrea, en su mayoría niñas y niños menores de 5 años. El resto muere por otras infecciones o por la ingesta sistemática de agua con tóxicos, como metales pesados, que no te mandan al hospital al día siguiente pero degradan la salud progresivamente.

No sólo es una cuestión de países lejanos y empobrecidos. Aquí vimos que los primeros brotes masivos de contagio fueron entre los temporeros que no podían disponer de agua y jabón para lavarse y asearse.

En España el gobierno tuvo la sensibilidad de prohibir los cortes de agua y de servicios básicos durante el confinamiento. Ahora por presiones de las grandes empresas se ha levantado esa protección. Eso es rigurosamente un incumplimiento del derecho humano.

M.O.: La ONU reconoció el acceso a agua potable como un derecho humano fundamental en 2010. ¿Cómo puede garantizarse ese derecho cuando se privatiza el agua?
P.A.:
 El mercado sirve para lo que sirve, pero la propia lógica de libre mercado no parece la más consistente para gestionar derechos humanos universales como el acceso al agua para todo el mundo, incluidos los que no pueden pagar. El agua es demasiado importante para dejarlo en manos del libre mercado.

Normalmente no se privatiza directamente el agua pero sí su gestión, lo que viene a ser prácticamente equivalente. La responsabilidad de la gestión es pública, depende de los Ayuntamientos. ¿Y un ayuntamiento puede privatizar la gestión? Sí, pero es un tema tan importante que debería exigirse un proceso muy democrático y absolutamente transparente. En la gestión, ya sea pública o privada, tiene que haber una dinámica de participación ciudadana que no la garantiza el mercado, además de formas adecuadas de funcionamiento, criterios de gestión garantizados por ley, etc. Porque no se trata sólo de calidad sino de accesibilidad y de un sistema de tarifas justas y asequibles.

M.O.: Hay organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial que han impulsado esa privatización.
P.A.:
 Ha habido presiones para privatizar el agua. Por ejemplo, con Pinochet, en Chile se legisló para privatizar materialmente los ríos. Endesa tiene la mayoría de los ríos de la Patagonia chilena. Y Pinochet vinculó la ley de privatización de aguas con la Constitución.

El modelo británico, que impulsó Margaret Thatcher, no privatizó materialmente el agua, que siguió siendo pública, pero sí las infraestructuras de agua y saneamiento y la gestión. Este modelo apenas se ha extendido.

El modelo basado en el llamado partenariado público-privado, que ha respaldado sistemáticamente el Banco Mundial, es el que domina en el mundo, ya sea por concesión directa o compartida.

Es el modelo francés o europeo, que a través de España llega a América Latina. El agua es pública. También, en general, las grandes infraestructuras, que requieren inversiones a muy largo plazo y generan beneficios muy limitados. Lo que interesa y se privatiza es la concesión de la gestión. Concesiones por largos periodos, de hasta 40 años, que se van cobrando a través de las tarifas. Y como políticamente puede estar mal vista esa privatización, los grandes operadores suelen ofrecer la creación de una empresa mixta público-privada donde se le ofrece al Ayuntamiento el 51% de las acciones. Es el modelo del Canal de Isabel II. ¿Cuál es la clave del contrato? Pues hay un punto que viene a decir que quien técnicamente sabe de ese tema, que es la parte minoritaria privada, tendrá las competencias de gestión y de dirección. Otra clausula suele establecer que las compras y contrataciones corresponden a la dirección, con lo que la empresa privada las asigna a empresas de su propio grupo directamente, sin concurso público, y por tanto sin competencia. De hecho, de ahí se suele derivar más del 50% de los beneficios del grupo empresarial. La empresa privada compra, ya sea ordenadores o un software de robotización de fugas, a un coste mucho más caro del que se conseguiría bajo competencia pública. Y ese coste se carga, por acuerdo de contrato, en la tarifa que pagan los ciudadanos.

El coste de una posible reversión de la concesión es tan exagerado que se hace inviable: habría que pagar el lucro esperado a lo largo de esas décadas de concesión. Con este tipo de mecanismos el Ayuntamiento acaba perdiendo el control público de un servicio tan esencial.

En Holanda está prohibido este tipo de esquema e incluso la derecha tiene claro que el agua tiene que ser de gestión pública. Pero en el Este de Europa la privatización de la gestión está generalizada, no sólo del agua sino de basuras, de electricidad, de todo.

M.O.: Es difícil concebir el derecho humano al agua aislado de otros derechos humanos fundamentales, como el de la salud del planeta y de sus habitantes.
P.A.:
 La salud de la naturaleza acaba siendo garantía de la universalidad del derecho al acceso al agua potable para los más vulnerables, los que tienen que tomar el agua desde el río. Pero no sólo depende del medio ambiente, también de la vivienda digna, la salud pública, la emigración, la extrema pobreza, las comunidades indígenas, la vulnerabilidad de las mujeres y la contaminación tóxica. Intentaré, como mi predecesor, que todas las iniciativas que tome sean coordinadas con estas relatorías.

M.O.: La calidad del agua cada vez está más degradada, como el planeta. ¿Se puede llamar potable a todo el agua que sale del grifo?
P.A.:
 A veces se le llama agua potable al agua mejorada, es decir a la que ha sido clorada y entubada, pero que realmente no es potable. Es lo que pasa, por ejemplo, con el agua de Lima, una de las grandes capitales del mundo. El río Rimac está contaminado con metales pesados y otros tóxicos que dejaron las empresas mineras que ya se fueron y a las que no se les puede exigir ni responsabilidades. Y lo mismo sucede en muchas otras capitales de América Latina, de Asia, de Africa y de parte de Europa. Los problemas de contaminación tóxica derivados de la minería a cielo abierto, de los agrotóxicos o del fracking no se pueden resolver desde las plantas urbanas de depuración y cloración. Por eso otra de mis prioridades es trabajar sobre la contaminación química que envenena cada vez más ríos y acuiferos con metales pesados y otros tóxicos, y sobre la creciente contaminación por nitratos y fosfatos de la ganadería intensiva y las prácticas agrarias.

 GEMA DELGADOSubdirectora Mundo Obrero  

 

sábado, 12 de diciembre de 2020

 Sin respuesta frente la emergencia climática cinco años después del Acuerdo de París·         

Ecologistas en Acción hace público un dosier que señala como, en el quinto aniversario de la aprobación del Acuerdo de París, la comunidad internacional sigue muy lejos de cumplir con el objetivo de limitar el calentamiento global en 1,5ºC.

·         El retraso de la agenda internacional no puede seguir siendo una excusa para que los países presenten compromisos más ambiciosos antes de que finalice el año 2020.


·         La recuperación de los efectos de la COVID–19 amenaza con apuntalar un sistema fósil y caduco que ha conducido a la situación actual, por lo que es  necesario entender que la única salida posible tiene que pasar por una plena integración de los principios de justicia ecológica y social.

 El próximo 12 de diciembre se cumplirán cinco años de la adopción del Acuerdo de París, un acuerdo internacional que pretendía darle un sucesor al Protocolo de Kioto en la lucha internacional para el descenso de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Las diferencias entre protocolo y acuerdo son notables, pero, sobre todo, este último instaura una nueva óptica de las negociaciones internacionales, al definir un proceso basado en la voluntariedad de los países y no en la aceptación de las medidas indicadas por los paneles científicos. Un proceso que está fallando en limitar las emisiones globales de GEI en 2030 y que conducirían a un calentamiento global muy superior a los 3,7ºC.

Tras 25 convocatorias de cumbres climáticas, el descenso de las emisiones no llega. 2019 marcó un máximo histórico en las emisiones globales, y a pesar de los efectos del parón de la COVID–19 la tendencia de 2020 sigue el mismo patrón. Mientras tanto, el planeta da cada vez más señales de graves alteraciones climáticas: las lluvias torrenciales, los episodios de sequía y los grandes incendios forestales siguen alcanzando enormes dimensiones y terribles consecuencias. De hecho, este año será el tercero más cálido jamás registrado.

Con el objetivo de evaluar estas últimas informaciones, así como el estado de la lucha climática tras la cancelación de los eventos previstos y, en especial, de la COP26, Ecologistas en Acción hace público el dossier ‘El Acuerdo de París cinco años después: más cerca de superar los 2 °C’. Una publicación que se da dentro del proyecto ‘De Kunming a Glasgow, un año fundamental para el planeta’, que cuenta con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a través de la Fundación Biodiversidad. 

El informe analiza cuál es el estado climático actual, los cambios en la agenda producidos a raíz de la COVID–19 y cuáles son los retos pendientes en la lucha climática. Entre ellos, a finales de año los países deberán presentar sus compromisos ante el Acuerdo de París. Estos deberán contener una estrategia en el corto plazo y otra que culmine en muchos países antes de 2050 con una completa descarbonización de su economía. Unos compromisos que en la actualidad se sitúan muy lejos de lo requerido, ya que conllevarían en 2030 una reducción de las emisiones en cuatro o seis gigatoneladas de carbono equivalente (GTCO2e) frente a la reducción de 32 GTCO2e que la comunidad internacional establece para mantener el incremento de la temperatura global en 1,5 ºC.

Tras la cumbre de Madrid-Chile, se esperaba que al menos la comunidad internacional presentara nuevos compromisos antes de la COP26 que se iba a celebrar en Glasgow, de forma que, se pudiera revisar e impulsar un incremento de ambición en la cumbre previo a la entrada en funcionamiento del Acuerdo de París. Sin embargo, esto no ha sido así y se hace imprevisible saber cómo afectará al calendario de revisión de los objetivos este año de retraso. Además, la cumbre en Glasgow acumulaba retrasos importantes, entre ellos solventar las discusiones pendientes como el desarrollo del artículo 6, que define los mecanismos y mercados de carbono, y cuya aprobación podría suponer una minoración de los objetivos ya endebles, además de acumular un largo historial de vulneraciones sociales y ambientales.

Así, este año 2020 que se preveía como fundamental para el planeta en términos de la lucha contra la pérdida de biodiversidad y el calentamiento global ha quedado en pausa mientras se afronta la crisis provocada por la COVID–19. Una emergencia sanitaria que ha mostrado la urgencia de actuar a tiempo y siguiendo las indicaciones científicas. Por ello, ante los paquetes de estímulos creados para superar el bache que ha supuesto esta situación, no hay que olvidar que apenas queda tiempo para afrontar la emergencia climática y que se deben dirigir todos los esfuerzos a adoptar modos de vida que quepan dentro de los límites planetarios. Resulta paradójico comprobar como en la pasada cumbre del G20 se comprometieron 233.000 millones de dólares para sustentar a la industria fósil, mientras que solo se comprometieron 146.000 millones de dólares para las energías renovables. 

A pesar de que en los últimos meses se han ido iniciando importantes reformas legislativas en materia climática que acumulaban años de retraso, la ambición española sigue siendo insuficiente. La reducción del 20 % queda lejos del 55 % que sería necesario alcanzar en 2030 respecto a los niveles de 1990. Mientras, se adolece de una falta de planificación realista tanto en el despliegue de las energías renovables como en el impulso de otras estrategias sectoriales como el hidrógeno verde, que podrían llevar a nuevas burbujas especulativas con un elevado impacto ambiental y social. Una crítica de la que no están exentas las medidas de ayuda para la recuperación de la COVID–19, que deberían servir para afianzar proyectos auténticamente sostenibles, y no a empresas con un elevado impacto climático.

En este quinto Aniversario de la Cumbre de París, para Ecologistas en Acción no hay nada que celebrar hasta que existan políticas y medidas a la altura de las indicaciones científicas. Una falta de ambición que hace afianzar a la organización ecologista su compromiso con la respuesta que viene de la mano de la ciudadanía. Una ciudadanía que sigue movilizándose frente a la emergencia climática y que sigue creando proyectos capaces de sostener la vida desde lo local, lo cercano y lo humano.


jueves, 10 de diciembre de 2020

 MANIFIESTO DEL PCE EN EL DÍA DE LA CONSTITUCIÓN

 ¡ES TIEMPO DE REPÚBLICA!

 Para que seamos iguales en derechos. ¡Es tiempo de república!

En el 42 aniversario de la aprobación de la Constitución de 1978, el Partido Comunista de España rinde, en primer lugar, homenaje a las mujeres y hombres que con su lucha, compromiso y sacrificio trajeron la democracia y la libertad a España.

A todas las personas que lucharon en defensa de la legalidad constitucional, la republicana, contra el golpe de Estado y contra la intervención extranjera del fascismo internacional.

Es de justicia recordarlo, cuando el fascismo vuelve a emerger a nuestro alrededor a consecuencia de unas políticas económicas neoliberales que no permiten un futuro digno a ningún pueblo.

La democracia no la trajeron los que sustentaron la dictadura hasta el último día y aún hoy se niegan a reprobarla, ni el heredero Borbón impuesto por el dictador fascista en la Jefatura del Estado, ni los llamados “padres de la Constitución”.

La democracia la trajo la clase trabajadora, los hombres y mujeres del pueblo que con sus luchas y movilizaciones, con años de cárcel sobre sus espaldas y las de sus familias, con el sufrimiento soportado por el hambre, los asesinatos, las torturas y el exilio, conquistaron las libertades democráticas.

El PCE trabajó y luchó por la construcción de un acuerdo que permitiera una Constitución democrática y el fin de la dictadura fascista, por una norma que, en ese momento histórico y a la vista de la correlación de fuerzas existente, permitiera un Estado social y democrático de derecho.

También cedimos, aplazando reivindicaciones que forman parte de nuestra identidad política como el Estado federal y la República como expresión de la soberanía popular, aceptando la monarquía. Con el tiempo la falsa imagen que habían montado se desmoronó y apareció un rey que ha sido todo menos ejemplar, amparado por la medieval inviolabilidad que permite todo tipo de delitos y que ha utilizado los servicios del Estado para sus fines de lucro privados.

El acuerdo constitucional del 78 fue incumplido de forma sustancial y reiterada por la burguesía y sus partidos políticos, especialmente en todos lo relativo a los derechos básicos. Se vulneraron todos los títulos y artículos de derechos sociales, económicos y ambientales, se recortaron las libertades políticas y la calidad de nuestra democracia bajó a mínimos. Las políticas neoliberales de los distintos gobiernos impidieron la soberanía y las condiciones de vida dignas para nuestro pueblo. Ante esta situación el Partido Comunista de España dio por roto el pacto constitucional (y se desvinculó de la Constitución de 1978) y exige un nuevo texto constitucional que garantice la totalidad de derechos fundamentales contemplados en la Declaración Universal de DDHH.

Cuarenta y dos años después varias generaciones, la mayoría de las españolas y españoles, no han sido nunca consultados ni han intervenido para decidir cuál es el pacto de convivencia entre personas y pueblos, cuál es el modelo social y económico y el modelo de libertades que necesita España.

El carácter monárquico de la Constitución es hoy impugnado por cada vez más amplios sectores de la población.

Es necesaria un nuevo pacto constitucional que garantice todos los derechos sociales y políticos y todas las libertades. Una Constitución que garantice un gran acuerdo de convivencia solidaria de los pueblos y naciones que forman España, en un Estado federal y republicano unido en torno a la construcción de un proyecto de progreso colectivo. Reivindicamos un estado federal y republicano como patria de convivencia de los pueblos libres, que quieren y pueden elegir a todos sus representantes e instituciones.

Es tiempo de una Constitución que garantice los derechos básicos: trabajo, vivienda, ingresos mínimos vitales y servicios públicos esenciales (sanidad, educación, pensiones y servicios sociales). Que establezca de forma real y efectiva la igualdad entre hombres y mujeres.

Una norma suprema del ordenamiento jurídico que garantice el autogobierno de los pueblos en un Estado federal solidario y plurinacional y que instaure una democracia plena, transparente, participativa, laica y republicana.

Una Constitución marco jurídico de la planificación económica democrática y de la propiedad común de los sectores estratégicos, para que la economía esté al servicio de la mayoría social y no de la minoría oligárquica. Un nuevo modelo económico con objetivos de desarrollo social, innovación y sostenibilidad.

Para ello se tiene que abrir un Proceso Constituyente, entendido como un proceso de movilización popular y democracia participativa, con el objetivo de abolir la monarquía, devolver la plena soberanía política, social y económica a la ciudadanía y a los pueblos, y construir la nueva Constitución.

Un Proceso Constituyente que abra las puertas a un futuro digno para la juventud, para las personas mayores y para el conjunto de la población.

Llamamos a todas las fuerzas políticas, sociales, sindicales y culturales democráticas y republicanas a ponerse en marcha, movilizarse, organizarse, para conseguir abrir un Proceso Constituyente que construya colectivamente otro modelo de sociedad, donde los derechos no se “promuevan” sino que se garanticen, máxime cuando de ello dependen la vida y el futuro de la clase trabajadora y el pueblo.