miércoles, 10 de agosto de 2016

IU alerta sobre el resultado de los test de resistencia a la banca europea

Advierte del “cambio de método y la relajación de los criterios exigibles” a las entidades.

El responsable federal de Políticas Económicas, Carlos Sánchez Mato, advierte de que “la desconfianza que existe sobre el valor de los activos de los bancos continuará dado que las pruebas no han obligado a una limpieza de los balances, que ocultan cuantiosas pérdidas que requerirán más dinero público para su solución”

El responsable federal de Políticas Económicas de Izquierda Unida, Carlos Sánchez Mato, alerta de que “el cambio de método al reducir el número de bancos analizados y la eliminación de los más ‘problemáticos’”, junto a “la ‘relajación’ de los nuevos criterios exigibles a las entidades bancarias” convierten en “menos que poco creíble el resultado de las pruebas de resistencia efectuadas por la Autoridad Bancaria Europea (EBA)” conocidas a última hora del pasado sábado.

Sánchez Mato tacha de “más que previsibles” los datos que arrojan estos supuestos test de estrés y advierte de que “no debemos llamarnos a engaño por el panorama que dibujan sobre la banca europea”. En primer lugar, “los exámenes se han reducido a 51 bancos frente a los más de 120 analizados en 2014. Se trata de las entidades de mayor tamaño, pero que representan el 70% del sistema financiero”.

“Los test de estrés -detalla el dirigente federal de IU- excluyen esta vez a las entidades de Grecia, Chipre y Portugal. De los 25 bancos que suspendieron los test de estrés en 2014 sólo dos han entrado esta vez en el examen. Los responsables europeos de diseñar las pruebas han recurrido al simple método de evitar ‘suspensos’ sacando del ejercicio a las entidades problemáticas”.

En España se han limitado al denominado G-6 que forman el Banco Santander, BBVA, Caixabank, BFA-Bankia, Sabadell y Popular. Como es lógico, BFA-Bankia es la entidad que obtiene los mejores resultados tras las ingentes ayudas con dinero público recibidas.

El responsable económico de IU destaca también el “importante cambio de criterio aplicado por los examinadores para relajar los criterios de capital exigibles. El objetivo no era otro que no provocar males mayores dentro del sector. No parece adecuado técnicamente el argumento práctico de ‘bajar el listón’ y disminuir la exigencia hasta el 5,5% de core capital precisamente en un ejercicio de estrés que debe conseguir que el balance de los bancos tengan la consistencia suficiente en un escenario adverso”.

Afirma que “de nada vale la excusa de que si se aplicaban niveles de capital más rigurosos se estrechaba peligrosamente el margen operativo de las entidades y generaba riesgos innecesarios que podían traducirse en graves efectos sociales y económicos contra la reputación de los bancos.

El informe agregado publicado por la EBA sostiene que el sistema bancario europeo ha mejorado desde 2011. Aunque estima que las entidades europeas sufrirían unas pérdidas de 349.000 millones de euros por el aumento de morosidad en una situación adversa y, además, contempla un impacto negativo de 105.000 millones por riesgos operativos (que incluyen los litigios) y otros 98.000 millones por riesgos en los mercados, considera que prácticamente todas las entidades saldrían indemnes de esta coyuntura.

Carlos Sánchez Mato apunta que “quienes han diseñado y aplicado estos exámenes tenían como objetivo que en este ejercicio no hubiera suspensos, a diferencia de lo ocurrido hace casi dos años. No hay un umbral mínimo que determine necesidades de capital ni un plazo para cumplir con esas exigencias. Se ha relajado todo aquello que se demanda a las entidades bancarias”.

Destaca especialmente que “la desconfianza que existe sobre el valor de los activos de los bancos continuará dado que las pruebas realizadas no han obligado a una limpieza de los balances. Estos siguen ocultando cuantiosas pérdidas que requerirán más dinero público para su solución”.

Explica que la Autoridad Bancaria Europea “ha preferido la fórmula de la ‘patada a seguir’ o del ‘delay and pray’ (retrasar y rezar). Una actuación así va a quedar en evidencia más pronto que tarde y será la explicación de que haya entidades que, de la noche a la mañana, pasen de tener nota de sobresaliente en los test de estrés a estar en situación de quiebra”.

Tras este análisis de alcance que hace Izquierda Unida de las pruebas de resistencia efectuadas por la EBA, Sánchez Mato denuncia que “nos enfrentamos a un expolio de gravísimas consecuencias para la ciudadanía. Paradójicamente, al margen de lo que dicen estos test, se comprometen y se seguirán comprometiendo enormes cantidades de dinero público que se pone al servicio de un proceso de concentración y oligopolización del negocio bancario, mientras que siguen sin resolverse los riesgos y amenazas que el sector supone para la sociedad europea”.

Sánchez Mato adelanta que “desde IU vamos a esforzarnos en llevar adelante la imprescindible tarea de concienciar a la sociedad de que la regulación y, sobre todo, ‘esta regulación’ no va a solucionar los problemas bancarios. Hay otra alternativa frente a la que llevan a cabo con total impunidad los que son parte del problema. Son esos mismos que hoy gobiernan y regulan, y mañana están en el consejo de administración de una entidad bancaria”.

A su juicio, “los múltiples y cada vez más escandalosos ejemplos de ‘puertas giratorias’ dejan en evidencia las actuaciones realizadas por los reguladores. Demuestran con hechos palpables que ni han estado ni están al servicio de los intereses generales”.

El responsable federal de Políticas Económicas de IU señala que “de lo único que se han preocupado cada uno de los gobiernos ante estas pruebas de la EBA ha sido de evitar que el criterio utilizado perjudicara la imagen de sus respectivas entidades. Todos han ganado la batalla de la imagen, pero todos han fracasado en el objetivo de sanear el sistema financiero europeo”.

A nivel aún más práctico, apunta Sánchez Mato, “el plan buscaba que las entidades italianas sorteen la directiva de resolución y puedan ser rescatadas con ayudas públicas calificadas como ‘capital precautorio’. Lo han conseguido, ya que solo Monte dei Paschi suspendería el ejercicio”.

Con la disposición de unos requerimientos de capital de carácter gradual las carencias de las entidades transalpinas se difuminan a ojos del supervisor, evitando el riesgo latente de resolución que imponen las últimas directivas comunitarias. “La terapia se aplica de manera mucho más benigna y la inyección de fondos públicos se justifica a la vista futura de un escenario adverso, por lo que Italia podrá rescatar a sus bancos con lo que se denomina ‘capital precautorio’, explica el dirigente de IU.

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