¿Tiene España depositadas armas nucleares?
El día 24 de octubre, Honduras ratificó el Tratado sobre Prohibición de las Armas nucleares, con lo que se alcanzaron los 50 países necesarios para que entrase en vigor en los próximos meses.
Hay que señalar que, además, hay otros 34 países que lo han firmado y están
pendientes de ratificarlo. España y otros países de la UE no están entre ellos.
El tratado considera que un mundo libre de armas nucleares es un bien público
mundial y se basa en los principios y normas del derecho internacional
humanitario. Fija la prohibición de «desarrollar, ensayar, producir, fabricar,
adquirir de cualquier otro medio, poseer o almacenar armas nucleares u otros
dispositivos explosivos nucleares» y también prohíbe -y esto podría afectar a
España- «el emplazamiento, la instalación o el despliegue de armas nucleares u
otros dispositivos explosivos nucleares en su territorio o en cualquier lugar
bajo su jurisdicción o control». Al fin y al cabo, este mandato estaba
implícito en la creación de las Naciones Unidas.
Y esto nos lleva a la pregunta de por qué España no lo ha firmado y ratificado.
La historia moderna de España, desde el franquismo, está ligada al depósito de
armas nucleares. Las bombas atómicas aparecen en nuestro país con el acuerdo
militar con Estados Unidos. No sabemos si, contemporáneamente, el Reino Unido
ha tenido o tiene armas nucleares en Gibraltar.
De todos es conocido el incidente de Palomares (Almería) donde por una colisión
aérea cayeron al mar 4 bombas atómicas y se produjo radiación y contaminación
en la zona. Forma parte de las historias del franquismo que, como otros grandes
accidentes, fue en gran parte ocultado.
Pero, volviendo más al presente, la entrada de nuestro país a la OTAN por el
gobierno post golpe de Estado de Leopoldo Calvo Sotelo, en 1981, no modificó
para nada la presencia nuclear estadounidense (y/o británica) en nuestro suelo
o espacio aéreo.
El malestar social que supuso la entrada en la OTAN y la pérdida de una
neutralidad geopolítica defendida por amplias capas de la población fue
conducido por el PSOE hacia un referéndum. También, hay que hacer constar que
la decisión de entrar en la OTAN fue argumentada en que ese hecho pondría orden
en los cuarteles y haría que los militares proyectasen su energía hacia
aventuras exteriores y no en una visión antidemocrática de sus funciones en un
Estado. Cosas de la transición y los poderes fácticos.
En 1986, efectivamente se hizo un referéndum amparado por el PSOE y que recogía
tres condiciones para ratificar la permanencia en dicha estructura militar: la
no incorporación a la estructura militar, la prohibición de instalar, almacenar
o introducir armas nucleares y la reducción de las bases militares
norteamericanas en España. La campaña contra el ingreso de España en la OTAN,
el carácter unitario, la mezcla de culturas políticas y el tejido de sensibilidades,
fue la que hizo mimbres para la creación de Izquierda Unida y la fijación de
llevar la bandera anti OTAN en su ADN.
Pero ya, la dinámica pro atlantista se consolidó en el primer gobierno de Aznar
y en 1997, España se incorporó a la estructura militar integrada de la OTAN, se
modificó el acuerdo hispano estadounidense para que Estados Unidos pudiera
instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español, previa
autorización del Gobierno de España.
Y en estas, promovido por Austria y con el apoyo de Irlanda –y en contra de los
países de la OTAN y de la mayoría de los de la UE- se aprueba este Tratado
sobre Prohibición de las Armas Nucleares en el año 2016.
América Latina y el Caribe ya en el Tratado de Tlatelolco prohibieron la introducción
de armas nucleares en ese espacio geográfico tras la crisis de los misiles en
Cuba en 1963. Ahora hay 116 países que han voluntariamente suscrito tratados de
zonas de libres de armas nucleares. El PSOE, en el momento de la discusión del
Tratado presentó una Proposición no de ley, en donde el PP se abstuvo, que
salió aprobada por la mayoría del Congreso.
España, junto con Portugal, y cambiando el acuerdo con Estados Unidos, de
momento solo en ese aspecto, deben declarar que la península esté libre de
armas nucleares.
España, este gobierno de coalición, sin grandes alharacas y sin modificar
formalmente gran cosa, debe ratificar este Tratado. Por el bien común de todos
y todas.
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