Detener la pérdida de biodiversidad es esencial para protegerse de futuras
pandemias
El 22 de mayo se celebra el Día Mundial
de la Diversidad Biológica. Su objetivo es poner en valor la importancia de los
ecosistemas y los procesos que estos dan a la sociedad. 2020 se nombró “super
año de la biodiversidad” por la ONU. Es también el año en que la comunidad
internacional se enfrenta a las consecuencias de la pandemia provocada por la
COVID-19. En este contexto, Ecologistas en Acción destaca que la biodiversidad
es precisamente la mejor barrera natural para protegerse de este tipo de
amenazas.
Las acciones humanas han tenido impactos
muy significativos en más de tres cuartos de la superficie terrestre del
planeta, destruyendo más del 85 % de los humedales y destinando más de un
tercio de toda la superficie terrestre –y casi el 75 % del agua dulce–
disponible a la producción agrícola y ganadera. Ha sido la actividad humana,
especialmente los sistemas financieros y económicos mundiales bajo el paradigma
del crecimiento económico a cualquier precio, la que ha causado la crisis
climática, la pérdida de biodiversidad y las últimas pandemias.
La destrucción de los ecosistemas, la
expansión descontrolada de la agricultura, la deforestación desenfrenada o la
cría intensiva de animales en granjas han facilitado la transmisión de
enfermedades de la fauna a los seres humanos, causando un enorme impacto en
muertes de personas. Si no se conserva la biodiversidad las futuras pandemias
serán más frecuentes, puede que se propaguen de forma más rápida y que tengan
una repercusión social y económica mayor.
Ante la necesidad de un compromiso
político con la biodiversidad que vaya más allá del manifestado hasta la fecha,
Ecologistas en Acción propone al Gobierno de España y a los diferentes
gobiernos autonómicos las siguientes medidas:
La legislación actual, aunque
insuficiente en algunos aspectos, ha demostrado ser positiva para las
conservación del medio ambiente. Rebajar esta normativa para favorecer el
crecimiento económico es un grave error que algunas administraciones
autonómicas ya están proponiendo y que agravará los diferentes componentes de
la emergencia ecológica y sanitaria.
2. Recuperación económica que fomente una
transición ecológica justa
Es esencial que las medidas que se tomen
en la lucha contra la actual pandemia no supongan un aumento del riesgo de que
se produzcan nuevo brotes en el futuro.
Para ello es esencial:
·
La puesta en marcha de forma urgente de
medidas de estímulo y recuperación económica que se basen en actividades
sostenibles y positivas para la naturaleza.
·
Rechazar la puesta en marcha de ayudas
económicas a sectores responsables de la crisis ecológica tales como la
aviación o la automoción.
·
Potenciar la sanidad pública y financiar
la capacidad sanitaria en los focos de enfermedades emergentes y poner en
marcha programas de vigilancia.
3. Priorizar las medidas para detener la pérdida
de biodiversidad
Las administraciones españolas han dado
la espalda las últimas décadas al compromiso que España asumió de detener la
pérdida de biodiversidad. Debido a la COVID-19, la necesidad de tomar medidas
para detener la pérdida de biodiversidad es todavía mayor, ya que la naturaleza
es la mejor defensa ante esta y futuras pandemias.
Por ello, Ecologistas en Acción propone:
·
Intensificar la acción política contra
la pérdida de biodiversidad a nivel estatal, europeo e internacional,
presionando para que la Unión Europea lidere la correcta toma de decisiones en
futuras cumbres como la COP26 de cambio climático y la COP15 de biodiversidad,
y promoviendo y financiando iniciativas para la conservación y restauración de
ecosistemas globales.
·
Aprobar un plan de emergencia estatal
para detener la pérdida de biodiversidad en territorio español. Este plan
debería incorporar medidas concretas para cumplir los compromisos de las Metas
de Aichi del Convenio de Diversidad Biológica y de la Estrategia Europea de
Biodiversidad. Como objetivo prioritario las políticas sectoriales y el uso de
fondos públicos deben estar condicionadas a la conservación de la
biodiversidad, no contribuyendo a fomentar las causas que producen su pérdida.
·
Poner en marcha planes específicos
coordinados entre el Estado y las Comunidades Autónomas de restauración de los
ecosistemas degradados por la acción humana. Transformación de prácticas
agrarias y de gestión forestal que compatibilicen producción con protección de la
biodiversidad, a través por ejemplo del impulso decidido a la agricultura
ecológica y la gestión forestal sostenible. Es decir, priorizar todas aquellas
prácticas que favorecen la conservación y recuperación de los procesos
ecosistémicos y, por tanto, suponen beneficios esenciales para la seguridad
humana.
·
Por su riesgo potencial para la salud
humana, se debe prohibir el comercio de especies silvestres independientemente
de su estatus de conservación y reforzar herramientas ya existentes como el
plan de acción español contra el tráfico ilegal y el furtivismo Internacional
de especies silvestres.
·
Establecer una nueva fiscalidad
ambiental que grave las actividades más dañinas con el planeta, de forma que
esos recursos adicionales puedan ser utilizados a nivel estatal y autonómico
para impulsar las inversiones en conservación del patrimonio natural: Red
Natura 2000, espacios naturales protegidos, así como invertir en restaurar
ecosistemas degradados.
ECOLOGISTAS EN ACCION
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