Llamamiento a la movilización antifascista en el aniversario de la legalización del PCE
Hoy se cumplen 44 años de la legalización del PCE tras
su prohibición por la dictadura franquista. No ha sido nuestra única
ilegalización. El PCE sufrió esa circunstancia en otras dos ocasiones a lo
largo de sus 100 años de vida. Aquel sábado de abril de 1977, cientos de miles
de hombres y mujeres de nuestro pueblo, pudieron al fin expresar públicamente
sus convicciones comunistas, concluida la larga y dura etapa de clandestinidad,
cárcel, asesinatos, torturas y exilio. Cientos de militantes y dirigentes
pudieron regresar a su patria, miles salieron de las cárceles.
Los sectores más reaccionarios de la sociedad no pudieron impedirlo, muy a su
pesar, debido a la fuerza del PCE, a su estrecha vinculación con el pueblo,
gracias al ingente trabajo de nuestra militancia en los barrios, en los centros
de estudio y de trabajo, impulsando las organizaciones y los movimientos de la
clase trabajadora, de las mujeres, del estudiantado, a pesar de jugarse la
libertad y la vida, tras cuatro décadas de ardua resistencia y tenaz lucha por
la democracia.
Comenzaba otra etapa histórica, en la que la lucha política y social cambiaba
en sus formas pero que mantenía el mismo fondo, la aspiración a un cambio
revolucionario que diera respuesta a las necesidades básicas del conjunto de la
población. Las nuevas condiciones ofrecían un contexto más favorable, fruto de
la lucha social, pero todavía se tuvo que afrontar la agresión de los residuos
del franquismo y sus herederos, con la permanente amenaza de involución como un
mecanismo de control ante la posibilidad de un cambio que se escapara de las
manos de quienes mantuvieron el poder económico y social.
Hoy recordamos es 9 de abril en un contexto en el que son más necesarias que
nunca la movilización social y la existencia de un partido comunista que
contribuya, junto a las fuerzas democráticas y progresistas de nuestro país, a
la construcción de una alternativa al capitalismo hegemónico y a la ofensiva
neoliberal que se expresa en proyectos y discursos populistas y de extrema
derecha, que en algún caso llegan hasta la reivindicación del fascismo.
Estas mismas fuerzas reaccionarias han llegado a reclamar de nuevo la
ilegalización del comunismo. No nos producen ningún miedo. La legalización del
PCE hace 44 años no fue un acto otorgado ni un regalo de nadie, fue el resultado
de su arraigo social y capacidad de lucha a pesar de la represión sufrida. No
pudo con nosotros ni la dictadura franquista, ni la CIA y sus planes para
erradicar el comunismo, ni los cantos de sirena de una posmodernidad que, como
se ha demostrado, sólo conducían a la desmovilización y la desprotección de la
mayoría social trabajadora.
El intento de tergiversar la historia no es inocente, es una fórmula para
impedir que el malestar contra la incapacidad del capitalismo de ofrecer
respuestas se transforme en una fuerza transformadora que cuestione a quienes
se privilegian de su dominio social. Por eso, desde el PCE, hacemos en este 9
de abril un llamamiento a la movilización antifascista, a la lucha por la
memoria democrática de la lucha de la clase obrera y los pueblos. Hoy más que
nunca: ¡No pasarán!
El Partido Comunista de España continuará su trabajo por la construcción de la
unidad popular, el mejor instrumento para construir una salida justa a la
actual crisis provocada por la pandemia y décadas de políticas neoliberales que
han socavado los servicios públicos y los derechos de nuestro pueblo y de la
clase trabajadora, combinando la movilización social y la acción de gobierno.
En este día también expresamos nuestro apoyo a la candidatura de Unidas Podemos
en las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid, elecciones con las que
tenemos que detener la ofensiva de las fuerzas reaccionarias, las mismas que
ilegalizaron el PCE . Son la minoría privilegiada que se aferra al poder y no
duda en poner en cuestión las más elementales conquistas democráticas y
sociales.
En el año del centenario del PCE, conmemoramos el 44 aniversario de la última
legalización del PCE reivindicando su papel en la conquista de los derechos y
libertades en nuestro país. Hoy, como hace 44 años, no se entiende la
democracia sin la presencia política del PCE, que seguirá luchando por cambios
estructurales y una ruptura democrática que garantice los derechos y el poder
real de la mayoría social trabajadora. ¡Comunismo es democracia!
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