CONTRA LA PANDEMIA FASCISTA Y MONÁRQUICA
Justicia, ¡quítate la venda de los ojos!
Hacía unos recados por el centro de Madrid y he chocado con un ejercicio de recuerdo reivindicativo, lleno de amor, fuerza, lucha y emoción.
Caminaba por la calle Atocha y a la altura del número 55 observo un hilo humano
depositando claveles rojos en el monumento El Abrazo en la
Plaza de Antón Martín. Las familias de los abogados de la matanza de
Atocha, sus abogadas y abogados y la fundación que lleva su nombre.
Sospecho que el alma de Genovés les acompañaba, agradeciendo
una vez más el buen uso de su obra.
Frente a la injusticia cometida por la justicia, protestaban en
silencio, como sucediera en el entierro en 1977 de sus seres queridos y
camaradas, por la puesta en libertad del asesino Carlos García Juliá tras
condonarle una pena pendiente de más de 10 años de cárcel.
Mientras observaba, compartía los sentimientos de dolor e indignación como
colectivo de lucha y reivindicación de la memoria de esa España a la que con
tanto interés quieren mantener oculta. ¿Por qué será? Al mismo tiempo pensaba
en sus sentimientos más íntimos. Arrebataron la vida a quienes fallecieron tan
jóvenes, alegres y llenos de ilusión que trabajaban por un futuro libre y
justo. Durante el resto de su vida, cada latido de corazón, cada golpe de
aliento de los supervivientes fue y es un dolor insoportable. Y sus familias…
Ha sido breve, en igual silencio se han retirado hacia su cotidianeidad. He
reprimido las ganas de correr hacia el grupo y fundirme en un silencioso abrazo
infinito como agradecimiento de quienes no estábamos presentes. Pero no hacía
falta, sospecho que lo saben. Han recogido el testigo, no se han rendido
y siguen luchando por la justicia y la democracia. Ahí están cada
24 de enero y durante cada día de cada año desde 1977.
Vivimos con preocupación momentos de pandemia sanitaria que ha tenido principio
y tendrá fin pero vivimos con horror los años/siglos de pandemia
fascista y monárquica perfectamente selectiva con las clases sociales.
La tragedia es que para esa pandemia hace también años/siglos que sí existe
vacuna y el poder del capital no permite inyectarla.
Salud camaradas, compañeras y compañeros, a quienes os fuisteis y a quienes os
habéis quedado. A quienes venís a continuación. No hay soledad porque
no hay olvido. No hay olvido porque seguimos en la lucha por el camino que un
día trazasteis.
Y permíteme camarada Sarabia que a modo de hasta pronto
utilice las palabras que durante tantos años salieron de tus labios, de tu
corazón, y “pronuncie sus nombres despaciosamente porque así cobra sentido la
historia y ponen armonía en el universo: Luis Javier Benavides Orgaz, Lola
González Ruiz, Serafín Holgado de Antonio, Luis Ramos Pardo, Ángel Rodríguez
Leal, Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, Miguel Sarabia Gil, Francisco Javier
Sauquillo Pérez del Arco, Enrique Valdelvira Ibáñez”.
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