domingo, 14 de diciembre de 2014

La ley Mordaza es aprobada en el Congreso con la mayoría absoluta del PP y la oposición del resto de las fuerzas

Izquierda Unida se compromete a derogar la ley en cuanto sea posible, lo mismo que el resto de la oposición.

El PP sacó adelante en el Congreso de los Diputados con sólo su mayoría absoluta la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana (“Ley Mordaza”) que constituye un aparato legal cuya finalidad es criminalizar la protesta social y democrática. La Ley tiene numerosos aspectos que podrían considerarse  anticonstitucionales, comenzando por el concepto de “manifestación autorizada”, que no existe constitucionalmente. Numerosos expertos consideran que la Ley es un ataque a los derechos de manifestación y huelga y establece un salvoconducto para el desconocimiento público de posibles actuaciones ilegales de las fuerzas de seguridad, al sancionar cualquier grabación sobre las mismas, vulnerado así el derecho a la información. 

En su intervención en el Congreso, Ricardo Sixto, portavoz de la Izquierda Plural, ha señalado que estamos ante una nueva “jornada infausta para la democracia española” calificando el proyecto de ley de seguridad ciudadana como “una barbaridad legal” y “un despropósito”. “Esta ley limita el derecho de manifestación, de reunión y el funcionamiento libre de los piquetes sindicales”.

El Grupo de la Izquierda Plural se amordazó en la interveción de su representante en la tribuna, permaneciendo así y con las manos en la espalda, hasta que el presidente de la Cámara les llamó al orden por segunda vez, con amenaza de expulsión del debate. Por otro lado, el más importante giro conceptual desde el punto de vista jurídico es que muchas acciones pasarán de ser juzgadas por un tribunal donde se presupone la inocencia del acusado y hay que demostrar su culpabilidad a una falta sancionada con multa por la autoridad administrativa, ante la que la declaración de cualquier funcionario es reputada como veraz y, por tanto, en el mejor de los casos toca al sancionado demostrar su inocencia. Las multas se elevan hasta límites inasumibles para quién no sea millonario (30.000 euros, por ejemplo, por intentar impedir un desahucio). Los recursos contra estas sanciones deberán verse ante las salas de lo contencioso-administrativo que tardan años en emitir sus autos y ante las que hay que pagar importantes tasas.





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