jueves, 14 de enero de 2021

 De desastres, dinosaurios y cambios de clima

 LA LUCHA DE CLASES TAMBIÉN SE REFLEJA EN LA ECOLOGÍA

 Las presiones de las compañías de combustibles fósiles o del automóvil, entre otras, explican el bajo nivel de los compromisos que adquieren los países

Cuando en 1987 se firmó el Protocolo de Montreal para la conservación de la capa de ozono (y especialmente tras la revisión de Londres de 1992), pareció confirmarse que la vía de los acuerdos internacionales podría garantizar la recuperación de muchas situaciones ambientalmente adversas. Así, unos años más tarde se ensayó otro acuerdo, el Protocolo de Kioto, cuyos decepcionantes resultados contrastaron con el anterior. Desde 1997 hasta hoy, mucho se ha hablado sobre cambio climático; quizás el mayor avance haya sido reconocer su existencia y la influencia humana en su génesis. La nutrida asistencia a la cumbre de París (de la que ahora se cumplen cinco años) dejó tras de sí enormes decepciones.

En efecto, se olvida con frecuencia que los hechos ambientales expresan conflictos de intereses y que las buenas intenciones no a todos benefician por igual. Lo que para la naturaleza y los pueblos puede resultar esperanzador, no se aprecia así para las grandes corporaciones, cuyo principal objetivo es la rentabilidad de sus negocios. Las presiones de las compañías de combustibles fósiles o del automóvil, entre otras, explican el bajo nivel de los compromisos que adquieren los países. La lucha de clases también se refleja en la ecología.

Hubo dos grandes sectores ausentes de la Cumbre de París: el tráfico aéreo y el marítimo. Entre los mensajes educativos que se lanzan a la sociedad para promover actividades que preserven el planeta, se nos invita al reciclaje, porque reduce el consumo de materias primas, agua y energía. En efecto, reciclar vidrio, plástico o papel puede rebajar en un 70% el consumo de energía en relación a lo que sería la materia original. Mas, si comparamos la incidencia de estas iniciativas con los 93.000 aviones que diariamente surcan los cielos y sus emisiones asociadas de dióxido de carbono, por no hablar de otras fuentes, parece que las actitudes personales no lograrán revertir el calentamiento global. Si el actual ritmo continúa, el cambio climático alcanzará los temidos 3 – 5 ºC de aumento de la temperatura media para finales del presente siglo.

¿Significa esto que no hay nada que merezca la pena realizar? Todo lo contrario. Las buenas prácticas, por un imperativo ético y práctico, deben continuar llevándose a cabo. Y no sólo en lo ambiental. Muchas iniciativas hoy minoritarias, como la economía del bien común, el comercio justo, las finanzas éticas o la agricultura ecológica, son el referente de la justicia y sostenibilidad por la que trabajamos.

Hace 65 millones de años los dinosaurios eran las especies dominantes sobre la Tierra; el resto de los seres vivos, entre ellos los pequeños mamíferos, permanecían discretamente en sus nichos ecológicos. Mas, cuando se produce el impacto que llevará –precisamente a través de un cambio de clima- a la desaparición de los grandes reptiles, aquellos animales pequeños y escondidos, emergieron y continuaron su evolución hasta llegar al ser humano. No sería descartable una situación similar, social en este caso, en la que tras una profunda crisis económica, ambiental, sanitaria, militar o una combinación de ellas, el sistema, tal como lo conocemos, colapsara y las alternativas que hasta el momento eran minoritarias o marginales, pasaran a ser dominantes y se convirtieran en los nuevos referentes sociales.

Por todo ello, es importante continuar desarrollando iniciativas de trasformación social, ya que la irracionalidad y el sinsentido del sistema capitalista en algún momento deberán dejar paso a modelos más justos y sostenibles. El capitalismo no puede tener la última palabra en la historia, por lo que más pronto que tarde podríamos vernos a la puerta de oportunidades históricas que no habrá que desaprovechar.



 FEDERICO VELÁZQUEZ DE CASTRO GONZÁLEZPresidente de la Asociación Española de Educación Ambiental 

 

 

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