Ya viene el Primero de
Mayo y proclamamos: ¡nada es posible sin la clase trabajadora!
Este 1º de Mayo, y más aún bajo las circunstancias excepcionales que
estamos atravesando, el Partido Comunista de España muestra su absoluto
reconocimiento al papel de nuestra clase, la de las trabajadoras y
trabajadores, que han evidenciado una realidad incontestable: son quienes
mantienen en pie este país, esta sociedad, con los mejores valores colectivos.
Eterno agradecimiento al personal sanitario, que combaten a
diario la enfermedad frente a frente, desprovistos en muchas ocasiones del
material necesario para su protección básica. Y, por si ello no fuera
suficiente carga, enfrentándose a unas condiciones de precariedad laboral
severas; en muchas ocasiones viéndose obligados a aumentar sus horarios de
trabajo, enfrentándose a jornadas que parecen interminables. Así mismo, nuestra
solidaridad y compromiso con todo el personal que se está incorporando al
sistema de salud, y que llevan sufriendo la falta de un puesto fijo y de
condiciones laborales dignas, con el constante ataque y recortes sufridos desde
la crisis del 2008, y que tanto estamos pagando como sociedad. Por ello,
seguimos haciendo un llamamiento a revertir los recortes y afianzar un modelo
sanitario público, universal y de calidad, empezando por el cuidado real a
nuestros profesionales, y adoptando las medidas necesarias para capacitarlo en
las respuestas que la presente crisis ha evidenciado imprescindibles para el
futuro.
Igualmente, el PCE agradece y se enorgullece del esfuerzo de todos
los trabajadores que mantienen a flote los servicios esenciales, de
nuevo en condiciones en muchos de esos sectores, golpeados por los mayores
grados de precariedad y brechas de género, y con ínfimas condiciones de
seguridad, que se vienen arrastrando desde hace muchos años y agravadas aún más
hoy. Cajeros, repartidores, transportistas, operarios de las industrias
alimentaria y sanitaria, jornaleros, personal de farmacias, servicios sociales,
limpiadoras, cuidadoras… A todos aquellos que, en los momentos más graves del
brote, se han mantenido en su puesto para conseguir que el resto del país
pudiese resistir viendo minimizados los efectos del parón. A vosotros y al
papel jugado por esas trabajadoras que han asumido el compromiso del trabajo
voluntario y solidario en asociaciones vecinales, en protección civil y en
todas las iniciativas de ayuda mutua que han ido surgiendo a lo largo de estos
días para intentar disminuir los riesgos de los grupos más vulnerables y
defender la vida sin dejarse a nadie atrás.
No podemos olvidarnos hoy de quienes han sido utilizados por la
patronal para eludir su responsabilidad de colaborar en el mantenimiento de la
situación, haciendo gala de una insolidaridad y falta de compromiso social
incompatible con el ejemplo de la clase obrera. Hablamos de los que
han sido despedidos injustamente, de los trabajadores sin contrato que han
perdido su empleo sin derecho a ninguna prestación, de los que se han visto
sometidos a un ERE o a un ERTE sin que este fuese necesario, de los que
tuvieron que acudir a trabajar pese a poder activarse el teletrabajo, de los
que mantienen su jornada habitual pese a no ser esencial. Todas aquellas que
han visto empeoradas aún más sus condiciones laborales o que están padeciendo
fraudes como estar adscritos a un ERTE y seguir trabajando. Pero hablamos
también de los sin derechos, de la economía sumergida, de la situación de miles
de mujeres y migrantes. Este Primero de Mayo debe ser un día de
reflexión para toda la sociedad, para no renunciar a la lucha por conseguir de
una vez por todas un sistema que priorice la vida digna de la gente que nos
sostiene a todas, y no el máximo beneficio económico, en demasiadas
ocasiones ocultado a los impuestos con los que se sostiene lo público o
directamente enviado a paraísos fiscales.
Además, queremos reconocer el papel jugado estos días por los trabajos
invisibilizados. Si hay algo que se vuelve importante en medio de una
pandemia mundial es el mundo de los cuidados. Luchemos hoy por
reconocer la función de aquellos que se ocupan de los más vulnerables y que no
ven reconocida socialmente su labor como un trabajo digno y con derechos. Como
comunistas nos vemos obligados a librar esta batalla contra el mercado, que sea
el valor social y no los beneficios económicos el que determine que es una
ocupación y que es esencial.
Y, por último, agradecer el papel jugado por nuestra clase en general. Por
su aplauso sanitario, por su saber estar, por su apoyo a los empleados del
sector público, por su solidaridad con sus vecinos y por cualquier muestra de
unidad y solidaridad demostrada desde el decreto del estado de alarma. Somos
nosotras, unidas, quienes hacemos frente al virus. Somos nosotros, unidos,
quienes construiremos un mejor mañana.
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