miércoles, 15 de abril de 2020


'Casi' todo lo que usted siempre quiso saber los test de coronavirus y nunca se atrevió a preguntar

Los recortes de años en investigación con los gobiernos del PP...la deslocalización de la producción de muchos bienes que en esta situación se han demostrado fundamentales, corta la cadena de realización de todas estas pruebas.


Durante las últimas semanas, desde que conocimos el incremento de casos de COVID-19, hemos oído hablar de la importancia de la detección de los positivos para facilitar las actuaciones sanitarias posteriores. La OMS recomienda la realización de test para detectar la enfermedad. Son fundamentales pruebas que sean rápidas pero a la vez con elevada sensibilidad (que es la capacidad de la prueba para detectar la enfermedad en los pacientes, bajo porcentaje de sensibilidad provoca falsos negativos) y especificidad (la capacidad de la prueba para dar como resultados negativos los de las personas realmente sanas, una baja especificidad da falsos positivos).

La prueba que se ha venido usando para la detección del SARS-CoV-2 (que es la denominación del virus) es una PCR, al ser la más sensible y específica de las hasta ahora disponibles, según la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica.

La PCR (reacción en cadena de la polimerasa) es una técnica de laboratorio que fue inventada por el bioquímico estadounidense Kary Mullis en 1985. Esta técnica permite amplificar pequeñas regiones específicas del ADN en laboratorio. Consigue que un pequeño fragmento de material genético, que no se localizaría en un análisis cualquiera, se multiplique millones de veces y se pueda detectar. Su uso se ha generalizado para la identificación de microorganismos que causan distintas enfermedades, como el coronavirus, entre otras utilidades.

El virus responsable del COVID 19 no contiene ADN de doble cadena sino ARN de una sola cadena. Como las pruebas de PCR solo pueden hacer copias de ADN, primero hay que convertir el ARN en ADN.

El ADN vírico se añade a un tubo de ensayo junto con cebadores, secciones cortas de ADN diseñadas para unirse al virus y una enzima constructora del ADN. Así la PCR amplifica el código genético del virus.

Aquí es donde entran los colorantes fluorescentes, añadidos al tubo de ensayo mientras se copia el ADN. Se unen al ADN copiado, lo que aumenta su fluorescencia haciendo que emitan más luz, que permite confirmar la presencia del virus.

La fluorescencia aumenta a medida que se producen más copias y, si cruza un cierto umbral, la prueba es positiva. Si el virus no estaba presente en la muestra, la prueba PCR no habrá hecho copias, por lo que el umbral de fluorescencia no se alcanzará y, en ese caso, la prueba será negativa.

La PCR es una prueba que tiene ventajas:

• Tiene una alta especificidad, ya que puede diferenciar entre dos microorganismos muy cercanos evolutivamente.
• Tiene una alta sensibilidad, ya que puede detectar cantidades muy pequeñas del material genético del virus.
• Y es precoz porque detecta virus en las primeras fases de la infección respiratoria.

Pero también alguna desventaja:

• Es una prueba compleja, necesitando instalaciones específicas (laboratorios, aparatos como los termocicladores) y personal especializado y entrenado para su realización.
• La demanda mundial ha provocado escasez de los reactivos necesarios y esto se ha convertido en el cuello de botella que retrasa estos test.
• El tiempo que se necesita para conocer los resultados es de varias horas.

Por otro lado se han ido sumando los llamados TEST Rápidos que proporcionan resultados en minutos. A diferencia de la PCR no detectan directamente el virus sino que detectan o bien anticuerpos producidos frente al virus utilizando una muestra de sangre (aún no se están usando en España) o bien proteínas (antígenos) del virus presentes en las muestras recogidas mediante hisopos en las vías respiratorias.

Las dos grandes ventajas de estos test son precisamente la rapidez en obtener resultados y que podrían hacerse en el mismo domicilio para hacer un cribado de pacientes. Ante un resultado negativo con síntomas es fundamental complementar estos test con una PCR.

Al igual que sucede con los reactivos para la PCR, estas pruebas están teniendo dificultades para llegar ya que no se producen aquí.

Los recortes de años en investigación con los gobiernos del PP (en 2009 el presupuesto era de 10.000 millones de euros que pasaron a 5.900 millones en 2013), las políticas neoliberales que han favorecido la deslocalización de la producción de muchos bienes que en esta situación se han demostrado fundamentales y que su falta corta la cadena de realización de todas estas pruebas, están haciendo que a pesar de tener laboratorios equipados (tanto los que se usan habitualmente para la sanidad humana como los que, ocupándose de la sanidad animal, se pueden utilizar en este momento para hacer análisis de PCR) y personal entrenado y formado, no se pueda continuar a la velocidad que sería deseable con la recomendación de la OMS para la detección de las personas infectadas.



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