viernes, 17 de mayo de 2019






Don Benjamín Prieto Valencia, presidente de la Diputación de Cuenca, ha anunciado a bombo y platillo, de forma un tanto triunfalista y autocomplaciente, que va a destinar 11,3 millones de euros del superávit a inversiones. Bienvenidas esas inversiones, cómo no. Pero, ¿de dónde viene ese superávit? Veamos.

No es un secreto para nadie que en la misma institución, la diputación de Cuenca, falta personal en todos sus departamentos, desde ATM a Obras Públicas, pasando por Cultura, etcétera. Sin ir más lejos, los servicios contraincendios escasean de personal, medios técnicos y materiales, infraestructuras, además de mantener una distribución territorial irracional, construyendo, por ejemplo, un parque de bomberos en la Serranía conquense y dotándola convenientemente de profesional y medios.

Estando ambas gobernadas por el Partido Popular, junto con la de Guadalajara, esta Diputación de Cuenca lleva varios años sin aportar fondos a los Planes de empleo que convoca la Junta de Comunidades, por lo cual algunos pueblos pequeños no se han beneficiado de tales planes, al no poder mantener la inversión en personal, dados los recortes presupuestarios impuestos por el gobierno de Rajoy-Montoro (sólo tímidamente corregidos por el gobierno breve de Pedro Sánchez).

Nos preguntamos si, en logar de tanto ahorro, la Diputación de cuenca no hubiera debido invertir en la inmersión de la provincia en el mundo digital, con atención especial a los pequeños pueblos de la Serranía y de La Alcarria. O en la construcción de las depuradoras para evitar las sanciones impuestas por las Confederaciones Hidrográficas. O en colocar la señalización de los pasos a nivel en la línea férrea Madrid-Cuenca-Valencia. O facilitar a los pueblos la apertura de escuelas infantiles. O en aumentar las posibilidades de transporte público por carretera y del tren convencional. O invertir más en caminos rurales. O en…¡tantas cosas!

Nos preguntamos, por todo lo anterior, qué sentido tiene mantener una cuenta a plazo fijo de 12 millones de euros, salvo que sea para gobernar en favor de la banca y no de las personas.

Así que se va haciendo menos necesario preguntarse cuáles sean las causas por las que la provincia de Cuenca es una de las que más paro tiene y mantiene (especialmente en la población entre 18 y 35 años), menores salarios perciben sus habitantes, más envejece y más se despuebla


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