martes, 27 de noviembre de 2018


Día Mundial de la Alimentación: la ganadería industrial está devorando el planeta

Hoy es el Día Mundial de la Alimentación y es una excelente oportunidad para mirar dónde estamos y a dónde queremos ir. No será fácil frenar las peores consecuencias del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, alcanzar el hambre cero, ni luchar contra el incremento del sobrepeso y la obesidad… pero es posible. Ahora tenemos una oportunidad única.

Las personas expertas en cambio climático nos advierten de que tenemos poco más de una década para reducir sustancialmente la emisión de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global del planeta a 1,5ºC. Por otro lado, es importante recordar que el modelo agroalimentario predominante no ha sido capaz de eliminar una de las mayores lacras de la humanidad: el hambre. Por segundo año consecutivo, vimos como la cifra de personas que padecen hambre en el mundo volvía a incrementarse, siendo ya 821 millones de personas las que no pueden comer lo suficiente para satisfacer sus necesidades.

En este escenario demencial y complicado rompecabezas vemos como hay un sector agroalimentario que siendo una pieza difícil de mover es a la vez vital.Lamentablemente sigue muy olvidado y parece que nadie le quiere meter mano: la ganadería. Y en particular la ganadería industrial. La ganadería es la responsable del 14,5% de las emisiones globales de los gases que provocan el aumento de la temperatura del planeta tantas como todo el sector del transporte. Por otro lado, es inmoral la superficie agrícola que se dedica a alimentar al ganado: entre el 75-80% de la superficie agrícola global. ¡4 mil millones más de personas se podrían alimentar si la superficie actualmente destinada a producir piensos para animales y biocombustibles se destinase a producir alimentos vegetales para consumo directo humano!

Reducir la producción y el consumo de carne y otros derivados animales, surge así como una de las mejores y más fáciles medidas que está a nuestro alcance para ayudar a frenar el cambio climático y el hambre en el mundo. Y en España tenemos un amplio margen para la reducción, ya que somos el segundo país de Europa que más carne consume por persona y año. ¡Más de 90 kilos!Lamentablemente, nos estamos poniendo a la cabeza de la producción industrial de carne y otros derivados animales y somos ya el cuarto productor mundial de porcino.

Las políticas alimentarias de las ciudades, que se están elaborando en muchas de ellas a raíz de su firma del Pacto de política alimentaria urbana de Milán, deben contemplar obligatoriamente la reducción del consumo de carne y otros derivados animales y… sin tapujos. Además, el décimo de los 44 indicadores propuesto por el Pacto de Milán para medir el progreso de las ciudades hacia una alimentación sostenible es sobre el consumo de carne. Aquí diez pasos que una ciudad puede dar para fomentar la reducción del consumo de carne y promover una alimentación sana y sostenible:
  • Firmar la Declaración “Dieta sana, planeta”. ¡Zaragoza ya lo hizo!;
  • Sumarse a la iniciativa “Lunes sin carne” o adoptar un día de “menú sostenible”en el que en todos los comedores públicos sólo se ofrezcan alimentos de origen vegetal;
  • De aquí a 2020 ampliar la iniciativa a al menos dos días a la semana en los que en los comedores públicos sólo se ofrezcan alimentos de origen vegetal;
  • Ofrecer siempre una opción vegetariana en todos los menús de todos los comedores públicos colectivos;
  • Presentar, antes del final de la actual legislatura, un Plan de Acción (2019/2025)para reducir el consumo de carne y otros derivados animales en los comedores públicos colectivos;
  • Hacer una transición para que todos los productos ofrecidos en los comedores públicos sean ecológicos, locales y de temporada;
  • Establecer criterios de reducción del consumo de carne en sus políticas de compra pública. Por ejemplo, que en todos los eventos promovidos por el Ayuntamiento sólo se ofrezcan alimentos de origen vegetal, ecológicos, locales y de temporada. Si se decide ofrecer en determinadas ocasiones alimentos de origen animal que sean también ecológicos y locales. En el caso del pescado, este deberá de proceder de pesca sostenible y ser de temporada;
  • Promover iniciativas de reducción del consumo de carne entre el sector público. Por ejemplo, que los restaurantes y los hoteles se sumen a la iniciativa “Lunes sin Carne” o a un día de “menú sostenible”;
  • Facilitar la creación y establecimiento de nuevos modelos económicos en los que se prime una dieta donde predominen los alimentos de origen vegetal, ecológicos, locales y de temporada.
  • Fomentar la alimentación ecológica a través de la realización de mercadillos agroecológicos y locales, ferias y eventos para incrementar el consumo interno de estos productos y que las personas puedan comprar directamente a los productores y productoras.
Además de reducir tu consumo de carne y otros derivados animales, tú también nos puedes ayudar a conseguir parar la ganadería industrial. 




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