lunes, 18 de agosto de 2014

Los recortes reducen el déficit a costa de nuestros montes

 

No se trata de hacer leña del árbol caído (nunca mejor dicho) pero ya hace tiempo que conocíamos el riesgo de incendios en nuestra región. Este temor no venía de la lectura de las profecías de Nostradamus, lo sabíamos porque lo han venido anunciado hasta la saciedad mucha gente con conocimiento de causa, principalmente los agentes forestales, quienes llevan tiempo advirtiendo que la suma de despoblación en el medio rural más el estado de abandono de algunos montes más la reducción de agentes forestales da como resultado el aumento de incendios. Desde el Foro de la Escuela Rural ya participamos en el mes de noviembre en una charla conjunta con miembros del Sindicato Autónomo de Trabajadores de Incendios Forestales (SATIF) donde ya se habló con datos en la mano de todo esto y ya se advertía del peligro que suponía para nuestros montes mantener esta situación.

Pero cuando sindicatos forestales, asociaciones ecologistas y otros colectivos similares denuncian el riesgo de incendios o denuncian otros ataques contra la sostenibilidad del medio ambiente lo primero que piensan muchos es que ya están los cuatro hippies de siempre dando la murga con lo de la naturaleza. Nunca se les toma en serio. Eso sí, cuando los de la OCDE una organización con unos valores netamente economicistas, dicen que nuestra educación pública es mediocre tirando a mala o cuando los de la Troika europea nos dicen que los trabajadores y trabajadoras hemos vivido por encima de nuestra posibilidades y que hay que recortar el gasto público en educación, sanidad, políticas sociales, etc., les creen y les parecen gente muy respetable. Y por eso tenemos lo que tenemos, despido libre y montes quemados.

Este mal no viene de ahora. La investigación, la formación y la inversión en la prevención de incendios nunca han sido suficientes. Los que vivimos en un pueblo estamos hartos de escuchar eso de que la educación, la sanidad o otros servicios como los forestales no son rentables. Y es verdad, la gente de los pueblos no somos rentables. Pero fundamentalmente y lamentablemente no somos rentables electoralmente. Solo en la calle principal de una gran población vive más gente, es decir más votantes potenciales, que en Bustares, Aleas y Collogudo juntos. Y por eso el gasto que se da en las ciudades en marquesinas y farolas de última generación, bancos de diseño, etc., no se ve como un despilfarro pero mantener una red de servicios públicos esenciales en los pueblos sí. Una mala gestión en una capital de provincia te puede llevar a perder las elecciones en la Región. 

El incendio en la Sierra Norte poco va a restar y más teniendo un montón de voceros insistiendo sin cesar que la totalidad de la culpa ha sido del apicultor, de la cosechadora, del viento y que menos mal que se ha actuado con rapidez y mucha diligencia. Por jugar a su favor, tienen hasta la suerte que estas cosas siempre pasan en verano, en septiembre solo se acordaran los de Sierra Norte y poco más y en mayo ya para que contar. Mientras tanto seguimos perdiendo patrimonio natural, se sigue empujando a la gente a abandonar los pueblos y nos seguimos tomando a risa lo de cuidar del medio ambiente.

A todos aquellos que han colaborado en las tareas de extinción de los incendios, especialmente a los forestales, muchas gracias y mucho animo.

Foro de la Escuela Rural CLM


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