jueves, 12 de abril de 2012

 35 SABADOS SANTOS ROJOS Y UN MISMO OBJETIVO:DEMOCRACIA Y SOCIALISMO

José Luis Centella Gómez, Secretario General del PCE y portavoz en el Congreso de La Izquierda Plural / 09 abr 12
El 9 de abril de 1977 los y las comunistas salimos de la clandestinidad impuesta por la victoria del fascismo en 1939. Tras casi cuarenta años de resistencia antifascista el PCE volvía a la vida política pública con el mismo objetivo que en su fundación: Democracia y socialismo.

Es importante recordar, más ahora que la memoria histórica, la memoria de todos y todas está en peligro, que el Partido siempre fue un firme defensor de las libertades democráticas. Incluso en los momentos de incertidumbre, en los que la barbarie fascista golpeó de nuevo, más cruel y sanguinariamente a nuestros/as camaradas, como en la Matanza de Atocha de enero de 1977, el PCE, en un inmenso acto de responsabilidad democrática, contuvo a los cientos de miles de camaradas que reclamaban justicia, dentro de la legalidad y en defensa de una transición pacífica a la democracia. Una Transición que, como el tiempo ha demostrado, no fue tan “modélica” como se presentó ni tan radical como se necesitaba. Pero que, al menos formalmente, supuso que el país abandonara el prolongado período de oscurantismo fascista y entrará en la senda constitucional de las democracias occidentales.

La Constitución de 1978 supuso para el PCE una apuesta estratégica por las libertades. El apoyo, con la petición del “SÍ” a la Constitución, fue el resultado de un análisis objetivo de la correlación de fuerzas existente entre “demócratas” y “franquistas”. El PCE sigue, hoy, estando del lado de los y las demócratas, del lado de la libertad, la justicia y la igualdad. Los y las comunistas seguimos reivindicando una democracia real ya, una democracia social y participativa, una democracia efectiva que garantice el pleno desarrollo de los derechos sociales, políticos y económicos de la ciudadanía. El PCE continúa, 35 años después, luchando por que la democracia se realice socialmente, se formalice institucionalmente y se materialice económicamente.

El PCE ha contribuido a construir la democracia en nuestro país más decididamente que cualquier otra fuerza política. Una democracia insuficiente pero imprescindible. Por eso, estamos plenamente legitimados para afirmar que hoy, el pacto social del que surgió la Constitución de 1978 ha quedado inevitablemente roto con la reforma constitucional exprés realizada por un oscuro acuerdo entre PSOE y PP. Esta reforma dictada por los “Mercados”, sin consulta previa a la ciudadanía, sin referéndum, del marco legislativo superior de las relaciones sociales, agota el futuro de la propia Constitución de 1978. PSOE y PP han dictado la sentencia de muerte de la Constitución. Además, la crisis económica por la que atravesamos ha puesto de manifiesto la insuficiencia de la propia Constitución (y de los partidos hegemónicos que la “gestionan” políticamente) para dar respuestas políticas a la mayoría social, para proteger a la ciudadanía ante la ofensiva del Capital. La Constitución de 1978, que nunca ha terminado de ver plenamente realizados los derechos sociales que proclama, ha sido una herramienta inútil en la lucha contra el sometimiento de la soberanía nacional, de la voluntad popular, frente al Capital transnacional y sus expectativas.

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