Ante la exhumación de Franco:
profundizar la lucha por la memoria democrática y contra la impunidad del
franquismo
Nos sentimos participes del avance, pero no es momento de euforias ni de
celebraciones: el franquismo sigue presente en la oligarquía del régimen del 78
La exhumación de los restos del dictador del vestigio franquista de
Cuelgamuros es un importante avance conseguido tras décadas de lucha por la
memoria democrática, por la verdad, la justicia y la reparación de todas las
víctimas del franquismo.
Un paso que se suma al largo camino dirigido a eliminar todos los vestigios
que aún quedan en nuestro país de exaltación del dictador y su régimen, a poner
fin a la impunidad de sus crímenes de lesa humanidad y derrotar a quienes quieren
imponer un relato que escamotea el sufrimiento y la lucha del pueblo español
por las libertades y la justicia social.
Nos sentimos participes de este avance, pero no es momento de euforias ni
de celebraciones: decenas de miles de compañeras y compañeros siguen enterrados en cunetas
y fosas, cientos de símbolos fascistas permanecen en calles y edificios
públicos, dirigentes y ejecutores de la represión siguen, no solo impunes sino
condecorados por el “Estado democrático Social y de derecho”, decenas de
empresas no han reconocido haberse beneficiado de incautaciones y trabajo
esclavo, asistimos a continuos actos de exaltación del fascismo bajo la
permisividad cuando no la connivencia del aparato policial y judicial. La lista
podría ser más larga, pero en resumen, se trata de tomar conciencia
sobre la pervivencia del franquismo en el seno de la oligarquía del régimen del
78.
Es por ello, que no debemos dejar pasar la operación política y mediática
oportunista a la que estamos asistiendo de cara al traslado de los restos
del dictador al cementerio de Mingorrubio.
El Gobierno del PSOE después de largos años en el poder, responsable
directo de las insuficiencias, ambigüedades y retraso histórico del desarrollo
de una memoria democrática en España, construida desde un marco normativo e
institucional que acabe con la impunidad y las herencias franquistas,
pretende ahora llevar a cabo una operación de propaganda electoral.
Por otro, desde los medios de propaganda del régimen pretenden convertir la
exhumación en un espectáculo que solo sirve para que los elementos fascistas
tengan protagonismo, además de pretender construir un relato equidistante, con
partidarios y detractores, en el que el cadáver del dictador sirve como mero
fetiche para desviar la atención de sus crímenes y de su responsabilidad
histórica. No vamos a participar en su circo ni en su mascarada y
llamamos a que nadie lo haga: es necesario profundizar la lucha por la memoria
democrática y contra la impunidad del franquismo.
Por último, desde el PCE aprovechamos este avance del movimiento de memoria
democrática, para recordar a las mujeres y los hombres que lucharon por una
España libre con justicia social, desde el respeto y la seriedad que nos
merecen las víctimas del franquismo, y desde la exigencia del recorrido de lo
que queda por hacer, sin caer en falsos triunfalismos y con la consciencia
clara que no enterraremos definitivamente al franquismo hasta que no llevemos a
cabo las transformaciones políticas, sociales y económicas que la mayoría social
reclama.
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