Cambios en el paisaje 25 años después del incendio forestal de Terra Mítica
El Parque Temático Terra Mítica se construyó
al pie de la Sierra Cortina de Benidorm, en un terreno que hasta agosto de 1992
era conocido como “la mayor pinada del Mediterráneo”. Sobre
los planos, el terreno figuraba como “no urbanizable de especial protección
forestal” y en su entorno se proyectaba la creación de un gran parque
forestal.
El 11 de agosto de 1992, hace ahora 25 años, un
incendio forestal arrasó la pinada.
Eran años salvajes en el litoral español, el “ladrillo” campaba a sus anchas y
los cambios en el uso del suelo forestal se gestionaban a golpe de cerillazo,
influencias políticas y recalificación. La impunidad era casi absoluta: el
origen de estos fuegos no se investigaba; o si se investigaban no se
determinaban las causas o no aparecían los culpables.
Cuando ocurrió el incendio, hacía 9 meses que Eduardo
Zaplana había llegado a la alcaldía de Benidorm. Hasta ese momento, e incluso
tras el incendio, Zaplana y el resto de los alcaldes de la Marina Baixa se
habían opuesto a urbanizar lo que hasta entonces era “el pulmón verde de
Benidorm”. Además de defender el futuro forestal de la zona quemada,
Zaplana culpó a la Consellería de Medio Ambiente de “descoordinación y
lentitud en las tareas de extinción”.
Tres años más tarde, en 1995, recién elegido Zaplana
presidente de la Comunidad Valenciana, el proyecto de Terra
Mítica fue declarado de interés para la Comunidad Valenciana. En
1996 se creó la sociedad Parque Temático de Alicante S.A., que ese mismo
año se beneficiaba de la expropiación de los terrenos arrasados en el incendio
y daba luz verde para construir una enorme zona hotelera, dos campos de
golf y un parque temático. El complejo fue inaugurado el 27 de julio
del año 2000 ante más de 2.000 invitados, entre ellos el actual Rey Felipe VI.
El sueño duró cuatro años y en 2004 el parque
entraba en suspensión de pagos. Una década más tarde la Generalitat
Valenciana vendía su participación en Terra Mítica a la empresa Aqualandia por
65 millones de euros.
Además de quemarse la famosa pinada, la
operación Terra Mítica evaporó cerca de 400 millones de euros de
dinero público. Y los terrenos y la instalaciones acabaron finalmente en
manos privadas. Aquello olía mal y entró en escena la fiscalía. Tras una larga
instrucción judicial que duró 11 años, la Audiencia de Valencia condenó en
abril de 2016 a dos exdirectivos (el excuñado de Zaplana, entre ellos) y a 20
empresarios por varios delitos contra la Hacienda Pública, estafa, y falsedad.
El mítico incendio forestal de Terra
Mítica quedará en la memoria no sólo por cambiar el paisaje de la Marina
Baixa alicantina, sino por dibujar una estampa fiel de la España de la
corrupción urbanística. Una España donde los árboles molestan. Pero este y otros muchos incendios forestales en
zonas costeras avivaron la conciencia social, los medios de comunicación y las
fuerzas políticas. Y en este cambio algo tienen que ver las organizaciones
ecologistas que en éste y otros muchos lugares han denunciado la profunda
transformación de nuestro litoral. Y ahora que parece que volvemos al ladrillo, conviene tener en cuenta esta historia reciente para
no repetir errores, como contábamos hace poco en nuestro informe Protección a toda Costa.
¿Qué ha cambiado desde aquel “mítico” año de 1992? Aunque ya era tarde para la pinada de Benidorm,
en 1995 llegó la reforma del Código Penal con la inclusión de diversos tipos
penales relativos al daño al medioambiente y la ordenación del territorio,
el delito de provocar incendios forestales entre ellos. En
2003 la Ley de Montes del PSOE prohibió la recalificación de terrenos
quemados en 30 años. En 2005 se crea la Fiscalía General de Medio
Ambiente y dos años más tarde las secciones de Medio Ambiente en las Fiscalías
Territoriales. A partir de 2008 las memorias anuales de la Fiscalía General del
Estado incluyen la descripción del trabajo de estas secciones y datos sobre el
número creciente de diligencias, procedimientos y sentencias condenatorias por
delitos contra el medio ambiente, incluidos los incendios forestales. Así, y
según un cálculo de la Fundación Civio, desde la creación de la Fiscalía de
Medio Ambiente se han señalado 1.284 sentencias por delito de incendio
forestal, de las cuales 983 (el 76,5%) fueron condenatorias.
Evolución
de las sentencias por delito de incendio forestal en España. Fuente: Greenpeace
España, 2017 a partir de las Memorias de la Fiscalía General del Estado.
Han pasado 25 años.
El marco legal ha cambiado y el paisaje de la impunidad se va transformando
poco a poco. No podemos descartar que pueda haber incendios forestales
causados por cambios de uso del suelo. Según la Fundación Civio, sólo el
0,15% de los incendios ocurridos entre 2001 y 2013 se provocó para obtener una
modificación en el uso del suelo. Y sobre el cambio de uso, además, convendría
señalar la tendencia al cambio de uso forestal a agrícola, que es el cambio
dominante en muchos paisajes donde el cultivo del viñedo, los cítricos o los
cultivos de regadío son los motores de la transformación del paisaje rural.
El incendio forestal que permitió el pelotazo de Terra
Mítica existió, fue real, es historia de España. Pero no podemos seguir
hablando de la especulación urbanística como una de las principales causas de
los incendios forestales en España. No se ajusta a la realidad. Ahora tenemos
otro paisaje, en especial otro paisaje forestal que necesita de respuestas más
incómodas y complejas propias de un siglo XXI marcado por el cambio climático.
GREENPEACE
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