LA PIQUETA ENTRA EN EL VALLE DE LOS CAIDOS
Una resolución judicial firme reconoce los
fusilamientos del franquismo y autoriza la extracción de los restos de dos
republicanos asesinados.
Por primera vez una
resolución judicial firme reconoce los fusilamientos del franquismo y autoriza
la extracción de los restos de dos republicanos asesinados y enterrados en la
cripta de la basílica
La historia de la Abadía
del Valle de los Caídos ha cambiado por un auto judicial contra el que ya no
cabe recurso. El juzgado de primera instancia de San Lorenzo de El Escorial ha
reconocido el derecho de los familiares de dos víctimas de la dictadura a
extraer sus restos que yacen en un columbario de la cripta principal.
En su auto, el juez José
Manuel Delgado fija que esas dos víctimas del golpe de estado del 18 de julio
fueron fusiladas extrajudicialmente -no existe sentencia de muerte ni proceso
en ningún lado- e inhumadas en una fosa común de la localidad aragonesa de
Calatayud.
Esos dos cadáveres, los
hermanos Lapeña Altabás, fueron trasladados también ilegalmente desde ese
municipio hasta el templo de Cuelgamuros por orden del régimen de Franco en la
década de los 50 del siglo XX. La dictadura apuntaba y archivaba todo.
Las familias de los
represaliados transmitían a sus hijos y nietos el lugar, la hora y los nombres
de los asesinados. Y esos archivos junto al secreto familiar han llevado al
hallazgo del lugar exacto donde reposan los restos de estos dos hermanos.
Se trata del columbario
que permanece cerrado bajo llave situado en la zona noroeste de la capilla
central del templo. Allí junto a otros 80 cuerpos se hallan los restos de
Antonio y Manuel Altabás.
El juez fija también que,
después de la verificación forense de las identidades, el registro civil
modifique las causas del fallecimiento para que “se restablezca la dignidad,
reputación y los derechos de la víctima”.
Ahora Patrimonio Nacional,
organismo del que depende el Valle de los Caídos, deberá facilitar a los
forenses la apertura de ese columbario así como los análisis que sea necesario
realizar.
Por primera vez en la
historia de España, de las 33.000 víctimas que hay enterradas en ese templo
benedictino, se van a conocer dos nuevas identidades, las de estos hermanos. Ya
hay más nombres de fallecidos que los de Francisco Franco y José Antonio Primo
de Rivera.
FEDERACION ESTATAL DE FOROS POR LA
MEMORIA
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