Millones de abejas mueren en masa en Murcia
Pedro y Ricardo se han
llevado este año casi doscientas colmenas de abejas a Mazarrón, Murcia, cerca
del mar y con una temperatura mejor para pasar el invierno. La semana pasada me
llamaron con una terrible noticia: “Luís, tenemos millones de abejas muertas.”
La mañana siguiente
cogí el tren para ir hasta allí y verlo con mis propios ojos. Cuando
llegué, un manto negro de abejas muertas cubría el colmenar de
Pedro y Ricardo. Efectivamente, estaba delante de la primera gran
mortandad de abejas del año. Y no era la primera vez que lo veía.
Este espectáculo
terrible ocurre cada año con total impunidad, y se debe a las fumigaciones
masivas con plaguicidas tóxicos que se llevan a cabo durante la primera
floración de frutales de hueso, como los nectarinos en Murcia.
“Las abejas y los
productos de la colmena son mi única fuente de ingresos. La mía y de mi
familia. Vivimos de y para las abejas. Esta masacre me supone una pérdida de
unos 15.000 €, sin contar con la miel que dejaré de producir” me contaba
Pedro.
Las
abejas son mucho más importantes de lo que pensamos: el 75% de los alimentos que comemos depende de la
polinización de las abejas, un proceso natural que permite que se fecunden las
flores y den frutos y semillas. Sin embargo, las abejas y otros
polinizadores están altamente amenazados.
Hasta el momento,
hemos conseguido la restricción de cuatro insecticidas tóxicos para las abejas
en la Unión Europea, que justo este año van a ser revisados. Pero no es
suficiente.
Junto a mis compañeros
de Greenpeace llevamos años pidiendo a las autoridades que actúen con urgencia,
impidan el uso de plaguicidas durante la floración de los cultivos, apoyen la
prohibición total de los plaguicidas más dañinos para estos insectos y apuesten
por una agricultura respetuosa con el entorno y las personas.
Luís Ferreirim
Responsable de la campaña de Agricultura en Greenpeace España
Responsable de la campaña de Agricultura en Greenpeace España
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