Los recortes reducen el déficit
a costa de nuestros montes
No se trata de hacer leña del árbol caído (nunca mejor dicho) pero
ya hace tiempo que conocíamos el riesgo de incendios en nuestra región. Este
temor no venía de la lectura de las profecías de Nostradamus, lo sabíamos
porque lo han venido anunciado hasta la saciedad mucha gente con conocimiento
de causa, principalmente los agentes forestales, quienes llevan tiempo
advirtiendo que la suma de despoblación en el medio rural más el estado de
abandono de algunos montes más la reducción de agentes forestales da como
resultado el aumento de incendios. Desde el Foro de la Escuela Rural ya
participamos en el mes de noviembre en una charla conjunta con miembros del
Sindicato Autónomo de Trabajadores de Incendios Forestales (SATIF) donde ya se
habló con datos en la mano de todo esto y ya se advertía del peligro que
suponía para nuestros montes mantener esta situación.
Pero cuando sindicatos forestales, asociaciones ecologistas y
otros colectivos similares denuncian el riesgo de incendios o denuncian otros ataques
contra la sostenibilidad del medio ambiente lo primero que piensan muchos es
que ya están los cuatro hippies de siempre dando la murga con lo de la
naturaleza. Nunca se les toma en serio. Eso sí, cuando los de la OCDE una
organización con unos valores netamente economicistas, dicen que nuestra
educación pública es mediocre tirando a mala o cuando los de la Troika europea
nos dicen que los trabajadores y trabajadoras hemos vivido por encima de
nuestra posibilidades y que hay que recortar el gasto público en educación,
sanidad, políticas sociales, etc., les creen y les parecen gente muy
respetable. Y por eso tenemos lo que tenemos, despido libre y montes quemados.
Este mal no viene de ahora. La investigación, la formación y la
inversión en la prevención de incendios nunca han sido suficientes. Los que
vivimos en un pueblo estamos hartos de escuchar eso de que la educación, la
sanidad o otros servicios como los forestales no son rentables. Y es verdad, la
gente de los pueblos no somos rentables. Pero fundamentalmente y
lamentablemente no somos rentables electoralmente. Solo en la calle principal
de una gran población vive más gente, es decir más votantes potenciales, que en
Bustares, Aleas y Collogudo juntos. Y por eso el gasto que se da en las
ciudades en marquesinas y farolas de última generación, bancos de diseño, etc.,
no se ve como un despilfarro pero mantener una red de servicios públicos
esenciales en los pueblos sí. Una mala gestión en una capital de provincia te
puede llevar a perder las elecciones en la Región.
El incendio en la Sierra
Norte poco va a restar y más teniendo un montón de voceros insistiendo sin
cesar que la totalidad de la culpa ha sido del apicultor, de la cosechadora,
del viento y que menos mal que se ha actuado con rapidez y mucha diligencia.
Por jugar a su favor, tienen hasta la suerte que estas cosas siempre pasan en
verano, en septiembre solo se acordaran los de Sierra Norte y poco más y en
mayo ya para que contar. Mientras tanto seguimos perdiendo patrimonio natural,
se sigue empujando a la gente a abandonar los pueblos y nos seguimos tomando a
risa lo de cuidar del medio ambiente.
A todos aquellos que han colaborado en las tareas de extinción de
los incendios, especialmente a los forestales, muchas gracias y mucho animo.
Foro de la Escuela Rural CLM
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