Sin noticias de Derechos Humanos tras el Consejo
Europeo de Migraciones
LA UE HA ELEGIDO LA CONNIVENCIA CON EL RACISMO Y LA REPRESIÓN MILITAR
Se limitan a un vil
consenso sobre cómo y dónde expulsar a los boat-people, en qué campo de
concentración encerrarlos y acelerar expulsiones sin garantía procesal.
El 28 de junio se reunió el Consejo
Europeo para tratar específicamente las migraciones. Nuevamente se yerra, pues
lo consideran un problema, y no un fenómeno social y político cuyo origen está
en la devastación de los recursos naturales y la imposición de mandatarios por
Occidente, así como de la complicidad, cuando no el apoyo directo económico en
armamento, alimentando guerras que son las causas principales por las que miles
de personas deciden como salida lanzarse al mar en medios no seguros, y que
están acabando desgraciadamente con sus vidas. En lo que va de 2018, ya
llevamos la escalofriante cifra de mil personas muertas y desaparecidas en el
mar en su ruta hacia Europa, por quinto año consecutivo, o sea, que miles y
miles de cadáveres se hallan en el Mediterráneo para nuestra vergüenza como
humanidad. Éramos muchos los que esperábamos otras medidas y muchas las ONG
expectantes ante sus conclusiones, para acabar con tanta muerte injusta, pero
otra vez nos quedamos sin vislumbrar los valores que propugna la Unión Europea,
como son la dignidad y los derechos humanos, pues el tratamiento de las
migraciones no ha sido con base a estos valores, sino sobre los de la
seguridad, la defensa, el control de fronteras y el mantenimiento de las
políticas represivas tanto con Turquía como con Italia, ninguna sospechosa de
actuar conforme a DDHH.
Javier Couso, europarlamentario de IU, lo tachó como un nuevo capítulo de la degradación moral de la UE, donde mercadean con seres humanos y donde la creación de plataformas de recepción, el aumento de las deportaciones o los centros en terceros países son campos de concentración como nuestros CIE, donde impunemente se violan los DDHH. También la eurodiputada de IU Marina Albiol expuso que de este acuerdo sale más dinero para Turquía y las milicias libias contra los inmigrantes, o que se destinarán 500 millones de euros al fondo fiduciario de África que en lugar de destinarse a cooperación reforzarán las fronteras internas y armarán a policía y ejército así como aumentar la criminalización de las ONG,s que son las que hoy están salvando vidas en el mar, exigiéndoles que realicen devoluciones calientes. Y algo muy grave: fin a los cupos obligatorios por lo que la acogida se deja a la buena voluntad de los Estados Miembros ¿cómo esperar esa buena voluntad de gobiernos que no han cumplido con un tercio de la acogida obligatoria? Más allá del gesto de Pedro Sánchez en la gestión del Aquarius o del Lifeline, son muchos los que todos los días llegan a Europa. Impedir que mueran en el mar es prioritario cuando otros países niegan la recepción, pero también, y ahí el núcleo desde donde trabajar en políticas migratorias seguras y respetuosas con los DDHH, tomar medidas comunitarias que acaben con el racismo y el fascismo demostrado del ministro del interior italiano Matteo Salvini. Por ello la satisfacción de Pedro Sánchez con las conclusiones del Consejo no son esperanzadoras pues apoyó la creación de centros cerrados en países no comunitarios a los que deportar masivamente a las personas que llegan a Europa. Ahora el gobierno de España tras la condena por el Tribunal Supremo por incumplir parcialmente sus obligaciones de solicitudes de asilo de refugiados procedentes de Grecia e Italia, (incumplimiento del PP), por las que teníamos un cupo de 19.449 personas durante 2 años y solo ofreció un 12,85% de las plazas, tiene otra tarea que cumplir. La UE ha elegido la connivencia con el racismo y la represión militar, demostrando, una vez más, nulo respeto por la vida. Se limitan a un vil consenso sobre cómo y dónde expulsar, en qué campo de concentración encerrarlos y acelerar expulsiones sin garantía procesal.
Javier Couso, europarlamentario de IU, lo tachó como un nuevo capítulo de la degradación moral de la UE, donde mercadean con seres humanos y donde la creación de plataformas de recepción, el aumento de las deportaciones o los centros en terceros países son campos de concentración como nuestros CIE, donde impunemente se violan los DDHH. También la eurodiputada de IU Marina Albiol expuso que de este acuerdo sale más dinero para Turquía y las milicias libias contra los inmigrantes, o que se destinarán 500 millones de euros al fondo fiduciario de África que en lugar de destinarse a cooperación reforzarán las fronteras internas y armarán a policía y ejército así como aumentar la criminalización de las ONG,s que son las que hoy están salvando vidas en el mar, exigiéndoles que realicen devoluciones calientes. Y algo muy grave: fin a los cupos obligatorios por lo que la acogida se deja a la buena voluntad de los Estados Miembros ¿cómo esperar esa buena voluntad de gobiernos que no han cumplido con un tercio de la acogida obligatoria? Más allá del gesto de Pedro Sánchez en la gestión del Aquarius o del Lifeline, son muchos los que todos los días llegan a Europa. Impedir que mueran en el mar es prioritario cuando otros países niegan la recepción, pero también, y ahí el núcleo desde donde trabajar en políticas migratorias seguras y respetuosas con los DDHH, tomar medidas comunitarias que acaben con el racismo y el fascismo demostrado del ministro del interior italiano Matteo Salvini. Por ello la satisfacción de Pedro Sánchez con las conclusiones del Consejo no son esperanzadoras pues apoyó la creación de centros cerrados en países no comunitarios a los que deportar masivamente a las personas que llegan a Europa. Ahora el gobierno de España tras la condena por el Tribunal Supremo por incumplir parcialmente sus obligaciones de solicitudes de asilo de refugiados procedentes de Grecia e Italia, (incumplimiento del PP), por las que teníamos un cupo de 19.449 personas durante 2 años y solo ofreció un 12,85% de las plazas, tiene otra tarea que cumplir. La UE ha elegido la connivencia con el racismo y la represión militar, demostrando, una vez más, nulo respeto por la vida. Se limitan a un vil consenso sobre cómo y dónde expulsar, en qué campo de concentración encerrarlos y acelerar expulsiones sin garantía procesal.
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