Un gran acuerdo
para salvar el bosque boreal de Dvinsky en Rusia
La región de Dvinsky, en el distrito de Arkhangelsk, al noroeste de
Rusia, constituye un paisaje forestal intacto, de grandes
áreas vírgenes dominadas por bosques no explotados. Hasta hace pocos
años, la parte central del interfluvio entre los ríos Dvina y Pinega se ha
mantenido en estado salvaje debido al difícil acceso y el relativamente bajo
rendimiento de sus suelos. Es uno de los últimos paisajes forestales intactos que
quedan en esta zona de la taiga media de Rusia, y representa el tipo de bosque
dominado por piceas. Es uno de los paisajes forestales más valiosos de toda
Europa.
Pero, tras más de 18 años de campaña, el pasado mes de
abril Greenpeace Rusia y WWF Rusia llegaron a un acuerdo con todas las empresas
madereras que operan en la región para proteger este bosque. La parte principal
del territorio de la futura reserva había sido ya otorgada como concesión
forestal para la tala, pero ahora, después de firmar la moratoria y antes de
determinar los límites reales, se ha declarado una moratoria a la explotación
forestal y la construcción de caminos forestales en un área de 300.000
hectáreas.
El acuerdo no ha dejado completamente satisfechas a ninguna de las partes,
pero permite la protección de una vasta área
de bosque virgen mientras mantiene una parte de los bosques para la explotación por
parte de la industria forestal, sector que genera una parte importante de los
empleos en los pueblos de la región.
Una vez alcanzado el acuerdo, se necesita todavía un año de trabajo
intensivo para establecer la reserva, ya que es necesaria una mayor
coordinación y especificación de los límites de la reserva en cada distrito y
municipio. También hay que llevar a cabo procesos de consulta con la población
local y los actores afectados. Los procedimientos para crear áreas naturales
especialmente protegidas son complejos y requieren procesos que se dilatan en
el tiempo.
En un planeta que pierde anualmente 2,5 millones de hectáreas de bosques de
taiga, esta reserva de 300.000 hectáreas será una esperanza para preservar una muestra viable de este tipo de
bosque que es un freno al cambio climático y un hábitat de fauna como el reno,
lobo o el salmón.
Greenpeace agradece a quienes han apoyado durante todos estos años el
trabajo y la campaña para la creación de esta reserva. Todavía queda mucho
trabajo, pero podemos decir que hay esperanza para que una parte importante de
esta región sobreviva como bosque protegido fuera de la explotación forestal.
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