LA UNIDAD POPULAR Y LA LUCHA DE LAS MUJERES
El
otoño de 2015 se presenta como una oportunidad de derrotar el bipartidismo y
sus políticas austericidas, descarnadas para la mayoría social. La vida no es
compatible con el nuevo modelo social que están diseñando nuestros gobernantes,
fieles servidores de un sistema capitalista que aniquila derechos humanos y
civiles y que deshumaniza a mujeres y hombres, a quienes se humilla cuando
pierden el trabajo, su casa, sus esperanzas y su futuro.
El
sistema actual se erige en un monstruo que devora la igualdad entre mujeres y
hombres y acrecienta las diferencias entre pobres y ricos, débiles y fuertes.
Esta crisis-estafa está moldeando una sociedad en la que las mujeres no son
libres para decidir sobre su cuerpo (contrarreforma de la Ley del Aborto),
sufren mayor precariedad laboral, han sido obligadas a regresar al hogar para
ocuparse de los niños y niñas, de las personas ancianas y de las dependientes;
muchas mujeres son forzadas a ejercer la prostitución, la cual debería estar en la agenda de
nuestros gobernantes para dar pasos hacia su abolición. Porque las mujeres
somos más pobres, somos más vulnerables, porque el lenguaje sexista y los
estereotipos machistas están en la escuela y en la calle, porque cada año asesinan
a decenas de mujeres (21 en lo que llevamos de año 2015).
Cada una
de estas razones hace imprescindible intentar conseguir la unidad popular entre
organizaciones sociales, movimientos ecologistas, pacifistas, feministas,
organizaciones políticas anticapitalistas, etc. La ruptura democrática es
necesaria para revertir esta deriva social y económica y cambiar las relaciones
de poder entre hombres y mujeres. Es necesaria la unidad popular y en ella la
unidad de las mujeres para empoderarnos
y organizarnos mejor, para ser más y para
ser decisivas. El poder popular, además, tiene que fijarse la meta de conseguir
el poder político, estar en las instituciones para que la verdadera
transformación social sea posible a través de nuevas leyes, con más participación
ciudadana y con más democracia.
El
movimiento feminista tiene que ser uno de los ejes vertebradores de esta unidad
popular que lleva años fraguándose, pero que en este momento es una necesidad
absoluta y la herramienta más valiosa y poderosa de transformación social y
política.
No hay comentarios:
Publicar un comentario