La multitudinaria manifestación que recorrió las calles del centro de Cuenca ayer, es la prueba evidente del hartazgo de los trabajadores y trabajadoras de este país, por las medidas de recortes y, como ¿último? exponente, por la reforma laboral.
Por las calles se pedía a gritos una huelga general, se pedía que, por parte de los sindicatos llamados a defender a las obreras y obreros, parados o en activo, jóvenes o mayores, se pasase a una actitud ofensiva y combativa, que se aparcase la política de la contemporización y de negociación a la baja.
Pues, ante esto, no cabe otra respuesta que la movilización y lucha constante. Los trabajadores y trabajadoras deben estar permanentemente alerta y apoyar con su presencia toda clase de movilizaciones tendentes a, no solo parar esta reforma, sino a comenzar un camino de lucha por la recuperación de todos los derechos perdidos desde los ya lejanos años del gobierno de Felipe Gonzalez.
Agrupación local del PCE de Cuenca
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