Siria: Cascos Blancos y guerra química
EL EJERCITO SIRIO HA RECUPERADO EL 90% DEL TERRITORIO, LA ÚLTIMA BATALLA
ESTÁ EN IDLID
El ministro de
exteriores ruso y el embajador sirio en la ONU han denunciado que EEUU, con la
ayuda de los “Cascos Blancos”, preparan un incidente de “falsa bandera” para
justificar el ataque.

Los ataques con armas químicas se
encuentran entre la propaganda bélica más utilizada en la guerra contra Siria.
Desde fines de 2012 hasta abril de 2018, se han mencionado el uso de gases
tóxicos en Khan al-Assal (marzo 2012), Alepo (agosto de 2013), en las regiones
orientales de Ghouta, Khan Sheikhoun, Idlib (abril de 2017) y en Douma (abril
de 2018). Una y otra vez se han demostrado que no son sino mentiras sin
originalidad. Por el contrario, han sido numerosos los incidentes en los que
los “rebeldes” han mostrado públicamente poseer esas substancias químicas y ser
capaces de usarlas.
EEUU y sus aliados más próximos, Reino Unido y Francia, preparan de nuevo una
intervención contra Siria. Occidente pretende torpedear los esfuerzos
internacionales para cerrar el conflicto. Con un 90% del territorio
reconquistado, Al-Assad es el ganador en esta guerra que Occidente declaró al
pueblo sirio. ¿Qué interés tendría Damasco en perpetrar alguno de estos
supuestos ataques? ¿Es lógico que el presidente sirio ordene un ataque químico
que provoque la ira de Trump y sus aliados? ¿A quién benefician estas
acusaciones? Obviamente, y como en anteriores ocasiones, todo se organiza para
consumo televisivo.
Como ocurrió en el bombardeo de la base aérea de Al-Cahaayrate el 7 de abril
del 2017 o los ataques con misiles la noche del 14 de abril del 2018, EEUU
vuelve a invocar la justicia internacional. De nuevo el “Llanero solitario”
utiliza argumentos tan gastados como cínicos: John Bolton, asesor de Seguridad
Nacional del presidente Trump, dijo el 22 de agosto que “… si el régimen sirio
usa armas químicas, nosotros reaccionaremos con toda la firmeza requerida y
realmente deberían pensárselo dos veces…”. Un día antes, Francia y Reino Unido
(RU) y EEUU amenazaban también con intervenir:”Como hemos demostrado,
responderemos adecuadamente a cualquier uso posterior de armas químicas por
parte del régimen sirio...”
El guión parece estar escrito desde hace meses. Hace más dos semanas que la marina
de EEUU tiene desplegados varios destructores de la clase AEGIS, armados con
más de 50 misiles de crucero cada uno en el Golfo Pérsico. Hoy se confirma la
entrada de destructores norteamericanos en aguas del Mediterráneo. Por otra
parte, bombarderos estratégicos B-1B, armados también de misiles de
aire-tierra, se apostan en la base aérea de Al Udeid en Qatar. Navíos franceses
y de la Royal Navy, así como las fuerzas inglesas en Chipre, se hallan en
estado de alerta.
La amenaza es tan real que 13 navíos de guerra rusos de superficie están ahora
mismo en las costas sirias. Rusia acumulará en los próximos días la mayor parte
de su flota del Mar Negro en esa zona. Como en abril, la marina rusa extenderá
una pantalla protectora para los sirios ante los ataques desde el Mediterráneo
y el Golfo Pérsico. Mientras, la defensa antiaérea y la fuerza aérea siria y
rusa están en estado de máxima alerta. Diarios libaneses especulan con la
llegada de material antiaéreo ruso por vía aérea al aeropuerto de Damasco. La reacción
rusa parece atemperar el ardor guerrero de Trump. La ¡¡OTAN!! pedía contención
a todas las partes en una declaración oficial.
Tanto el ministro de exteriores ruso, como el embajador sirio en la ONU lo han
denunciado: EEUU, con la ayuda de los “Cascos Blancos”, preparan un incidente
de “falsa bandera” para justificar el ataque. El escenario se está completando.
Se ha denunciado (la cadena libanesa Al Mayadin se hizo eco) que, hace escasos
8 días, contenedores con cloro han sido recogidos por los Cascos Blancos en la
localidad de Helouz en Idlib (noroeste de Siria) El 26 de agosto, se reportaba,
con la información recogida por el Centro de Reconciliación desde varias
fuentes independientes, que los Cascos Blancos habían entregado a dos
comandantes de la milicia terrorista de Ahrar al Sham (la antigua Al-Qaida
cambiada de nombre) depósitos de cloro sin etiquetar y que habían sido
trasladados al sur de la provincia a almacenes controlados por esa milicia
terrorista.
Por otra parte los servicios de inteligencia siros y rusos han afirmado que
decenas de personas, entre ellas 44 niños, han sido secuestrados en las zonas
circundantes para ser gaseados o bien para, como en el caso anterior (abril
2018 en Ghouta Oriental), representar las escenas frente a las cámaras. El
portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konachenkov ha ido incluso más
lejos al denunciar la participación de los Servicios de Inteligencia británicos
en la preparación del supuesto atentado.
Los líderes occidentales tienen un “leiv motiv” común para embarcarse en esta
locura: sus problemas domésticos. Macron cae en las encuestas de opinión de
forma notable; hace pocos días dimitía Nicolas Hulot, ministro para la
transición energética y tercer hombre en importancia en el gobierno, (y… ¿cuántos
ministros van ya?) Theresa May está siendo contestada por su propio partido y
por la UE; las dimisiones de sus hombres fuertes en su ejecutivo se multiplican
y, incapaz de plantear una estrategia coherente frente al Brexit, ve
cuestionado su futuro político. Donald Trump, acosado por sus “deslices
sexuales”, necesita, como sus dos aliados, una acción de fuerza que le reporte
algún alivio en las encuestas.
Hace semanas que el ejército sirio está concentrando grandes recursos militares
en la última zona controlada por los grupos terroristas en el noroeste del
país. La zona de Idlib es la última baza que les queda a los grupos
terroristas, a sus socios occidentales y a las monarquías del golfo que les
financian y apoyan. La intervención militar tendría en este sentido varios
objetivos y escenarios paralelos que se superponen proporcionando mayor
tensión, si cabe, al conflicto. Entre los objetivos podemos situar el doméstico
antes mencionado. El segundo, evitar la victoria final del gobierno sirio. El
comandante de los grupos terroristas Abu Mohammed al-Golani, antiguo emir del
grupo Frente al-Nusra, ha tenido que amenazar con la muerte a aquellos que
pretendan desertar. Las disensiones internas entre los grupos terroristas se
hacen cada vez mayores. El tercero, boicotear la reconstrucción del país. [1]
[2]. El cuarto, amedrentar a Irán iniciando el ataque desde el Golfo
Pérsico. El quinto, justificar, con el argumento del uso de gases tóxicos o su
posesión, la permanencia de la veintena de bases militares norteamericanas
instaladas de forma ilegal en Siria. Según el rotativo turco Yeni Safrak el
Pentágono ha instalado, además, tres sistemas de radares avanzados en la parte
norte de Siria. El objetivo sería mantener el control sobre el país e
indirectamente sobre su antiguo aliado turco y la frontera rusa.
Al margen de los objetivos reales o simbólicos que se dirimen en esta crisis
los escenarios paralelos conforman un arco de tensión que agrava la situación.
Entre ellos cabe señalar, las maniobras militares (denominadas en clave
Vostok-2018) que realizará Rusia a principios de septiembre. Serán las
maniobras más importantes en los últimos 40 años (cerca de 300 000 hombres, más
de 1000 aeronaves unas 36000 piezas de equipo militar y miles de vehículos
blindados…). Aproximadamente en las mismas fechas, pero en el otro extremo del
globo, las marinas rusa y china realizarán maniobras conjuntas con el ejército
venezolano en el Mar Caribe. Por último, la armada china anuncia importantes
maniobras navales en el Mar de la China Oriental. Mientras, el antes mencionado
John Bolton anuncia la congelación de los contactos con Corea del Norte y abre
la opción de reiniciar nuevas maniobras contra ese país.
Haciendo un poco de memoria vemos cómo en el ataque perpetrado en abril del
2018 el presidente Trump no esperó el informe de los técnicos de la
Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW)El ataque fue
llevado a cabo antes de que esos técnicos alcanzaran la supuesta zona
contaminada.
Las declaraciones de Bolton han sido amplificadas por los medios habituales y
los falsos grupos de derechos humanos al servicio de los intereses de los de
siempre. En una carta fechada el 20 de agosto Ken Roth, director ejecutivo de
Human Rights Watch (HRW) desde 1993, (el que pretendió engañarnos mostrando en
un video una supuesta ciudad siria arrasada por la aviación del régimen, cuando
en realidad era la ciudad de Shuja'iyya en la Franja de Gaza bombardeada por
Israel) denuncia a Rusia y al presidente Al-Assad como responsables de la
destrucción de Siria. Ni media palabra referida a los grupos terroristas. Ni
media palabra de la financiación de esos grupos por parte de Arabia Saudita,
EEUU o Reino Unido. Como preparación, ya funciona desde hace tiempo el nuevo
hashtag sobre Idlib que se utilizará para el consumo en las redes sociales.
Hace pocos días ha aparecido en las redes sociales la imagen de una niñita
(Hala se hace llamar) que “llama al mundo a prestar atención a Idlib y a dejar
de matar a niños y de lanzar ataques aéreos. Curiosamente de sus casi 400
seguidores hay bastantes que son periodistas de la BBC, Buzzfeed, Radio Free
Europe/Radio Liberty y The Huffigton Post. El método recuerda a la activación
de otra cuenta, la de la niña Bana que apareció poco antes de la liberación de
Alepo y como no, el niño herido en Alepo. Cuando finalmente dejó de ser un
centro mediático y la familia pudo liberarse, el padre narró como su hijo había
sido manipulado por Al-Nusra bajo la amenaza de matar a toda la familia.
Es un guión repetido y cínico. El escenario se repite, los actores se aprestan
a representar su papel. Si se produce el ataque veremos a Occidente llorar con
lágrimas de cocodrilo. Unas cuentas declaraciones milimétricamente estudiadas
para no importunar a los amos y a continuar fabricando fragatas de guerra es
astilleros españoles y haciendo negocios con la muerte.
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NOTAS:
[1] Los procesos de reconciliación abiertos desde hace años están dando muy
buen resultado en Damasco, la Ghouta Oriental o la zona de Alepo por poner un
ejemplo.
[2] En el próximo foro económico de Empresarios a celebrar entre el 6 y el 15
de septiembre hay inscritas 1700 empresas de 48 países diferentes. Se espera
una asistencia superior a la del 2016 cuando participaron 2 millones de
personas.